El ministro de Transportes visita en Londres el túnel bajo el río Támesis tras negarse su departamento al del Guadalquivir para la SE-40

En el consorcio constructor participa Ayesa, que decía que en España no había empresas preparadas para ejecutar una obra similar

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible del Gobierno de España, Óscar Puente, ha visitado el pasado jueves 16 de enero (2025) junto al vicealcalde de Transporte de Londres y vicepresidente de Transport for London (TfL), Seb Dance, la obra del túnel de Silvertown, un nuevo túnel bajo el río Támesis que conectará la península de Greenwich y el distrito de Silvertown y que se está llevando a cabo con la participación de empresas españolas.

El ministro español, conocido en Sevilla por sus polémicas en redes sociales con el alcalde Sanz, ha recorrido el túnel y el centro de control y ha podido conocer los detalles y aspectos técnicos de infraestructura, que supone la mayor inversión en carreteras de Londres en 30 años.

El túnel, que está previsto que se inaugure este año 2025 , tiene una longitud de 1,4 kilómetros bajo el río Támesis, 600 metros de rampas de acceso y doble calzada. Cuenta con un presupuesto inicial de 1.400 millones de euros.

El ministro español, durante su recorrido por el túnel en construcción

Su diseño, construcción, financiación, explotación y mantenimiento fue encargado al consorcio RiverLinx, compuesto, entre otras, por las empresas españolas Cintra, Ferrovial-Agroman y la diseñadora Ayesa, multinacional sevillana fundada por el ingeniero trianero José Luis Manzanares.

Como vimos en un anterior informe, en el ‘Anteproyecto y Estudio de Impacto Ambiental: “Autovía SE-40. Tramo: Dos Hermanas – Coria del Río”. Provincia de Sevilla’, redactado para el Ministerio de Transportes junto con la consultora madrileña Fhecor, Ayesa volvió a cargar en su día contra el túnel como medio para el cruce del río Guadalquivir por la ronda de circunvalación SE-40.

Uno de los argumentos que utilizó fue que en España no había empresas preparadas para ejecutar un túnel de esta naturaleza bajo el río Guadalquivir, cuando forma parte del consorcio que realiza las obras en el de Londres y justamente la visita del ministro de Transportes, departamento que asumió sus argumentos, se ha justificado por la participación de empresas españolas en el proyecto británico.

Óscar Puente (a la derecha), junto con el vicealcalde de Londres

Otra compañía española, Ineco, a la que el Ministerio ha adjudicado de forma directa – pese a las denuncias de las patronales de la Ingeniería nacional- la redacción del proyecto del puente sobre el Guadalquivir para la SE-40 como alternativa barata al túnel aprobado inicialmente, forma parte del equipo de ingeniería encargado del diseño y construcción del túnel de Silvertown, como certificador independiente, «aportando su experiencia en la supervisión de túneles de especial complejidad -afirma el Ministerio- para garantizar la finalización exitosa de esta infraestructura».

Con la construcción de este túnel se espera reducir la congestión local y aumentar la prestación de servicios de transporte público para fomentar una movilidad más sostenible y mejorar la calidad el aire, lo contrario de lo que decía Ayesa iba a ocurrir con el túnel de la SE-40. Según la multinacional sevillana, un túnel bajo el Guadalquivir sólo serviría para incrementar la contaminación, por su menor ventilación en comparación con un puente. El túnel londinense dispondrá de un carril para uso exclusivo de autobuses en ambas direcciones, lo que permitirá multiplicar por seis la oferta de transporte público en la zona.

La nueva infraestructura, que será explotada mediante un modelo de colaboración público-privada, servirá como alternativa al túnel de Blackwall, donde se calcula que se vienen perdiendo un millón de horas al año haciendo colas.

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