El (sin) alcalde saliente y ya (ex) alcalde, al que cuando sólo le quedaban dos telediarios todavía estaba lanzando sus cargas de profundidad a babor y estribor, ha dicho que el anuncio de Zoido sobre una auditoría al Ayuntamiento al margen del interventor es una prevaricación. Vamos a la moviola. Cuando Monteseirín ganó por mayoría simple las elecciones del ‘urbanismo bajo sospecha’ a sus socios del PA, él y/o el PSOE anunciaron una auditoría en la Gerencia. Aquello ¿no era prevaricación? No la hizo porque habría sido tanto como auditarse a sí mismo, ya que como alcalde del gobierno coligado era él el máximo responsable de todo, del urbanismo y también de la sospecha. Lo sospechoso ahora es el pánico del (ex) a una auditoría externa al margen del interventor. Un interventor nombrado bajo su mandato, que confesó que se la habían dado con queso en el caso Mercasevilla y al que Monteseirín se la ha colado una y otra vez con facturas millonarias sin consignación presupuestaria. Seguro que aunque saliera una auditoría de infarto, el (ex) diría que él no tiene nada que ver, a pesar de ser médico.