El alcalde perpetuo de Dos Hermanas, Kiko Toscano, tiene razón cuando dice que Griñán ha de ser el de garante de que cada militante socialista pueda ejercer su libertad individual dentro del partido, acorde con el artículo 6 de la Constitución: “La estructura interna y el funcionamiento de los partidos deben ser democráticos”. Por tanto, ¿qué es esto de que tenga que haber una sola lista ‘de consenso’ que elaboraría fulanito o menganita mezclando un tercio de sensibilidades por aquí y dos tercios de otras sensibilidades por allá (¿dónde el consenso entonces?), y que por narices la tenga que encabezar el presidente de la Junta, pues si no dice, como los niños chicos, que él no juega? ¿Por qué no puede haber en el PSOE de Sevilla dos, tres o cinco listas para el congreso federal? “Permitid que cien flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan”, decía hasta un totalitario como Mao Tse-tung. En el PSOE, en cambio, sólo se pretenden mayorías a la búlgara y una sola flor, pero donde no hay diversidad genética la flor única acaba siempre mustia.
Rosa única
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