El Gobierno trata ahora de presentarlo como un mirador que supondrá un nuevo atractivo para Sevilla, obviando la distancia, la pendiente y la imposibilidad de parar yendo en coche
El Ministerio de Transportes no sólo obvia el impacto paisajístico del futuro puente de la SE-40, cuyo gálibo sobre el río Guadalquivir estará a una altura equivalente a la del campanario de la Giralda respecto del suelo, sino que lo presenta como un mirador turístico sobre el estuario que dotará, a su juicio, de un nuevo atractivo a Sevilla capital, tan icónico como el Golden Gate en San Francisco. No quiere reparar en la distancia que le separará de la capital de Andalucía, en la edad de los turistas que la visitan, la pendiente del puente y la imposibilidad de acceder a su vano central en coche para detenerse a contemplar el paisaje, ya que sólo será posible si se accede a pie o en bicicleta.
El secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Xavier Flores, ha declarado a Dº de Sevilla que el futuro puente de la SE-40 «se convertirá en un atractivo turístico de Sevilla, al que se puede ir a pasear para cruzarlo a pie o en bici de un lado a otro (como el Golden Gate en San Francisco, Estados Unidos) y disfrutar de él como mirador. Esto -continuó- le da un valor añadido que el túnel no tiene y cambiará la perspectiva».
Según Flores, el puente tendrá un carril para ciclistas y peatones separado físicamente de los ocho carriles reservados para el tráfico y no impactará negativamente, ya que pondrá en valor el paisaje y se convertirá en un icono de Sevilla al cambiar la perspectiva.
Para empezar, el puente de la SE-40 no es equiparable al Golden Gate de San Francisco porque éste se encuentra en la ciudad californiana, tal como muestra la imagen de satélite:
mientras que el puente de la SE-40 se encuentra distante de Sevilla, aguas abajo por el Guadalquivir, cerca de Coria:
En el Golden Gate, según la Wikipedia, los peatones sólo pueden utilizar la acera situada en el lado Este del puente. Su apertura y cierre están regulados por puertas automáticas. Los ciclistas (el monopatín no se permite) pueden utilizar ambas aceras, en función del tiempo y de la época del año. En la acera Este, los ciclistas siempre deben ceder el paso a los peatones.
Un sevillano capitalino o un turista que parta desde la glorieta José Moya Sanabria (junto al Cachorro) hasta Coria del Río necesitará recorrer 14,1 kilómetros, más la parte de viaducto (al medir 3.600 metros, de momento le hemos asignado 1.800 para el lado coriano) para poder llegar al mirador del puente, es decir su vano central, de entre 200 y 400 metros de longitud. En total, 15,90 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, es decir 32 kilómetros en números redondos para mirar el paisaje mientras a sus espaldas circulan parte de los 100.000 vehículos diarios de Intensidad Media de Tráfico estimada por el Ministerio. Y para mirarlo a plena intemperie.
Conforme a las declaraciones del secretario general del Ministerio, al mirador del puente o a cualquier punto de su carril no destinado a los vehículos motorizados sólo se podrá llegar en bicicleta o andando. Por tanto, no se puede subir en coche o similar ni aparcar para descender y ponerse a contemplar el paisaje. Quien vaya en automóvil tendrá que dejarlo aparcado donde pueda en Coria o antes de llegar al puente y subir a pie o en bici (si ya viene montado sobre ella, la trae en el coche o alquila una en las cercanías) la pendiente del viaducto desde la cota digamos cero hasta la 70,80 del vano principal, coincidente con la del gálibo del puente y a lo largo de unos 1.800 metros.
¿Qué turista que venga a Sevilla estará dispuesto a hacer tal esfuerzo físico después de haber recorrido más de 14 kilómetros en coche o en bicicleta para llegar al borde del puente en Coria del Río? Hagan su propia estimación a partir de la edad de los turistas que acudieron a Sevilla durante la primavera de este año 2022, según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía:
El puente dedicado a la recién fallecida reina Isabel II en Dartford (Gran Bretaña) sobre el río Támesis tiene similitudes con el que podría construirse para la SE-40 en las cercanías de Coria, ya que su vano principal mide 450 metros y el proyectado para la ronda de circunvalación sevillana tendrá entre 200 y 400 metros; su gálibo es de 65 metros, frente a los 70,80 metros del futuro puente de la SE-40 (es decir, un tablero 5,80 metros más bajo en relación con la lámina de agua que el sevillano); y los viaductos miden 2.872 metros, frente a los 3.600 metros del puente de la ronda de circunvalación sevillana, o sea 728 metros menos, lo cual significa que en el caso del puente sevillano hay que subir una pendiente más larga para llegar al vano central (el mirador) que en el caso del puente británico, un vano central que además se hallará a casi 6 metros más de altura.
Las siguientes imágenes del puente de la reina Elizabeth II (QEII) en Dartford nos pueden dar una idea aproximada de la pendiente que habría que subir andando o en bicicleta para llegar hasta el vano central del puente de la SE-40 junto a Coria del Río, que incluso tendrá una mayor altura:
Si usted, lector, fuera un turista ¿haría todo lo que habría que hacer para, tras recorrer 14,1 kilómetros desde Sevilla, subir en pendiente, a pie o en bicicleta, a lo largo de 1.800 metros para llegar a una altura de 70,80 metros y mirar desde lo alto del puente de la SE-40 el paisaje por la parte de Coria?.
Item más, ¿lo haría Xavier Flores, el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes?
- SÍGAME EN LINKEDIN:
- https://www.linkedin.com/in/manuel-jes%C3%BAs-florencio-caro-919b0225/