Greenpeace estima mediante tecnología espacial que 1.800 hectáreas se riegan ilegalmente en el entorno de Doñana

Supondrían la quinta parte de las fincas en regadío en la comarca

Doñana se seca, pero no se seca sola: la están secando. Y no es sólo por la sequía. Un denso archipiélago de fincas regadas de manera irregular está saqueando el agua del humedal. Cerca de un 20% de las zonas de regadío en la corona de Doñana (probablemente más) está siendo regado ilegalmente al margen del plan de ordenación vigente, según una investigación realizada por Greenpeace.

En amarillo, aparece marcada la extensión que es considerada regable según el plan de ordenación de 2014. En morado, las zonas consideradas no regables y que se ha podido constatar que han sido regadas irregularmente entre julio 2022 y junio 2023

La organización ecologista habla de cerca de 1.800 hectáreas de fincas, principalmente de frutos rojos (fresa, frambuesa…) acaparando un agua que escasea y a la que no tendrían derecho según los planes de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, la cual estima en sus planes la cantidad disponible para riego cada temporada. Otra cuenca, la del Tinto, Odiel y Piedras, no ha sido analizada en esta ocasión, por lo que Greenpeace estima que la verdadera cifra del saqueo del agua sería superior.

Para obtener estos datos, en la investigación se ha utilizado una innovadora metodología desarrollada por Bytegeo, especializada en tecnología geoespacial, capaz de identificar con alta fiabilidad qué fincas han sido regadas durante un periodo de 12 meses (de julio 2022 a junio 2023).

GRANDES EMPRESAS Y LAZOS POLÍTICOS

Además, en este análisis en profundidad, Greenpeace repasa cómo el regadío ilegal se camufla entre regadíos legales, cómo algunas grandes corporaciones se están lucrando con este modelo agrícola insostenible mientras mantienen lazos políticos con el PP (que gobierna la Junta de Andalucía), sin olvidar el modelo de explotación laboral que se esconde bajo el plástico de los invernaderos, un modelo que se ensaña especialmente con las mujeres, muchas veces migrantes.

«Todo -afirma- para que esta industria, que acorrala el Parque Nacional más emblemático de la Península, siga produciendo hasta la extenuación a un ritmo de casi 1.000 toneladas diarias: 90 camiones diarios que exportan ‘agua’, un agua que no tenemos, en forma de fresas, frambuesas, grosellas o arándanos. Así es como unos pocos hacen negocio produciendo la sexta parte de los frutos rojos del planeta; así es como están matando Doñana. Desde ahora -añade-, estos datos son parte de la solución para resucitar Doñana«.

El informe completo puede consultarse en el siguiente enlace: https://storymaps.arcgis.com/stories/a8163821aeef4c1c99136183c04f1ce1

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