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Pasión: Palacio mantiene las Reglas

El recurso de un grupo de hermanos no es la causa de

que la Virgen deba procesionar en silencio


El acuerdo que hace más de un siglo adoptó el cabildo general de la Hermandad de Pasión por el que se decidió que la Archicofradía debe procesionar en absoluto silencio sigue vigente mientras el Arzobispado no apruebe las nuevas Reglas emanadas de los acuerdos adoptados por otro cabildo el pasado mes de diciembre de 2009.

Este hecho, y no el recurso presentado por un grupo de hermanos, es la causa de que la Virgen no pueda procesionar esta Semana Santa con el acompañamiento de una banda de música, ya que los recurrentes hasta renunciaron desde el primer momento a su legítimo derecho de pedir la suspensión cautelar de las modificaciones promovidas por el hermano mayor, Javier Criado. Si renunciaron a su derecho fue justamente para no obstaculizar ni demorar la aprobación de las nuevas Reglas y para dejar la decisión en manos de Palacio, que sigue sin dar luz verde a los cambios impulsados por Javier Criado.

Las intoxicaciones y falsedades respecto a este polémico asunto, recogidas incluso por algunos medios de comunicación, están provocando serias broncas entre hermanos de Pasión y envenenando peligrosamente el ambiente de la cofradía a medida que se acerca el momento de la estación de penitencia, debido justamente al desconocimiento imperante sobre cuestiones de Derecho Canónico.

La Autoridad Eclesiástica pertinente  es quien posee las competencias para
autorizar el nuevo cuerpo normativo con el que la Junta de Gobierno ha
decidido  poner una banda de música al paso de Virgen. Es Palacio solamente quien puede aprobar las nuevas reglas o no, total o parcialmente, o devolverlas a la Hermandad para subsanación de defectos, contradicciones…etcétera,  y quien puede fijar los plazos. Asimismo, la Autoridad Eclesiástica no tiene ninguna obligación de aprobar, ni mucho menos de hacerlo en un tiempo determinado.

Entretanto, lo que sigue vigente  en la Hermandad es un acuerdo de Cabildo general que data de hace más de un siglo y en el que se decide que la Archicofradía procesionará en absoluto silencio, y no por falta de dinero, sino para acentuar el rigor ascético y penitencial de la hermandad y por entender el silencio como un valor litúrgico en sí mismo y en consonancia con la festividad del Jueves Santo ,donde se conmemora la Pasión y muerte de Jesucristo Salvador. Más de cien hermanos se han adherido a la defensa de ese carácter secular de la estación de penitencia que un grupo de ellos ha materializado en el recurso elevado ante el Arzobispado. A favor del cambio de Reglas de la Hermandad promovido por Javier Criado votó el 5,09% del censo de hermanos (134 de un total de 2.630).

Los  hermanos recurrentes ha reiterado desde el principio que respetan y respetarán cualquier decisión que los hermanos de Pasión adopten legítimamente  en éste o en cualquier  otro asunto. Aclaran una vez más que la razón básica de su  discrepancia no es el hecho de incorporar la música o suprimir  una parte importante del carácter sacramental, sino los medios por los que estos cambios se han introducido: a través  en un Cabildo en el que literalmente se les negó el derecho de voz a todos los hermanos que no hubiesen formulado alegación previa,  es decir a más del 95 % de los asistentes, algunos desplazados expresamente desde lejos, lo que a su juicio no resiste el menor análisis de legalidad.

También denuncian que se suprimió el debate,  en este caso sin excepción,  al no permitirse réplica alguna a la contestación -y última palabra- de la Junta de Gobierno. Ni voz ni debate, y de madrugada.

Afirman que si el recurso no prospera,se consolidaría la doctrina Siguero: que en cualquier hermandad se puede votar en cabildo que los hermanos no tienen derecho de voz y, por tanto, no pueden intervenir en los debates más que como y cuando quiera la mayoría, de ahí que pidan al Arzobispo la anulación de esta forma antidemocrática de actuación.

Pasión: impugnada la música a la Virgen

Un grupo de hermanos defiende el carácter “esencial” del silencio y denuncia la violación del acuerdo de fusión con la Sacramental del Salvador

Denuncian que en el cabildo extraordinario no se dejó hablar con libertad y que se impuso el voto “a mano alzada”.

Un grupo de miembros de la Hermandad de Pasión han denunciado ante el vicario general de la Archidiócesis de Sevilla las circunstancias en que se aprobó el pasado mes de diciembre la modificación de 142 reglas de la cofradía, en un cabildo general extraordinario que se prolongó desde las 9 de la noche hasta pasadas las 2 de la madrugada y en el que la representación de la autoridad eclesiástica no hizo uso de la palabra ni una sola vez, y ha impugnado expresamente con un recurso de más de 30 folios dos acuerdos, por estimar que afectan a dos cuestiones de la máxima trascendencia:

-la alteración del silencio en la procesión del Jueves Santo (regla número 100)

-y la supresión de los cargos sacramentales en la Junta de Gobierno, hecho que a su juicio afecta al culto sacramental que ha caracterizado históricamente a la Hermandad (regla 59).

Según se expone en el recurso, el hermano mayor, Javier Criado, aseguró en el cabido que “siguiendo instrucciones estrictas de la Autoridad Eclesiástica”, no se permitiría intervención o debate alguno sobre ninguna de las reglas cuya aprobación se proponía a la asamblea, salvo a quien hubiera presentado alguna alegación en cada caso concreto y a algún miembro de la Junta de Gobierno si estimaba que debía contestarle, sin turno de réplica para el alegante.

La votación, siempre según los recurrentes, se celebró por el sistema de “mano alzada”, elegido por el propio Cabildo. Si el hermano mayor veía muchas manos levantadas, decidía que la cuestión tratada se aprobaba por mayoría “aplastante” o “apabullante”, sin que en ningún caso se procediera a interrogar a la asamblea sobre quién votaba en contra, con lo que se privó del derecho de voto a los disidentes. En los casos en que el número de votos favorables aconsejaba el recuento, los denunciantes dicen que aquél se realizó a simple vista: se contaban los votos a favor y en contra, pero no se contabilizaban las abstenciones.

Los recurrentes emplean una amplia y documentada argumentación jurídica para impugnar la introducción de un “acompañamiento musical” tras el paso de la Virgen, con lo que –exponen- se rompe una tradición secular de procesión en absoluto silencio que databa desde el año 1903, “en consonancia con el espíritu religioso que anima a la cofradía”.

En el debate del cambio de reglas, el hermano mayor sostuvo que si antaño se eliminó la banda de música fue “por razones económicas” que ya no persistían y que además “la Virgen iba muy sola”. Según se lee en el recurso, a lo largo de más de un siglo la cofradía atravesó por momentos de esplendor y nunca repuso el acompañamiento musical a la Virgen.

Alegan los recurrentes que “ignorar el extraordinario valor litúrgico y espiritual del silencio reduce un tema trascendental a materia puramente estética”. “Desde un punto de vista litúrgico –añaden-, es importantísimo preservar ese silencio sagrado de nuestra cofradía para fomentar el íntimo encuentro con Dios en las horas en que se conmemora su Pasión y Muerte” frente a una sociedad a menudo aturdida por ruidos y dispersa en lo efímero. Este grupo sostiene, frente a Javier Criado, que la Virgen no va sola por no llevar música: “Nunca ha ido sola ni irá sola jamás mientras tenga a su lado hermanos de Pasión”.

Por otra parte, los recurrentes contra la supresión de cargos sacramentales en la Junta de Gobierno afirman que con este acuerdo se vulneran las bases de la fusión en 1918 entre las archicofradías sacramental y de Pasión,  con merma de la preeminencia del culto a Cristo vivo, cuya presencia en la Eucaristía es dogma de fe, en beneficio de los besapiés a la imagen del Jesús de la Pasión, intención que revela hasta la disposición arquitectónica de la capilla en su estado actual.

Como contraste, en el recurso se pone de ejemplo la Basílica del Gran Poder, en la cual la Eucaristía no se reserva en el Altar Mayor, sino en una capilla anexa, no habiendo estorbo por tanto entre la práctica devota del besapiés permanente a la imagen inveterada –“frente a la novedad de esta práctica en nuestra corporación”- y la adoración eucarística.

Por último, los autores del recurso denuncian ante el vicario que por la prensa han sabido que el hermano mayor ha contratado ya una banda de música para acompañar a la Virgen el próximo Jueves Santo pese a que la Iglesia aún no ha ratificado los acuerdos adoptados en el cabildo extraordinario de diciembre.