Balance de los regantes del Guadalquivir: 2.700 hm3 de agua de lluvia acabaron en el mar

Frente a 2.500 hm3 que se quedaron en los pantanos

Desde el comienzo del año hidrológico, el 1 de octubre de 2024, la cuenca hidrográfica del Guadalquivir ha acumulado un volumen total de 2.515 hm³ en sus embalses, distribuidos de la siguiente manera: 1600 hm3, en el Sistema de Regulación General, y 915 hm3 en otros sistemas de la cuenca. Gracias a unas lluvias muy por encima de la media de los últimos 25 años, y particularmente gracias a las fuertes precipitaciones registradas en marzo y abril, coincidiendo con el paso de varias borrascas importantes (Jana, Konrad, Laurence y Martinho), las reservas han pasado del 30,1 % al inicio del año hidrológico al 61,41 % ya entrado mayo y recién comenzada la campaña de riego.

 Se ha almacenado mucha agua, pero según la Federación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) podría haberse almacenado mucha más. Las intensas precipitaciones registradas en los episodios de lluvia de marzo de 2025 han provocado que toda la cuenca no regulada – más del 50 % de su territorio – vertiera el agua al océano Atlántico sin aprovechamiento alguno, y que varios embalses de la zona baja y media alcanzaran su capacidad máxima. Como resultado, se han producido vertidos significativos que han circulado por los cauces hasta el río Guadalquivir y, en última instancia, se han perdido por el estuario.

La estimación total de escorrentías no almacenadas en la cuenca del Guadalquivir se sitúa en torno a los 2.715,12 hm³. El agua que hemos vertido ha sido mayor que el agua que hemos sido capaces de guardar. Y lo que pone de manifiesto todo esto es, para Feragua, «el déficit aberrante en infraestructuras».

Con el volumen no almacenado hubiera habido agua para dos campañas de dotaciones completas. La conclusión de Feragua es que se necesitan nuevas infraestructuras de regulación, recrecer embalses ya existentes, un plan de balsas y optimizar las estaciones de bombeo actuales, que operan a muy bajo rendimiento.

En este sentido, la Federación de Comunidades de Regantes destaca «el deficiente funcionamiento de la estación de bombeo de la Breña II», ya que la parte más importante de las escorrentías no almacenadas o perdidas provienen del tronco del Guadalquivir: se vierten al estuario desde la presa de Alcalá del Río.

Embalse de Alcalá del Río

Parte de la causa de la pérdida la atribuye Feragua al funcionamiento muy deficiente del sistema de impulsión de la presa de Breña II, cuyo objetivo es derivar agua de escorrentía del cauce del Guadalquivir hacia la presa de Breña II.

El caudal máximo operativo de esta estación es de 50m3 por segundo, su máximo caudal nominal es de 39,5 y lo máximo que ha bombeado ha sido 28m3 por segundo. En el presente año hidrológico ha bombeado 30 hm3 frente a un bombeo potencial máximo de 115 hm3, casi la cuarta parte. Desde que funciona, su rendimiento medio no ha superado el 26%. En los últimos 4 años ha bombeado 66 hm3 frente a los 249 hm3 que podría haber bombeado. Por ello se han perdido 183 hm3.

La Federación de Comunidades de Regantes también subraya que a mitad del ciclo hidrológico no se ha puesto una sola piedra de los tres embalses contemplados en la planificación. Del recrecimiento de la presa del Agrio, ahora se está redactando el proyecto. De los proyectos de Cerrada de la Puerta y San Calixto, están pendientes de licitación de la redacción de los proyectos. Del plan de balsas que los regantes vienen demandando de forma insistente para aprovechar esas escorrentías no hay noticias.

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