La retirada del vallado para sustituirla por vegetación sería problemática y además iría en contra de los criterios de la FIFA en materia de seguridad
Los directivos del Betis anunciaron en el reciente desayuno informativo con representantes de medios de comunicación sevillanos que el nuevo estadio Benito Villamarín contará con una zona verde alrededor, «una espiral verde desde el parque de María Luisa», con lo cual el proyecto presentado al Ayuntamiento obtendrá «la mayor certificación en términos de sostenibilidad». Sin embargo, esa supuesta «espiral verde», de anchura mínima, no formaría parte del recinto deportivo, sino que se aprovecharía del arbolado existente en las vías públicas colindantes.
En el documento titulado ‘Estudio de Ordenación. Nuevo Estadio Benito Villamarín’, entregado el pasado 10 de abril (2024) a los medios de comunicación figura una infografía en la que se informa de la sustitución del vallado existente en la fachada Sur del estadio (la que mira a la calle Iguazú, el hotel Al-Andalus y Los Bermejales) por vegetación y se señala un carril-bici.
Infografía del Betis en que se habla de sustituir el vallado del estadio por vegetación
El carril-bici es el ya existente en la calle Iguazú y la sustitución del vallado por vegetación es muy problemática porque, como muestran las imágenes a continuación, la valla se asienta sobre muros y suelos de hormigón, entre escalinatas y rampas de acceso a las puertas del estadio por esta zona Sur, puertas que distan tan sólo 1,5 metros del último peldaño.
La única opción para naturalizar esta zona de la fachada (tres cuartas partes de la misma) sería colocar maceárboles (árboles en macetas, como los que hay en la avenida de la Constitución), pero con riesgo de vuelco hacia la acera, o bien demoler escaleras y rampas de acceso a las puertas (¿cómo salvar entonces el desnivel existente?) o levantar el cemento, abonar el suelo y sembrar plantas y/o árboles (¿delante de las puertas de acceso al interior del estadio?).
La fachada del estadio a la calle Iguazú, con los árboles y el carril-bici en el viario público y el vallado colocado sobre un muro de hormigón en la vertical del coliseo bético
Las vallas, adosadas a muros de hormigón que protegen rampas de acceso y que el Betis promete sustituir por vegetación
Rampas entre muros de hormigón tras el vallado
Pasillo de escasa anchura bajo la vertical de la fachada del estadio y tras el vallado
Escalinatas de acceso a las puertas del estadio por la fachada Sur cerradas por vallas que el Betis promete quitar para plantar vegetación en su lugar
Entre la escalinata y la puerta al estadio cerrada por valla bajo la vertical de la fachada del estadio sólo hay 1,5 metros de anchura
El único sitio con más espacio que se prestaría a cierta naturalización sería la parte de la curva del vallado, casi en la confluencia de la calle Iguazú con el final de la avenida de La Palmera/inicio de la avenida de Jerez.
La curva del estadio deja más espacio para poder sustituir el vallado
Y esto nos lleva a otro anuncio de la directiva bética, que ya adelantamos en el blog: la «liberación» del vallado en la parte colindante con la avenida de La Palmera para la supuesta creación de una plaza pública de 2.500 m2.
Pero este anuncio choca con las directrices de la FIFA, que dice al respecto lo siguiente:
«Un estadio moderno deberá estar rodeado de una valla perimetral exterior, montada a cierta distancia del estadio. Junto a esta valla exterior se efectuarán los primeros controles de seguridad del público, con cacheo individual en caso necesario. El segundo control se realizará en los torniquetes de entrada al estadio. Deberá haber suficiente espacio entre la valla perimetral exterior y los torniquetes de entrada al estadio para permitir que el público pueda desplazarse libremente. Las autoridades locales determinarán las dimensiones de dicho espacio».
Documento de la FIFA ‘Estadios de fútbol. Recomendaciones, técnicas y requisitos’, en el que prescribe en el epígrafe ‘Entrada y salida del público’ el vallado perimetral como el que tiene el estadio del Betis y que ahora la directiva pretende sustituir por vegetación
Hablamos de supuesta plaza pública porque en realidad se trata actualmente de un espacio duro que no invita precisamente a su disfrute y que ya desde días previos a la celebración de un partido sirve de aparcamiento para camiones de suministro o de empresas de servicios que trabajan para el club.
La futurible plaza pública, ocupada en un día normal por camiones de reparto y de empresas de servicios que trabajan para el Betis. Obsérvese que la arboleda de la prometida «espiral verde» no está dentro del recinto deportivo, sino en la calle
Además, ésta va a ser la entrada al museo del club, el cual espera un contiguo flujo de turistas, en línea con lo que actualmente ocurre con la entrada al museo de la Maestranza, por lo que difícilmente este espacio cumplirá una función como plaza para el disfrute de los vecinos del entorno, entre el trasiego de camiones de servicio y de autobuses turísticos.
Aun así el Betis dibuja una supuesta espiral verde en sus infografías ¡ que incluye hasta el suelo de la parcela pública donde proyecta erigir la mole de los 31.500 m2!
Pero luego, en la recreación del acceso a la futurible plaza, no aparece árbol ni vegetación alguna dentro del recinto deportivo como parte de la espiral verde:
Una recreación (arriba), sin árboles dentro del recinto del estadio, que mantiene prácticamente el mismo paisaje actual por la avenida de La Palmera (abajo)
La sustitución del vallado por árboles y/o vegetación es aún más difícil en la fachada Norte del estadio, la colindante con la avenida Padre García Tejero, ya que es gemela a la fachada Sur (calle Iguazú) y está llena de escalinatas, rampas y muros de hormigón, más el añadido de una subestación eléctrica de Endesa.
Vista de la fachada a Padre García Tejero, con los árboles en la vía pública y sin espacio dentro del recinto deportivo como para anunciar una espiral verde de nueva creación
La subestación eléctrica adosada a la fachada Norte del estadio incrementa el gris-cemento
Y ya el remate de la comparecencia de los directivos béticos fue la afirmación de que gracias a su proyecto va a desaparecer el aparcamiento en que está convertida la franja de suelo público colindante con el estadio y sobre la que el club verdiblanco quiere erigir la mole de 31.500 m2 para dar su particular pelotazo.
La zona verde de Heliópolis de toda la vida convertida en aparcamiento desde siempre
Pero ¡si ese aparcamiento al aire libre ha estado históricamente al servicio de los aficionados del Betis!
Este suelo era una zona verde que el Ayuntamiento debió convertir en un parque con equipamiento para los vecinos de Heliópolis pero que «de toda la vida» dejó abandonada y luego asfaltó para su utilización como estacionamiento anexo al estadio Benito Villamarín, en una dejación de funciones y de subordinación del interés público al particular de la sociedad anónima deportiva.
Y ahora, con la coartada de acabar con el aparcamiento, el Betis trata de erigir encima una mole de 31.500 m2 con terrazas con plantas para aparentar que el barrio va a ganar una mínima zona verde que en realidad ha tenido siempre sobre el papel pero que el propio Ayuntamiento le ha impedido disfrutar.
El mundo al revés.
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Un analisis fabuloso y demolefor. Mucho me temo que no pasará nada y eñ ladrillaxo (hormigonazo) continuará. Pero no será que, gracias a ti, no se sipo. Difundo