El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha hecho unas declaraciones en una emisora de radio felicitándose de forma cándida por que ese lobby denominado Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) y que tan bien se lo tiene montado va a otorgar a la capital de Andalucía su “sello de seguridad global”, al que califican como un certificado de que se puede viajar hasta aquí sin temor a contraer el coronavirus.
Este “sello de seguridad global” no tiene ningún fundamento científico. Tan poco tiene, y tan poco tino, que la “noticia” se filtra a y se comenta luego en los medios el mismo día en que el parte de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ofrece en el mapa del Instituto de Cartografía y Estadística el dato de que en Sevilla capital se han registrado en los últimos catorce días 41 nuevos contagios por Covid 19.
Es más, el mismo periódico que publica a cinco columnas el titular “Sevilla, primera ciudad con el sello de destino turístico seguro de la WTTC”, difunde cuatro páginas después una información del siguiente tenor: “Dos nuevas personas con coronavirus han sido hospitalizados (sic) por coronavirus (sic) en Sevilla y otra ha fallecido por esta enfermedad en las últimas veinticuatro horas, según la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía”.
El propio medio, pues, se desmiente a sí mismo, al Ayuntamiento y al Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), un “lobby” encantado de que ciudades como la nuestra, con el apoyo de la Diputación y la Junta de Andalucía, entre otros, se gastara del orden de 3,5 millones de euros para que sus asociados celebraran aquí a cuerpo de rey su congreso, pomposamente autotitulado “cumbre mundial del turismo” en plan bienvenido Mr. Marshall, y para que en su marco Espadas y Muñoz se pudieran hacer una foto con Obama en el Alcázar.
Estos señores del WTTC, que tanto me recuerdan a otros otorgadores de marchamos internacionales como el BIE en el caso de las Exposiciones Universales y el COI en el de los Juegos Olímpicos, ¿no van a darle a Sevilla su particular sello del coche turístico después de los agasajos que recibieron aquí? ¿O es que hemos pagado por tal distinción, como pagamos por la organización de su congreso? Muñoz y Espadas deberían aclararlo urgentemente. Por cierto que Antonio Muñoz se dedicó a difundir el viernes 5 de junio por la tarde, por WhatsApp y a todos sus contactos, la portada y el reportaje del medio en cuestión sobre la concesión del sello del WTTC a Sevilla pero, casualmente, omitió la información sobre los nuevos contagiados de coronavirus en la ciudad que el mismo rotativo publicaba a continuación. ¿Cómo llamar a esto? ¿Lectura selectiva?
Este “sello de destino seguro” carece de fundamento científico y, por lo tanto, de seguridad. Es lo contrario de lo que anuncia. Obsérvese que no lo ha otorgado ni la Organización Mundial del Turismo, la entidad oficialmente competente en el ramo, ni, por supuesto, la Organización Mundial de la Salud. Y es que ¿alguien puede garantizar que Sevilla o cualquier otra ciudad está libre de coronavirus, gripe, anginas, alergias o cualquier otra dolencia? Nadie, absolutamente nadie, y menos cuando la capital de Andalucía es la metrópolis de una provincia que tiene 45.000 infectados, según el primer estudio serológico, pero el 93% de los mismos no han sido aún identificados ni tratados médicamente y pueden estar expandiendo la enfermedad.
Mutatis mutandis, el sello del WTTC es como esos “COVID free” (libres de Covid) que están colocando diversos establecimientos a instancias de terceros pero sólo mediante la declaración responsable del propietario del local. O sea, que el propio interesado es el que se avala a sí mismo, sin que nadie asuma la responsabilidad de la certificación por él, sencillamente porque en caso de contagio allí dentro se arriesga a que le pongan una querella.
Por eso, frente a actitudes ingenuas, por calificarlas con benevolencia, como la de Antonio Muñoz en su rendición de pleitesía al WTTC, hay que alabar a la Confederación Española del Comercio (CEC), la cual ha emitido un comunicado en el que desaconseja a los comerciantes el uso de este tipo de sellos con el objetivo de dar confianza a los clientes. Según la CEC, cuyo criterio aplaudo y comparto, ningún sello, etiqueta, distintivo o lo que sea puede garantizar que una tienda está libre de coronavirus y, a la larga, puede ser contraproducente. Sí, porque se crea una falsa sensación de seguridad que puede contribuir al relajamiento y al incremento del riesgo de un rebrote.
En la misma línea se ha pronunciado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), contraria a sellos sobre el coronavirus no sólo en comercios, sino también en hoteles, bares, restaurantes, cafeterías y en cualquier tipo de local.
La OCU recuerda, con el sentido común cada vez menos común entre nuestros políticos, que “dado que las personas contagiadas pueden transmitir el virus incluso cuando están todavía libres de síntomas, desde el mismo momento en que entran en un local pueden estar propagándolo, por muchos tratamientos de desinfección que se hayan realizado antes”.
Y si es imposible garantizar que un comercio, un bar, un hotel… están libres de coronavirus, ¿cómo va a garantizar el WTTC que lo esté toda una ciudad de casi 700.000 habitantes como Sevilla y por eso otorgarle su sellito de destino turístico seguro?
Lo peor no es que el WTTC expida su sello inseguro e inconsistente sin base científica alguna, sino que el Ayuntamiento, con el delegado de Cultura (subrayo lo de Cultura) y Turismo a la cabeza se lo crea y pretenda encima que se lo crean también los sevillanos y los turistas.