Los errores de Sanz con la Plaza de España

El plan del alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, de cerrar la Plaza de España para así poder cobrar una entrada sólo a los turistas y repartirse el dinero en una proporción 3 a 1 con el Estado (copropietario del conjunto monumental) con -ha afirmado- el objeto de financiar su conservación y la vigilancia durante las veinticuatro horas al día ha provocado una enorme polémica que ha traspasado incluso nuestras fronteras. Repasamos en este informe algunos de los errores cometidos por Sanz tanto en la forma como en el fondo de su planteamiento.

Entre los fallos del alcalde de Sevilla cabe destacar los siguientes:

No contar con el copropietario (Estado) del conjunto monumental: El Ayuntamiento es el titular del espacio de la Plaza de España comprendido entre los bancos dedicados a las provincias y la balaustrada exterior de cerámica, incluida la fuente central, la ría y la avenida de Isabel la Católica.

El Estado, a través de la Dirección General de Patrimonio -dependiente del Ministerio de Hacienda, cuya titular es la sevillana María Jesús Montero-, es dueño de todos los edificios del conjunto monumental y de las galerías superiores entre arcadas que dan acceso a aquéllos.

Ahora bien, hay diferentes interpretaciones sobre hasta dónde llega exactamente la titularidad municipal, si a partir de la banda de ladrillos situada a un pequeño nivel superior que separa los bancos de las provincias del suelo de la explanada o a partir del muro de ladrillo sobre el que se apoyan los bancos y los paños de azulejos referidos a un episodio de la historia de cada una de las 50 provincias del país.

Sea como fuere, José Luis Sanz considera que el Estado se vería afectado/beneficiado por su propuesta de crear, mediante un convenio bipartito, un itinerario turístico-cultural por la Plaza de España en que se cobraría a los turistas una tarifa «no disuasoria»· y cuya recaudación se repartiría entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Hacienda en una proporción del 75% para el primero y del 25% para el segundo.

Plaza de España

Sin embargo, al igual que ya le ocurrió con la idea de unificar en el edificio central de la Universidad los museos de la ciudad para crear un ‘Louvre’ sevillano pero sin informar de ello ni tratar de consensuarlo con el rector, en este caso tampoco ha contactado ni negociado previamente con el Gobierno de la nación para comprobar si apoyaría o no propuesta.

De hecho, días después de filtrarla a ABC, todavía no se había dirigido de forma oficial al Ejecutivo ni a ninguno de sus Departamentos, como declaró durante la celebración del Día de Andalucía (28 de febrero) la vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ya anticipó que «privatizar el espacio público no puede ser la respuesta para el cuidado y preservación de la Plaza de España de Sevilla, una joya cultural que pertenece a todos y a todas. Desde luego, el Ministerio de Hacienda no se va a prestar a ello».

No tener en cuenta los límites legales: Aunque, por su importancia, majestuosidad y popularidad, podría parecer que la Plaza de España es un bien protegido «desde siempre», en realidad no fue hasta el 4 de julio de 2023 (tres semanas después de que Sanz fuera investido alcalde) cuando el Consejo de Ministros declaró los edificios que la componen Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento, el grado máximo de protección que establece la Ley de Patrimonio Histórico Español.

Y esta ley tiene dos artículos que afectarían de lleno a la materialización del plan del alcalde de cerrar con vallas o similar la gran explanada, con un diámetro de 230 metros entre las dos torres, para aislarla del resto del conjunto monumental y cobrar una entrada a los turistas.

Artículo 18: Dice que un inmueble declarado Bien de Interés Cultural es inseparable de su entorno. Y justamente ese sería el efecto que provocaría el plan del alcalde: separar físicamente el entorno (la plaza) de los inmuebles, dejando a cada uno de los dos elementos que la componen sin su contexto para poder cobrar a los turistas una entrada a un espacio que su creador, Aníbal González, concibió como público y abierto.

La Plaza, al anochecer

Artículo 19: Dice, entre otras cosas, lo siguiente: «En los Monumentos declarados Bienes de Interés Cultural no podrá realizarse obra interior o exterior que afecte directamente al inmueble o a cualquiera de sus partes integrantes o pertenencias sin autorización expresa de los Organismos competentes para la ejecución de esta Ley. Será preceptiva la misma autorización para colocar en fachadas o en cubiertas cualquier clase de rótulo, señal o símbolo, así como para realizar obras en el entorno afectado por la declaración (……). Se prohíbe también toda construcción que altere el carácter de los inmuebles a que hace referencia este artículo o perturbe su contemplación».

El Gobierno, como ha expresado su vicepresidenta, no otorgará el permiso para que se realice ninguna obra exterior (el vallado de la plaza), un vallado que además perturbaría la contemplación del conjunto monumental.

Normas de la Unión Europea: La Unión Europea prohíbe expresamente que se discrimine por razón de nacionalidad, lugar de residencia o de establecimiento de los clientes en el mercado interior. Cobrar sólo a los turistas por acceder a un espacio público y abierto como es la Plaza de España y no a los sevillanos podría ser considerado por Bruselas como atentatorio contra los principios que rigen la Unión de los Veintisiete.

Efecto ‘boomerang’ sobre los sevillanos: El anuncio del alcalde de que los empadronados en Sevilla capital y provincia no tendrían que pagar la entrada y por lo tanto no les afectaría la medida no tiene en cuenta lo que ya está ocurriendo en otros monumentos como el Patio de los Naranjos y el Real Alcázar. El cierre del Patio de los Naranjos, de tránsito libre durante siglos, a partir de la Expo-92 por la Iglesia con ese mismo argumento de que no afecta a los vecinos de Sevilla porque ellos no tienen que pagar ha provocado en la práctica su entrega a los turistas, ya que los sevillanos han de obtener una entrada en taquilla, aunque no les cueste el dinero, y guardar una cola kilométrica, con una pérdida de tiempo que en su día a día no están dispuestos a soportar.

Protestas por el cierre del Patio de los Naranjos al tránsito libre

Por lo que se refiere al Alcázar, antiguamente había junto a la enorme cola de turistas que daba la vuelta al monumento un control sólo para los empadronados en la ciudad. Bastaba con mostrar el DNI acreditativo para que de inmediato se les franqueara el paso hasta la taquilla, donde se les entregaba una entrada gratuita con la que pasar por los tornos de acceso. Cuestión de minutos. Desde hace tiempo ya no existe ese procedimiento digamos automático, sobre la marcha, sino que hay que conseguir previamente una entrada que mostrar ante los vigilantes, bien reservándola a través de Internet para un día determinado, con muchas posibilidades de que apenas queden disponibles, como muestra la imagen tomada en la noche del domingo 3 de marzo (2024):

o bien poniéndose a la cola general con los turistas en el Patio de Banderas y esperar un tiempo considerable a llegar a la ventanilla para conseguirla, aunque sea de forma gratuita. El resultado de esta política restrictiva es que los vecinos de la ciudad ya no van con la frecuencia de antes al Alcázar, y lo mismo acabaría ocurriendo en la Plaza de España si se cerrara para poder cobrar a los turistas. Los sevillanos cada vez irían perdiendo más espacios públicos por la política de mercantilización de plazas y monumentos para aprovecharse de los turistas.

No estimar el rechazo popular al plan: El 25 de febrero (2024) Jesús Juan Pérez y Nacho Molina promovieron en la conocida plataforma de Internet Change.org sendas campañas de recogidas de firmas contra la privatización de la Plaza de España, a raíz de conocerse el plan del alcalde.

En tan sólo una semana 45.186 personas han respaldado con sus firmas cada una de las dos campañas. Y la cifra sigue creciendo.

Inflar el coste del mantenimiento de la Plaza de España: «Si el Estado aporta 5 millones de euros, no haría falta ni convenio ni tasa (turística). Desgraciadamente -ha declarado Sanz-, el mantenimiento de esta plaza no se puede sufragar sólo con el IBI de los sevillanos; sólo con el presupuesto de una ciudad, que como todas las capitales españolas, está infrafinanciada”.

El alcalde, pues, ha proyectado en la opinión pública que el mantenimiento de la plaza le cuesta al Consistorio 5 millones de euros, pero el mismo diario que publicó la filtración del plan de cobro a los turistas rebajó esa cantidad a la décima parte: 500.000 euros. Pensemos ahora cuántas cantidades equivalentes o superiores a 500.000 euros destina el Ayuntamiento a otros fines o usos como para tener que idear todo este plan de cierre de la Plaza de España con el argumento de que no hay dinero suficiente para conservarla y vigilarla.

Invocar lo hecho por otros para justificar la propuesta: El alcalde le ha recordado a Gómez de Celis que el PSOE “sí privatizó un monumento de la ciudad de Sevilla como fueron las Setas de la Plaza de la Encarnación”. No se puede privatizar lo que no existía previamente: no fueron las Setas, sino la plaza, para que Sacyr construyera sobre dicho espacio las Setas a cambio de su explotación comercial durante 40 años. Si el PP hace la misma política en ese sentido que el PSOE, entonces ¿en qué radica la diferencia? ¿qué razón hay para votar a los populares en lugar de a los socialistas si a la postre van a acabar haciendo lo mismo?

La Plaza de la Encarnación, bajo las Setas

Y si, según Sanz, la plaza de la Encarnación fue privatizada por el PSOE (en beneficio de Sacyr), ¿por qué el Ayuntamiento ha cargado con, por ejemplo, los costes derivados del desgajamiento del ficus y posterior apeo del mismo?

No considerar el impacto internacional de una propuesta de este tipo: Se estima que más del 90% de los turistas que han pasado por Sevilla visitaron la Plaza de España durante su estancia, luego han sido millones a lo largo de los años y procedentes de prácticamente todos los países del mundo. Por eso, un plan como el filtrado y ratificado por el alcalde ha alcanzado una enorme repercusión internacional, del que se han hecho eco medios, agencias y portales digitales como Reuters, Euronews, The Guardian, New York Post, la CNN, Yahoo, Youtube, AOL, Le Parisien, Le Figaro, La Libre Belgique…

La noticia, en el periódico francés Le Figaro

El Ayuntamiento, que tan aficionado es a valorar en millones y millones de euros el impacto de cualquier evento que se realice en la ciudad por su eco en los medios de comunicación internacionales, no dice ahora nada sobre el coste negativo para la imagen de la ciudad en el mundo de la iniciativa de Sanz.

Tratar de justificar la medida destacando los aspectos negativos en la Plaza de España ¡que son de competencia municipal! Como respuesta al rechazo generalizado a su propuesta, Sanz colgó en Internet un vídeo con imágenes sobre manteros, suciedad y destrozos en la Plaza de España, sin reparar en que evitar/subsanar esas deficiencias ¡es competencia del propio Ayuntamiento! ¿Se puede incurrir en mayor torpeza política?

No pensar en el daño a su propia imagen: La palabra más utilizada para calificar la propuesta del alcalde ha sido «ocurrencia». Desgraciadamente para Sanz, haga lo que haga, ya pasará a la historia como el alcalde que tuvo la «ocurrencia» de proponer el cierre de la Plaza de España.

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