La Universidad de Huelva advierte de que lixiviados de residuos mineros de Tharsis pueden suponer una amenaza para la presa de Alcolea

Hay cuatro grandes cortas mineras inundadas con más de 5 millones de litros de aguas ácidas y metales tóxicos disueltos

La Universidad de Huelva (UHU), a través de su Departamento de Ciencias de la Tierra, ha advertido de que en las minas de Tharsis existe una gran superficie cubierta por escombreras, «algunas de ellas muy contaminantes», donde se generan lixiviados que «afectan a los ríos Meca y Oraque, produciendo la acidificación del embalse del Sancho». Este presenta en la actualidad «un pH próximo a 3.5», y supone «una amenaza para el embalse de Alcolea, en el caso de que se retome su construcción».

Así lo ha indicado el Departamento de Ciencias de la Tierra de la universidad onubense en una nota tras la celebración del ‘Hidrogeodía’, una jornada de divulgación que se celebra a nivel nacional sobre la importancia de la Hidrogeología y de la profesión del hidrogeólogo y que promueve el Grupo Español de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Agua.

En Huelva, el Hidrogeodía está organizado por investigadores del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Huelva. Esta edición, en la que han participado unas 75 personas, se ha centrado en los problemas causados por las aguas ácidas de minas en la zona de Tharsis.

En este sentido, la universidad onubense ha señalado que la minería en esta zona terminó a finales del pasado siglo, dejando un rico patrimonio industrial pero «también numerosos residuos», donde se generan lixiviados ácidos. Así, desde el departamento de Ciencias de la Tierra han explicado que existen cuatro grandes cortas mineras inundadas que almacenan más de cinco mil millones de litros de aguas ácidas, con «elevadas» concentraciones disueltas de metales tóxicos.

Una de las cortas mineras inundadas de Tharsis

A este respecto, desde el departamento han apuntado que el nivel del agua de las cortas de Filón Centro y Filón Sur «está estabilizado», pero advierten que «existen salidas subterráneas ocultas que contaminan varios tributarios del río Meca». Por el contrario, en las cortas de Sierra Bullones y Filón Norte, «el nivel del agua ácida ha ascendido más de 40 metros en los últimos 20 años, y continúa subiendo año a año».

Por otro lado, indican que existe una gran superficie cubierta por escombreras, «algunas de ellas muy contaminantes», donde se generan lixiviados que afectan a los ríos Meca y Oraque, «produciendo la acidificación del embalse del Sancho, que presenta en la actualidad un pH próximo a 3.5», y «suponiendo una amenaza para el embalse de Alcolea, en el caso de que se retome su construcción».

En este punto, han reseñado que existe un proyecto para la reapertura de esta mina, lo que «puede ser una oportunidad para la recuperación ambiental de la zona», pues en la actualidad existe tecnologías para evitar que se generen aguas ácidas durante las fases de explotación y clausura de las minas. Para ello, «se deberían invertir parte de los beneficios de la futura explotación en restaurar los pasivos mineros abandonados».

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