Florencia prohibirá nuevas viviendas turísticas en su Casco Antiguo

Y eximirá del pago de impuestos durante tres años a los propietarios que dejen de alquilarlas a los turistas

El mismo día en que la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía daba a conocer su proyecto de reforma de decretos que permitirá a los ayuntamientos andaluces limitar el número de viviendas turísticas en sus municipios, el alcalde de Florencia, Dario Nardella, divulgaba un proyecto similar con el fin de evitar nuevas viviendas de uso turístico en el Casco Antiguo de la bella ciudad italiana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se estima que en el mismo se hallan radicadas 8.000 de las 11.000 viviendas florentinas dedicadas al alquiler turístico.

El Consistorio de Florencia, cuya sede es el Palazzo Vecchio, ha decidido aprobar una disposición que prohíba el uso de propiedades residenciales para alquileres turísticos a corto plazo en toda el área del Centro Histórico declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Como medida complementaria, los propietarios que actualmente alquilan casas a través de plataformas turísticas como AirBnb y similares y decidan salirse del mercado de alojamientos turísticos y opten por ofrecer alquileres de larga duración, habitualmente destinados a los nativos florentinos en vez de a los turistas, no tendrán que pagar el IMU (equivalente en España al Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI) de su segunda vivienda durante tres años, según informa la prensa local.

El alcalde de Florencia, Darío Nardella, ha anunciado que el Ayuntamiento aprobará una resolución a finales de año para introducir un cambio en el Plan Operativo Municipal. Desde el 1 de junio de 2023, los propietarios de inmuebles ubicados en el Centro Histórico ya no podrán destinarlos para alquileres turísticos a corto plazo. La norma no tendrá carácter retroactivo, por lo cual quienes actualmente ofrecen alquileres de corta duración de sus viviendas, cuyos clientes son habitualmente los turistas, podrán seguir haciéndolo, pero no se permitirá más conversión de viviendas tradicionales en turísticas en el Casco Antiguo.

Vista del Casco Antiguo de Florencia, con la Catedral dominando el conjunto

A partir de ahora, los propietarios que fuera del Centro se incorporen al mercado de alojamientos turísticos tendrán que imponer a sus huéspedes una estancia mínima de un mes. La media que un turista pasa ahora en la ciudad es de tres noches; el mínimo de un cliente de Airbnb, la plataforma turística más importante, es de dos noches.

“Nos damos cuenta de que es una norma jurídicamente atrevida -afirmó el alcalde, Darío Nardella-, pero somos conscientes de que legalmente podemos defenderla. Si no tratamos de tomar acciones políticamente disruptivas, nadie se mueve: estamos cansados ​​de anuncios; el problema se ha vuelto estructural”.

Hacía alusión al anteproyecto de ley de alquileres de corta duración elaborado por el Gobierno, al que tachó de «totalmente ineficaz».

Además, el alcalde florentino ha comunicado que va a utilizar la palanca fiscal para todos aquellos que quieran colaborar y volver a la situación precedente: los propietarios de inmuebles actualmente destinados a alquileres de corta duración y por tanto destinados fundamentalmente a los turistas y que quieran volver a los alquileres de larga duración, cuyos clientes potenciales serían los vecinos de Florencia, tendrán un incentivo del Ayuntamiento: la puesta a cero del IMU (equivalente al IBI en España) de segunda vivienda durante tres años.

Darío Nardella, alcalde de Florencia

“No entendemos por qué, ante una emergencia de este tipo, no queremos extender el estándar de Venecia a todas las ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que tienen características similares”, agregó el alcalde. Darío Nordella se mostró muy crítico con el proyecto de Gobierno de Italia para tratar de frenar el fenómeno del elevado número de viviendas de usos turísticos en las ciudades patrimoniales del país. A juicio del alcalde de Florencia, ese proyecto “no contiene ningún instrumento útil y eficaz para abordar el problema de la vivienda en las ciudades, los altos alquileres y el impacto de los flujos turísticos en el mercado inmobiliario”.

El estándar de Venecia, citado por el alcalde de Florencia, es una norma que permite al municipio veneciano limitar a 120 el número máximo de días que una vivienda se puede alquilar en la ciudad lacustre.

Alojamiento para turistas que se oferta en una torre medieval de Florencia

En los últimos años los alojamientos turísticos no han dejado de crecer y han provocado que el precio de los alquileres de larga estancia estén por las nubes en Florencia. Han llegado a subir un 72%, y el precio medio mensual de un alquiler en el centro de la ciudad es de unos 2.000 euros. Así lo han declarado a La Sexta Tv Marco y Giulio, dos florentinos que dejaron su piso cerca de Santa Croce para mudarse a la periferia: «La situación en el centro es crítica -afirman-. Nosotros vivíamos en el centro, pero ya no nos podemos permitir pagar allí un alquiler». La culpa, coinciden, la tienen los alquileres turísticos de corta estancia.

Venecia y Milán tienen el mismo problema que Florencia. Sus centros históricos están tan llenos de turistas y de apartamentos vacacionales que han terminado expulsado a los residentes a otros barrios más alejados o a la periferia.

Estudiantes de ciudades italianas, como Florencia, Milán y Roma, han acampado en tiendas de campaña en los campus para protestar por la falta de viviendas asequibles.

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