Betis: el dedo y la Luna

La colmatación del entorno del estadio con la mole terciaria de 31.500 m2 que obstaculizaría su evacuación en caso de emergencia es una cuestión mucho más importante que el que haya o deje de haber un centro comercial

Un proverbio oriental dice que «cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo», para significar que en vez de concentrar nuestra atención en las cuestiones importantes nos distraemos con las accesorias. Y esto es lo que está ocurriendo en el debate sobre el Avance del Estudio de Ordenación de la parcela del Betis: la atención se está poniendo en si habrá o no centro comercial en la franja de suelo público contigua al estadio que pretende anexionarse la sociedad anónima deportiva Real Betis Balompié (equivalente a una empresa privada con ánimo de lucro, lejos ya de la imagen romántica de un mero club de fútbol del que eran dueños sus socios y aficionados) en vez de en las condiciones de seguridad y de evacuación en caso de emergencia de una masa de 60.000 espectadores, condiciones a las que acabaría afectando la construcción de una mole para uso terciario de 31.500 m2 y una altura máxima de 47 metros.

Para comprender realmente lo que está en juego hay que hacer un poco de historia y tomar como referencia algunos documentos. En principio cito los siguientes:

-El diagnóstico sobre los estadios de fútbol Ramón Sánchez Pizjuán y Benito Villamarín que encargó la Oficina Olímpica Sevilla 2004, dependiente del Ayuntamiento y que ya vimos en un anterior informe. Tras el abandono de la carrera olímpica por la derrota frente a Madrid para albergar los Juegos de 2012, la documentación de dicha oficina debió de acabar en la Gerencia de Urbanismo.

-El informe técnico sobre el Estudio de Detalle promovido por el Betis en el año 2007, informe que debe de conservarse en la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Como es sabido, el origen del estadio Benito Villamarín es el construido para la Gran Exposición Iberoamericana de 1929, en los mismos suelos que ahora y con una capacidad del orden de 15.000 espectadores (las fuentes discrepan: desde los 20.000 que aparecen en la Guía Oficial de la Exposición hasta 10.000).

En aquel entonces, el estadio y los hotelitos del Guadalquivir (actual barrio de Heliópolis) constituyeron, en sentido laxo, la estribación Sur de la ciudad, ya que en líneas generales los alrededores sólo eran campo, terreno libre.

El estadio de la Exposición del 29, con Heliópolis al fondo

Desde entonces hasta hoy se han ido produciendo tres fenómenos:

1.-La expansión de la ciudad hacia el Sur, por lo que se ha ido ocupando gran parte del suelo libre que había en el entorno del campo del Betis: barriada de chalecitos que colindantes con la calle Iguazú construyó la inmobiliaria Bami; a continuación, con motivo de la Expo-92, el hotel Al-Andalus, en su día el tercero más grande de España; el barrio de Los Bermejales; el complejo (cerrado mediante una valla perimetral) polideportivo Ifni; la propia ciudad deportiva (amurallada con grandes bloques de hormigón) del propio Betis; los pisos en la avenida de Jerez, ahora prolongados hasta el antiguo Hospital Militar…..

La consecuencia de todo este proceso urbanístico ha sido el «ahogamiento» de la parcela del Betis, ocupada en su práctica totalidad, parcela que, obviamente, no puede crecer en superficie: es la que es desde 1929.

2.-El segundo fenómeno ha sido el incremento del aforo del estadio mediante sucesivas ampliaciones, para cada vez mayor número de espectadores, mientras que casi simultáneamente se han ido aprobando normas nacionales e internacionales sobre la seguridad en los campos de fútbol y en su entorno, debido a catástrofes como la de Heysel (Bruselas), en los prolegómenos de la final de la Copa de Europa del 29 de mayo de 1985 (39 muertos) y el incremento de la violencia en el fútbol en particular y en el deporte en general.

La capacidad del estadio de la Exposición, comprado por el Betis al Ayuntamiento en 1961, ya se amplió en 8.000 espectadores en el año 1958. Después, los goles fueron reformados entre 1971 y 1973.Una nueva ampliación se produjo con motivo del Campeonato del Mundo de fútbol en 1982, tras la cual el aforo oficialmente llegó a 51.945 plazas (21.945 de asiento y 30.000, de pie).

El estadio Benito Villamarín en el año 1979

Tal como vimos en el informe sobre el diagnóstico del estadio que encargó la Oficina Olímpica Sevilla 2004, en los años 80 la anchura de las calles exteriores al estadio del Betis era (y debe seguir siendo, salvo que hayan sido invadidas) la siguiente:

-Avenida de La Palmera: 80 metros.

-Padre García Tejero: 39 metros.

-Doctor Fleming: 66 metros.

-Iguazú: 32 metros.

(Tras la publicación de esta entrada, un amable lector me dice que ha medido mediante la ortofotografía oficial del Instituto Geográfico Nacional la sección del espacio libre existente en torno al estadio y que dicha sección ha menguado respecto a los datos del informe que encargó la Oficina Olímpica:

La medida de la Avenida de La Palmera varía por la existencia de la glorieta. En la parte más ancha mide 82 metros; y en la más estrecha, 46.

Iguazú pasa de 32 a 23 metros.

Doctor Fleming, de 66 a 59 metros.

Padre García Tejero, de 39 a 20 metros.

Estimo que estas variaciones podrían deberse a la ejecución de nuevas construcciones, modificaciones en las alineaciones existentes en aquel entonces, a sistemas de medición mucho más precisos y/o a errores cometidos en su momento).

Conforme a esos viales públicos y a efectos de una evacuación en caso de emergencia, en virtud del Real Decreto 2816/1982, de 27 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (artículo 26.3), el aforo máximo permitido debió haber sido de 43.400 espectadores (en torno al estadio debe haber un óvalo libre de 50 metros, condición que sólo se cumple por su fachada Este, colindante con la avenida de La Palmera, y la Oeste, que mira a Heliópolis).

Maqueta del estadio diseñado por González Cordón para el Betis

Sin embargo, posteriormente se acometió el proyecto diseñado por el arquitecto Antonio González Cordón, para alcanzar una capacidad de 55.000 espectadores y cuya primera fase se inauguró en el año 2000. Pues bien, según el informe técnico citado y en poder de la Junta de Andalucía, ese proyecto tampoco cumplía los requerimientos fijados en el Reglamento de Policía de Espectáculos Públicos.

Y, además, la ley 10/90, de 15 de octubre, del Deporte, especificaba que debía vigilarse «la restricción de la edificación, con finalidad deportiva o de cualquier otro uso, tanto en volumen como en ocupación del suelo».

Esta restricción tampoco se ha aplicado el coliseo bético, cuyo aforo no ha dejado de crecer en sucesivas reformas, como la ejecutada en 2017 en el gol Sur, cuya capacidad pasó de 5.000 localidades a 14.700. Actualmente, el estadio puede acoger 60.721 espectadores (es el mayor de Andalucía y el cuarto más grande de España), es decir 20.000 más en números redondos de lo recomendable según la normativa ya invocada en el diagnóstico que encargó la Oficina Olímpica Sevilla 2004.

3.-Según el convenio de Saint-Denis, en Europa, se registran incidentes en el 42% de
los partidos de fútbol, lo que supone una media de 0,63 incidentes por partido
. También se observa un desplazamiento de los incidentes del interior al exterior
del estadio. Esto incluye las zonas públicas oficiales donde se reúnen los aficionados («fan zones»), los lugares de retransmisión pública, los centros urbanos y los puntos estratégicos de desplazamiento al estadio, como estaciones de tren, aeropuertos y transportes públicos.

Como respuesta a esta situación, los organismos internacionales han aprobado recomendaciones, normas y convenios, especialmente para tratar de prevenir riesgos y para incrementar la seguridad ante eventuales evacuaciones de los estadios.

La ONU ha publicado una Guía sobre Medidas de Seguridad durante los grandes eventos deportivos dentro del marco de su Programa Mundial para prevenir el extremismo violento, en la que recomienda la adopción de un enfoque por capas para la protección de las sedes de un gran evento deportivo.

Los anillos concéntricos de seguridad de un estadio recomendados por la ONU

Las medidas de los cordones perimetrales están coordinadas entre la Federación de Fútbol Internacional (FIFA), el Consejo de Europa y Naciones Unidas. Obsérvese lo dispuesto al respecto en el informe ‘FIFA Legal Handbook 2023’:

La Convención Saint Denis del Consejo de Europa es vinculante para los estados firmantes, que asumen las resoluciones anteriores y especialmente la Recomendación (2015) 1 del Comité Permanente sobre Protección, Seguridad y Servicio en los Partidos de Fútbol.

El Convenio del Consejo de Europa sobre un planteamiento integrado de la seguridad, la protección y la atención en los partidos de fútbol y otros acontecimientos deportivos se abrió a la firma el 3 de julio de 2016 en Saint-Denis (Francia), con motivo del campeonato de la UEFA EURO 2016.

Entró en vigor el 1 de noviembre de 2017 tras 3 ratificaciones – Francia, Mónaco y Polonia – y cuenta ya con un gran número de Estados signatarios, España entre ellos. Promueve un planteamiento integrado y pluriinstitucional que abarca tres pilares complementarios e interdependientes: seguridad, protección y atención. Es el único instrumento jurídico internacional vinculante que establece la cooperación institucional entre todas las partes interesadas para que los partidos de fútbol y otros acontecimientos deportivos sean más seguros y acogedores.

En línea con la ONU, fija la adopción de cordones perimetrales exteriores al estadio, al que sólo se accede con entrada pero sin dirigirse a la tribuna donde esté radicado el asiento. Será dentro del anillo de seguridad donde cada cual se podrá dirigir hacia la puerta de acceso a su sitio en el interior.

Ya hemos visto cómo alrededor del estadio Benito Villamarín no hay espacio libre suficiente como para garantizar una evacuación segura y rápida de 60.00 espectadores, que incluso podría colapsarse la cercana ciudad sanitaria Virgen del Rocío y que la recomendación del diagnóstico que encargó la Oficina Olímpica Sevilla 2004 fue la de que no se sobrepasasen los 43.400 espectadores y se dejara completamente libre todo el terreno alrededor del coliseo bético, incluyendo por supuesto la parcela pública colindante de 8.805 m2.

Se ha hecho todo lo contrario, al ampliar el aforo hasta los actuales 60.721 espectadores, número que en la práctica se mantendrá con la nueva tribuna de Preferencia (60.379), y ahora se pretende además un doble efecto añadido:

1.-Ocupar buena parte de la parcela pública con la construcción de una mole de 31.500 m2 (equivalente a casi un tercio del centro comercial Lagoh).

Proyecto de terminación del estadio, con la mole anexa ocupando la parcela pública

2.-Incrementar el flujo de personas, al sumar a los espectadores de un día de partido (como en laborable un Betis-Celta del viernes 12 de abril) el público que acuda a la mole colindante.

Por tanto, no se podrán aplicar los anillos concéntricos de seguridad recomendados por organismos internacionales como la ONU y el Consejo de Europa (convenio de Saint-Denis), y esto es mucho más importante que haya o deje de haber un centro comercial.

  • Próximo informe: análisis de las últimas propuestas de los directivos del Betis

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