Polémicas por la (no) cabalgata del Polígono Sur y la copa navideña pagada por la empresa Sacyr al personal de Urbanismo
El alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, trató de emular a su predecesor y antiguo jefe en su partido, Juan Ignacio Zoido, convirtiendo de nuevo la Navidad en la fiesta de referencia de un gobierno local del PP, como ha demostrado la resurrección del ‘mapping’ (‘Navigalia’), esta vez en la dársena del Guadalquivir. Sin embargo, la Navidad de Sanz y su gobierno ha quedado marcada por dos actuaciones para la polémica y que siguen trayendo cola: la (no) cabalgata en el Polígono Sur y la copa navideña pagada al personal de la Gerencia de Urbanismo en un espacio público (el antiguo convento de Santa Clara) por la empresa privada Sacyr en virtud de un supuesto punto incluido por Monteseirín en la concesión de las Setas de la Encarnación.
La historia de lo que debió ser en el Polígono Sur otra cabalgata más de las que se celebraron en barrios sevillanos en la mañana del sábado 6 de enero (2024) pero que se adelantó al martes 2 en forma de pasacalles sin vínculo alguno con la tradición de los Reyes Magos la escribió de forma magnífica Carmen del Toro en Viva Sevilla.
A partir de ahí se han sucedido las reacciones e interpretaciones, desde la del delegado de Fiestas Mayores (Manuel Alés), que reinventó la historia de los Reyes Magos al decir que el pasacalles habría que haberlo presentado como la acampada de Sus Majestades de Oriente en su camino a Belén, hasta la de Engracia Rivero, diputada de Sumar, que llevó el tema al Congreso de los diputados, y los grupos municipales del PSOE y Con Podemos-IU, que a su vez la llevaron a la Comisión de Control del Ayuntamiento en demanda de explicaciones de por qué el Polígono Sur y no otro barrio se quedó este año sin cabalgata.
La polémica no para de dar juego. Si Manuel Alés, el delegado de Fiestas Mayores, acuñó que el pasacalles era la acampada de los Reyes Magos, ahora, en respuesta a las críticas de la oposición, su compañero de gobierno, José Luis (alias Pepelu) García, ha engendrado un palabro que por su novedad aún no ha podido ser recogido en su Diccionario por la Real Academia pero que posiblemente lo hará en próximas ediciones y Pepelu pasará a la historia como su creador: «exotización».
García, atendiendo al dicho de que la mejor defensa es un ataque, ha acusado al PSOE de «exotización de la pobreza» en el Polígono Sur. Cabe suponer que el delegado ha usado este derivado de su invención a partir del término «exótico», pero si se consulta el DRAE para ver todas sus acepciones no se halla ninguna que otorgue sentido a lo que habrá querido expresar el titular del área de Barrios de Acción Preferente y Derechos Sociales y delegado del Distrito Sur, al que pertenece el Polígono Sur.
¿Qué pasó por la cabeza de García cuando usó el palabro «exotización»? ¿Acaso quiso referirse a la exportación de la pobreza? ¿O es que considera que la pobreza del Polígono es algo exótico, por más que sus habitantes se reivindiquen una y otra vez como nativos de la ciudad que los margina e ignora proclamando eso de que «también somos Sevilla»?
José Luis García, también delegado del distrito Sur
El delegado ha tratado de justificar el modelo (¿?) de (no) cabalgata de este año en el Polígono Sur por los problemas «legales» que hubo el año pasado con la empresa que se encargó entonces de su organización. El argumento de García no parece muy consistente y se vuelve como un ‘boomerang’ contra él, ya que Sanz fue investido alcalde el 17 de junio y por lo tanto él y su equipo han tenido más de medio año para resolver esos problemas y haber contratado una nueva empresa con todos los papeles en regla.
Como no ha actuado con la diligencia debida en un barrio que «también es Sevilla», le pilló el toro y tuvo que actuar a destiempo y con improvisación montando para salir del paso el, valga la redundancia, pasacalles el 2 de enero. Casualidad o coincidencia, en el resto de barrios con cabalgatas programadas, todas se celebraron sin problemas en la fecha prevista, y si los hubiera habido la creencia popular es que se habría actuado a tiempo para resolverlos.
LA COPA DE URBANISMO
La segunda polémica que ha empañado la Navidad al gobierno de Sanz ha sido el correo electrónico dirigido a todo el personal de la Gerencia de Urbanismo para invitarles en el claustro del antiguo convento de Santa Clara a un catering, financiado por una empresa colaboradora, con motivo de las fiestas navideñas y el final del año.
El hecho de que una empresa «colaboradora» del Ayuntamiento pagara la copa navideña a los miembros del organismo autónomo municipal más importante escandalizó (y no sólo) a la Oposición, que exigió explicaciones en el seno de la Comisión de Control del gobierno local.
Allí, el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, reveló que la empresa pagadora es Sacyr y que lo viene haciendo desde 2011, después de que Monteseirín le adjudicara el contrato para la explotación durante 40 años de las Setas de la Encarnación y en virtud de una cláusula recogida en el mismo.
Monteseirín, inaugurando oficialmente las Setas cuando aún estaban en obras
Según De la Rosa, el «acto de Navidad», celebrado el 19 de diciembre en Santa Clara, se enmarcó en «la estrategia de motivación de la nueva Gerencia, porque era importante que la Dirección tuviera este evento con los trabajadores tras 8 años de gobierno del PSOE». El delegado trató de alejar cualquier sospecha de connivencia con o de favoritismo a Sacyr argumentando que el último contrato que le adjudicó Urbanismo data de 2010.
No será con Urbanismo, pero sí con otros departamentos del Ayuntamiento. Así, por ejemplo, en 2012 el gobierno local adjudicó a esta empresa un contrato de conservación y mantenimiento de zonas verdes por un periodo de cuatro años. Y en la pasada primavera, su filial de servicios (Sacyr Social) logró del Consistorio sevillano un contrato de servicio de ayuda a domicilio durante dos años, prorrogables por otros dos y por valor de 25 millones de euros.
El PSOE, que estuvo en el gobierno municipal que adjudicó a Sacyr la concesión de las Setas de la Encarnación y por tanto conoce mejor que nadie todo lo relativo a este contrato, asegura que se estipuló la colaboración de la empresa para la divulgación del patrimonio de Sevilla, no para que ahora se tergiverse su contenido para tratar de justificar la financiación de una copa de Navidad camuflada en un espacio público y patrimonial como el claustro del antiguo convento de Santa Clara.
Además, los socialistas, que también gobernaron la ciudad en los últimos ocho años, niegan tajantemente la afirmación del delegado de que Sacyr ha venido pagando desde 2011 una copa o comida navideña al personal de Urbanismo. El PSOE, pues, acusa a De la Rosa de haber mentido doblemente en sede municipal y exigen su dimisión o, en su defecto, su destitución por el alcalde.
Juan de la Rosa, delegado de Urbanismo
Frente a las acusaciones socialistas, De la Rosa tiene dos opciones:
-Mostrar el contrato de las Setas con Sacyr, para que la opinión pública juzgue si en su virtud se le puede cargar a la tesorería de esta empresa privada el pago de la copa navideña del personal de Urbanismo.
-Enseñar las facturas de las copas navideñas de la Gerencia que, según ha afirmado, ha pagado Sacyr desde 2011, con lo cual, de ser cierto, demostraría que el PP de Sanz se habría limitado a continuar la misma impresentable e injustificable práctica que el PSOE de Monteseirín, Espadas y Muñoz y que el cambio de gobierno municipal no habría servido para alterar la escala de valores en la Casa Grande.
Si no lo hace, si no muestra el contrato ni las facturas, esa omisión sería el reconocimiento implícito de la veracidad de las acusaciones del PSOE y De la Rosa perdería el crédito político para dirigir una Delegación que quedaría bajo la sospecha de estar bajo la influencia de una empresa privada y concesionaria del propio Ayuntamiento.
Además, a De la Rosa le traicionó el inconsciente cuando declaró que el «acto navideño» se enmarcó «en la estrategia de motivación de la nueva Gerencia de Urbanismo tras ocho años de gobierno del PSOE», una motivación que nada tiene que ver con la divulgación del patrimonio, pero como hacía falta una coartada patrimonial para cargar el coste de la copa al convenio con Sacyr se eligió, en vez de un restaurante, el claustro del convento de Santa Clara para la celebración.
¿Y es necesario motivar a los trabajadores mejor remunerados del Ayuntamiento, miembros de un organismo donde tal como vimos en su día se cobra de media casi 7.000 euros mensuales y en el que un jefe de servicio supera los 100.000 al año y un auxiliar los 37.000?
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