El pasado 20 de diciembre de 2016 tuve el honor de presentar en el club empresarial Antares, de la Cámara de Comercio de Sevilla, el libro del periodista Carlos Pizá «Abencrash. El ocaso de Abengoa», con estas palabras:
«Muy buenas noches a todos y especialmente a Francisco Herrero y a todo su equipo de la Cámara de Comercio, que han tenido la gentileza de cedernos este espacio para la presentación del libro que aquí nos congrega.
Yo sólo quiero decir cuatro palabras.
1.- Las primeras, sobre sobre CARLOS PIZÁ
Antes que aquí esta noche y antes que en Viva Sevilla, Carlos Pizá y yo coincidimos en Diario de Sevilla, pero él no estaba entre los fundadores del periódico.
Llegó años después, en las siguientes hornadas de periodistas, y cuando ya habían dividido la Redacción en dos plantas.
El se quedó en el piso de arriba, el más cercano a, como suele decirse, la planta noble.
A mí me dejaron en la planta inferior, la más cercana a la puerta de la calle: toda una premonición.
A pesar de nuestra separación física, supe apreciar que aquel joven periodista, bueno, ya no tanto, apuntaba buenas maneras.
Pero entre que a mí me quitaron del medio y que él se acabó yendo del periódico, no pudimos trabajar mucho tiempo juntos y menos codo con codo, como ahora.
Sin embargo, yo me quedé, como suele decirse en términos coloquiales, con la matrícula de aquel redactor de una sección tan especial y especializada como Economía.
Así que cuando siete años después –siete, el número mágico-. se decidió la creación de la sección de Economía regional en Viva Sevilla, el medio del que ahora soy consejero editorial, pensé en fichar como responsable de la misma a Carlos Pizá.
Tuve que hacer algunas gestiones para conseguir su teléfono y localizarlo en Madrid, y, claro, eso equivalió a levantar la liebre entre mis interlocutores.
Cuando revelé mi intención de incorporarlo, alguien me dijo lo siguiente:
-¡Es que es demasiado osado!
Si hubiera tenido alguna duda, que nunca la tuve, aquel calificativo me las habría disipado de golpe.
Osado deriva del verbo osar, que según el Diccionario de la Real Academia significa “atreverse, emprender algo con audacia”.
En esta hora crítica del periodismo, al que más de uno da por muerto, necesitamos más que nunca periodistas audaces, atrevidos, valientes, incluso rayanos en lo temerario, porque ustedes no estarían aquí hoy si este libro fuera una recopilación de notas de prensa del Ayuntamiento, ¿verdad?, sino porque esperan las revelaciones periodísticas del autor sobre la multinacional por excelencia de Sevilla. Esta es la fuerza del periodismo puro, del puro periodismo.
Recordarán que cuando España ganó el campeonato del mundo de baloncesto en Japón, durante la celebración del título el seleccionador, Pepu Hernández, subrayó pronunciando sílaba por sílaba la palabra BA-LON-CES-TO.
Pues aquí estamos por el PE-RIO-DIS-MO, por el periodismo de investigación, no por otra cosa.
Siendo director de Diario de Sevilla, en cierta ocasión fue a verme a mi despacho un gran empresario de esta ciudad, a quejarse por el tratamiento informativo de uno de mis mejores periodistas, que había revelado la inconfesable intención de aquél dar un pelotazo urbanístico en la Cartuja.
Según el empresario, el periodista tendría que haberse limitado a grabar lo que él declaraba y a reproducirlo literalmente en el periódico, pero nada más.
Y entonces yo le respondí:
-O sea, tú lo que quieres es un periodista “play”, que graba y le da al botón de reproducir y que carece de capacidad de pensar por sí mismo, de analizar y de poner las cosas en su contexto para que las comprenda la gente.
Carlos Pizá no es un periodista “play”, sino de esos periodistas audaces que investigan y sacan a la luz lo que otros no quieren que se sepa.
De los periodistas que se arriman al toro para sacar la noticia y que vuelven a arrimarse de nuevo, no importa las veces que ese toro haya podido empitonarlo.
¡Y qué grandes faenas periodísticas ha hecho Carlos Pizá en este último año! No sólo las numerosas dedicadas a Abengoa, fruto de las cuales es este libro, sino también las de Airbus, cuando reveló el problema de los motores que funcionaban al revés; las de Carbures, las de Covap, las de las luchas de poder en el seno de empresas familiares y muchas otras.
Quiero darle las gracias a Carlos por todo este año en que hemos disfrutado trabajando juntos en aquello con que nos hierve la sangre: haciendo puro periodismo, periodismo de investigación.
No sé qué podrá pasar en el futuro o a dónde nos llevará la vida, pero, pase lo que pase, te digo una cosa, Carlos:
-¡Que nos quiten lo bailao!
2.- PALABRAS SOBRE EL LIBRO
Mis segundas palabras versan sobre su libro.
He sido privilegiado testigo desde primera hora de la intención del autor, con la visión que le caracteriza, de convertir en libro la crónica periodística del derrumbamiento de Abengoa.
Contaba un antiguo colega nuestro llamado Frederick Forsyth que se encerró durante un mes en una habitación, echó la persiana para que nada le distrajera, se colocó delante de un flexo y de una máquina de escribir y que cuando se levantó había acabado una novela que fue un best-seller mundial: Chacal.
Carlos Pizá ha hecho algo parecido el pasado verano. Aprovechó su mes de vacaciones para enclaustrarse y escribir este libro, “Abencrash. El ocaso de Abengoa”, al que le deseo la misma trayectoria que al de Forsyth, porque tiene de todo:
Luchas cainitas entre hermanos, guerras de poder en los Consejos de Administración, traiciones, deserciones, ingeniería financiera, maniobras bursátiles, cuentas irreales, engaños, situaciones ridículas cuando no hilarantes, macroeconomía…. tiene tantos tintes novelescos que podría calificarse hasta como la narración de un Falcon Crest a la sevillana.
Aparentemente corto, es tan sumamente denso que hay que digerirlo con tiempo y tranquilidad para poder absorberlo todo.
Les invito a disfrutarlo como yo lo he disfrutado.
3.- PALABRAS SOBRE EL EDITOR
Mis terceras palabras son para el editor del libro y del grupo Publicaciones del Sur, José Antonio Mallou, al que otros compromisos previos le han impedido estar hoy con nosotros físicamente pero que lo está de corazón.
A Mallou hay que agradecerle que, en la peor crisis económica de nuestra historia reciente y del periodismo, haya sido el único editor de España en lanzar dos nuevos periódicos, Viva Sevilla, del que se cumplen ahora cinco años, y Viva Málaga, amén de dar forma a la cadena de televisión Ondaluz.
Hay que agradecerle su esfuerzo por convertir la prensa local gratuita, en nuestro caso Viva Sevilla, en una prensa de calidad, como prueba el hecho de la creación de nuevas secciones como la de Economía y el nombramiento al frente de la misma de un profesional acreditado como Carlos Pizá.
Desgraciadamente, la prensa gratuita ha tenido muy mala prensa, valga el chiste fácil, porque en su origen fue concebida como un producto anecdótico y superficial, un mero pasatiempo para el trayecto de casa al trabajo en el Metro o en el autobús (estimado en 20 minutos, de ahí el nombre de una de las cabeceras), que se desechaba arrojándola al suelo cuando acababa el viaje y que destacaba aspectos insólitos como esas portadas en que aparecía un agricultor fotografiado junto a su calabaza gigantesca.
No era extraño, pues, que en aquellos tiempos en que coexistían varias cabeceras gratuitas apareciera la calle Tetuán alfombrada de ejemplares arrojados por los ocasionales lectores, algo que afortunadamente no ocurre con Viva Sevilla porque es un medio que ofrece una información local útil y de calidad, si bien muy condensada, y que ha publicado numerosas exclusivas periodísticas.
Hay que agradecerle al editor su disposición desde primera hora a publicar este libro, con un esfuerzo económico añadido, y de distribuirlo no sólo en Sevilla y Andalucía, sino también en Madrid, Barcelona y otras ciudades de España.
Subrayo el hecho de que en el casi siglo y cuarto de historia de El Correo de Andalucía; los casi 90 años de ABC de Sevilla y los 17 años de Diario de Sevilla, ninguno de estos medios, que yo recuerde, ha publicado nunca un libro periodístico de actualidad, en relación con los acontecimientos que estuvieran ocurriendo, sino de recopilaciones de artículos de algunos de sus cronistas mucho tiempo después.
Ha tenido que venir un periódico como Viva Sevilla, gratuito y con sólo cinco años de existencia, para ser el primero en hacerlo con esta obra de Carlos Pizá, “Abencrash. El ocaso de Abengoa”. Ha dicho un alto directivo de Abentel, una de las empresas de Abengoa, que la multinacional todavía no ha salido de la UCI. No ha salido aún de la UCI y ya tenemos aquí y ahora el libro que cuenta las razones de ese ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Yo invito a José Antonio Mallou a que persevere en esta línea de apuesta por el periodismo de calidad, en la confianza de que más pronto que tarde el mercado le reconocerá su esfuerzo, sobre todo si los aquí presentes leen Viva Sevilla y reconocen que lo leen, porque sólo así podremos seguir investigando y dando a la imprenta libros como éste.
4.- PALABRAS SOBRE LOS DUENDES DE LA IMPRENTA
Mis últimas palabras son para los famosos duendes de la imprenta.
Uno de los misterios que he contemplado a lo largo de mis 40 años de carrera periodística era que tras enviar al taller las primeras galeradas corregidas, cuando me venían de vuelta aparecían nuevas erratas que no figuraban en el texto original.
¿Cómo era posible?
Así que una de las emociones del periodismo consistía en no saber bien qué iba a aparecer escrito bajo tu firma en el periódico del día siguiente.
Cuando revisé mi prólogo al libro de Carlos, corregí el cargo que se me atribuía durante muchos de los más de 20 años que pasé en ABC de Sevilla.
Pero nada, ya sin remedio he comprobado que de forma misteriosa aparezco indebidamente citado como subdirector de ABC, cuando no pasé de Redactor-Jefe, o será que, como a los militares cuando pasan a la reserva, los suben a una escala superior.
He de darles gracias, pues, a los duendes de la imprenta por este ascenso “a posteriori”, y aprovecho la circunstancia para hacer un canto a los periódicos de toda la vida, a los de papel, a los de la galaxia Gutemberg, amenazados de muerte por la prensa digital.
En Internet no operan los duendes de la imprenta, porque éstos se nutren sólo de tinta y de celulosa, no de bytes ni de pantallas táctiles.
Marcel Proust escribió “A la busca del tiempo perdido” al retrotraerse al pasado por el olor/sabor de una magdalena mojada en el té. También hizo otra evocación, no sé si en “Los placeres y los días” u otra obra, de cuando publicó su primer artículo en Le Figaro y cómo se sintió aquella mañana al abrir el periódico y disfrutar de la magia de la letra impresa y del tacto del papel; hasta le pareció percibir el olor de la tinta.
Los periódicos de papel deben sobrevivir para que con ellos sobrevivan los duendes de la imprenta, los cuales son ahora una especie tan amenazada de extinción como el lince ibérico.
Habrá que mantener un Doñana de papel para que puedan seguir haciendo sus travesuras.
MMMMMMMMMMMMMM
Durante el coloquio, salieron a colación datos de un informe inédito titulado «Abengoa, un liderazgo no percibido» que redacté en mayo de 2013 y que con motivo de esta presentación transcribo aquí:
«Abengoa es una compañía transnacional sevillana y la más importante de Andalucía, con una facturación superior a los 7.000 millones de euros y que se ha diversificado desde sus iniciales montajes eléctricos y trabajos de ingeniería hasta convertirse en una tecnológica que ofrece soluciones innovadoras para el desarrollo sostenible en sectores altamente especializados como la elaboración de biocombustibles y la generación de energía termosolar.
A lo largo de sus casi tres cuartos de siglo de existencia (el 4 de enero de 2016 se cumplirá el 75 aniversario de su fundación) se ha caracterizado por un bajo perfil informativo, puesto de manifiesto tanto por el relativamente escaso número de comunicaciones que emite para una compañía de su importancia, facturación, número de trabajadores y países en las que está implantada, como en su política de no anunciarse en los medios de comunicación.
Informativamente, pues, Abengoa es un líder tecnológico no percibido socialmente como tal, y más reactivo que proactivo. Como consecuencia, reacciona tarde y sólo cuando ve amenazados sus intereses al crearse estados de opinión o situaciones que podría haber evitado o revertido con otra política de comunicación y otra percepción social.
Así, la compañía se vio obligada hace cinco años, quizás por primera vez en su historia, a insertar anuncios en los medios de comunicación para salir al paso de la campaña que contra el bioetanol estaban azuzando las petroleras y los grandes grupos alimentarios al vincular los biocombustibles con el alza de los precios de los alimentos básicos, especialmente del maíz.
Abengoa inauguró en febrero de 2007 (en 2017 se cumplirá el décimo aniversario) la PS10 en Sanlúcar la Mayor, primera central termosolar en explotación comercial del mundo, y es líder mundial en esta tecnología, que le ha merecido elogios de Barack Obama, presidente de EE UU, país donde está construyendo las mayores centrales en su género.
Sin embargo, este liderazgo termosolar mundial de Abengoa -y por extensión de otras compañías que dominan esta tecnología de vanguardia- que permitiría en el futuro abastecerse de la inagotable energía del sol y acabar con la dependencia de las contaminantes energías de origen fósil –causantes del cambio climático- no ha sido percibido en toda su magnitud, ni siquiera en su territorio natural de Sevilla y Andalucía.
Así, pese a su carácter pionero y a la variedad de sistemas que desarrolla en su complejo de Sanlúcar la Mayor, la imagen de modernidad termosolar ha sido copada en los medios de comunicación por la central Gemasolar, construida por la vasca Sener en Fuentes de Andalucía.
Ni Abengoa ni sus homólogas en el desarrollo de la energía termosolar han sido capaces, con una política de comunicación activa desde el principio y no reactiva con, de nuevo, anuncios en medios nacionales (El País, El Mundo) a través de su asociación Protermosolar, de frenar la campaña de desprestigio de esta energía renovable promovida por las grandes eléctricas tradicionales. Mensajes contra la denominada ‘Triple A’ (Abengoa, Acciona, ACS) y acusaciones de ser las causantes del déficit de tarifa y de las subidas del recibo de la luz han calado en la mente de unos consumidores así mediatizados.
No se les ha sabido contrarrestar transmitiéndoles a diario la importancia de esta tecnología de vanguardia y el ahorro y la riqueza que generan para España, pese a que aún le faltan años para alcanzar la madurez mediante una curva de aprendizaje que, con generosas subvenciones incluso en la actualidad (baste recordar los denominados ‘beneficios caídos del cielo’), sí han tenido los sistemas tradicionales de producción como el carbón, mucho más caro y contaminante que el importado y que está condenado por la estrategia 20-20-20 de la Unión Europea, frente a la energía limpia y de desarrollo nacional que representa la termosolar.
Ese contraste del carbón y su capacidad de movilización política, sindical, económica y social demuestra las consecuencias que para el sector termosolar español en general, y para Abengoa en particular, está teniendo su incapacidad de comunicar a la opinión pública la trascendencia de su actividad, las inversiones que ha realizado en la España menos desarrollada (la mitad meridional) y el empleo que han creado con la construcción hasta hoy de las 45 centrales existentes (más seis aún en ejecución).
De haber concienciado con una política comunicativa mucho más activa a las opiniones públicas de las regiones con centrales de este tipo (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Valencia y Cataluña) y propiciado, por ejemplo, la constitución de una Red de Municipios, provincias y comunidades termosolares, el sector habría contado con una capacidad de influencia y de movilización muy superior al de las regiones hulleras del Norte, e incluso con un ‘lobby’ parlamentario termosolar con capacidad de bloqueo de cualquier iniciativa en su contra.
Se ha visto a UGT y CCOO movilizarse en defensa del carbón, pero ¿acaso lo han hecho a favor de la termosolar que lidera Abengoa? Cabe preguntarse por qué.
Abengoa y sus homólogas han desperdiciado hasta las mejores ocasiones para invertir en su favor y a favor de la tecnología termosolar a la manipulada, por las grandes compañías eléctricas, opinión pública. En pleno debate sobre el cierre de la central nuclear de Garoña, ninguna de las compañías termosolares contrarrestó la campaña pronuclear de Iberdrola/Endesa con el irrefutable dato de que sólo con 22 centrales termosolares de las ya existentes por entonces se suplía la energía que dejaba de producir Garoña. Un hito histórico éste del sol sustituyendo al átomo por primera vez en el planeta y del que pocos se han percatado, ni en España ni en el extranjero, por el silencio acomplejado del sector.
Las consecuencias de este bajo perfil comunicativo saltan a la vista, con un Gobierno libre de presiones sociales y mediáticas a la hora de aplicar continuos recortes a la retribución a las termosolares, en base a las cuales se articuló el programa termosolar español y se captaron las inversiones internacionales para el sector. El quebrantamiento de la seguridad jurídica en España a costa de la termosolar es digno de un país tercermundista.
Un análisis del histórico de notas de prensa emitidas por Abengoa en el año 2012, a fin de tener la visión de todo un ejercicio, nos permite comprobar que se lanzaron 92 noticias, a un promedio de casi 8 mensuales:
-Enero: 5 notas.
-Febrero: 7
-Marzo: 9
-Abril: 8
-Mayo: 7
-Junio: 7
-Julio: 7
-Agosto: 3
-Septiembre: 2
-Octubre: 10
-Noviembre: 15
-Diciembre: 12
Por temática, la distribución fue la siguiente:
-Adjudicaciones de contratos o desarrollo de proyectos: 27 notas (el 29,34%).
-Noticias culturales de la Fundación Focus-Abengoa: 20 notas (el 21,73%).
-Datos económicos propios (junta de accionistas, resultados trimestrales…): 20 notas (el 21,73%).
-Energía termosolar: 11 notas (el 11,95%).
-Premios y distinciones recibidos: 8 notas (el 8,69%).
-Noticias de orden interno: 2 notas (el 2,17%).
-Nombramientos: 2 notas (el 2,17%).
-Artículos del presidente de la compañía: 2 notas (el 2,17%).
A destacar, por ejemplo, que siendo el líder termosolar mundial, Abengoa haya emitido más notas de prensa culturales relacionadas con su Fundación que con la actividad tecnológica y energética de vanguardia: prácticamente el doble a favor de las primeras.
Con este bajo perfil es imposible que la opinión pública pueda estar alineada con la energía renovable que lidera la compañía y es fácil comprender que se impongan los mensajes de las grandes eléctricas».