El déficit de equipamientos de muchos barrios justifica el anuncio del nuevo presidente de la Diputación de invertir en la metrópoli
El nuevo presidente de la Diputación Provincial de Sevilla y alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, ha declarado tras su toma de posesión que no descarta «hacer cosas en los barrios de Sevilla capital, ya que la ciudad tienen déficits». Esta declaración rompe la línea política mantenida por la Corporación Provincial durante el largo mandato (casi veinte años) de su antecesor y correligionario, Fernando Rodríguez Villalobos, el cual sostenía que ‘el Ayuntamiento de los ayuntamientos’ no pintaba prácticamente nada en la capital de Andalucía y debía centrarse en los pueblos.
Hace ahora doce años, Villalobos proclamó su deseo de vender las acciones que la Diputación tenía en entes como Fibes y el estadio de la Cartuja, entre otros, para concentrarse en los municipios y en sus necesidades.
Históricamente la Corporación Provincial participaba en los grandes proyectos y sociedades públicas de la capital y aunque con Villalobos al mando fue abandonando o reduciendo su presencia en sociedades como Isla Mágica, todavía hoy mantiene, si no me equivoco, un 13% del capital social del estadio cartujano y hace un par de años, ante la crisis que sufría la institución, acordó incrementar a más de 600.000 euros su aportación al Consorcio del Teatro de la Maestranza.
Estas participaciones han tenido más bien un componente institucional que no se traducía en una percepción a pie de calle como en el conjunto de los pueblos de la provincia. Estaba muy claro que la Diputación no se sentía cómoda en unas entidades a las que era llamada sólo para desembolsar capital y luego desempeñar un papel meramente testimonial.
Paradójicamente, ahora Javier Fernández va a materializar públicamente el reconocimiento de lo que Villalobos sostenía, tal como me lo expuso en una conversación que mantuvimos cuando él acababa de ser elegido presidente, de que en muchos barrios de Sevilla capital se vivía peor que en muchos pueblos de la provincia, ya que éstos, merced a inversiones con cargo a programas de todo tipo (desde el PER hasta los fondos europeos), habían sido dotados progresivamente de equipamientos e infraestructuras que no tenían su equivalencia en barrios capitalinos. Y basta recordar que Sevilla tiene los tres barrios más pobres de España y a seis en la lista de los diez más deprimidos.
Javier Fernández, nuevo presidente de la Diputación Provincial de Sevilla
La provincia de Sevilla cuenta actualmente con 106 municipios y la ciudad de Sevilla, con 108 barrios, según la actualización de los últimos datos al respecto. ¿Gozan el largo centenar de barrios de la capital de los mismos equipamientos que los pueblos de la provincia? Veamos algunos indicadores.
Si se consulta el Directorio de las Bibliotecas Municipales de la Provincia de Sevilla se comprueba que existe esta dotación en prácticamente todos los pueblos (101) y que hay casos de municipios hasta con cuatro y tres bibliotecas, y varios más con dos, frente a las 15 del conjunto de una capital con 700.000 habitantes en números redondos.
Y si se echa un vistazo a la Red Andaluza de Teatros Públicos, aparecen espacios escénicos adheridos de 14 municipios sevillanos.
Recientemente se aprobó el programa del Gobierno para fomentar la asistencia al cine de los mayores de 65 años, que tras el Covid no han recuperado dicho hábito cultural. Hasta el momento se han adherido 18 salas sevillanas, de las que sólo cuatro se hallan radicadas en la capital; las 14 restantes, en municipios de la provincia.
Hace cinco años, la Diputación acordó la firma de un convenio de colaboración (tradúzcase por subvención) con los ayuntamientos de La Algaba y Villaverde del Río para la construcción de sendos pabellones deportivos porque se había percatado de que eran los dos únicos pueblos con más de 7.500 habitantes que carecían de este equipamiento.
Como en la provincia hay 47 municipios con al menos esa cifra de vecinos, ello significa que todos ellos cuentan con pabellones deportivos cubiertos de carácter público, dotados de un mínimo compuesto por área de servicios generales, oficinas de administración, enfermería, graderío, pistas o espacio central para competiciones, otras complementarias, vestuarios para deportistas y árbitros y almacenes. ¿Hay 45 barrios sevillanos que tengan pabellones de estas características?
¿Y qué decir de las piscinas en estos tiempos de calor? Prácticamente en la mayoría de los pueblos hay una de carácter público, sin que puedan decir lo mismo en el centenar largo de barrios capitalinos.
Fernando Rodríguez Villalobos (a la derecha), con su sucesor, Javier Fernández
En este verano de 2023 sólo se prevé que abran en Sevilla capital cuatro piscinas públicas: las del Tiro de Línea, Rochelambert, Alcosa y Torreblanca. Esta es toda la oferta en la ciudad por excelencia del calor. Un ejemplo paradigmático lo tenemos en la piscina al aire libre del complejo deportivo Ifni, en Heliópolis, que ha estado abandonada durante decenios, hasta que hace unos meses fue rellenada para construir encima un campo de fútbol o similar, de los que hay varios en el mismo polideportivo mientras que la inutilizada piscina no tenía más alternativa.
Y así podríamos seguir comparando indicadores (animo a la Diputación a que haga el estudio comparativo de equipamientos) para llegar a la conclusión de que Villalobos estaba en lo cierto cuando decía hace ya una veintena de años que los pueblos de la provincia habían superado con creces su retraso histórico en materia de equipamientos y tenían más e incluso mejores que muchos barrios de la metrópolis.
Justamente por la veracidad de ese aserto tiene ahora todo el sentido del mundo que el nuevo presidente de la Diputación Provincial, Javier Fernández, haya dicho que la institución que preside tiene que hacer cosas en la capital, debido a los déficits que sufre ésta. Recuérdese el lastimero mensaje del anterior alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, que decía aquello de «solos no podemos» cuando hablaba del reto de revertir la situación de los barrios más pobres de España y pedía el auxilio del resto de las Administraciones Públicas.
Javier Fernández, que cuenta con un presupuesto de 535 millones de euros, parece dispuesto a acudir en ayuda de esos barrios con déficits de todo tipo, porque Sevilla capital también forma parte de la provincia y porque la Diputación Provincial debe garantizar la cohesión social en todo su territorio.
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