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Las Cruces: desaparecen rampas de la corta

La compañía minera Cobre las Cruces (CLC) anunció a finales de enero, tras revelar El Mundo la inundación que sufría la corta, que en el plazo de dos semanas contaba con reanudar las labores de extracción de mineral una vez concluidos los bombeos del agua acumulada en el interior. Han pasado ya tres semanas, la corta sigue inundada y al problema provocado por las lluvias y el cada vez mayor volumen de agua que fluye del acuífero Niebla-Posadas por el ‘efecto sumidero’ de la explotación, se ha sumado el derrumbamiento generalizado de los bancos de la mina.

Tal como revelan las imágenes aéreas tomadas el sábado 20 de febrero, han desaparecido prácticamente las rampas de acceso a la corta, debido a los desplomes en los taludes, y hacia la mitad de la mina, en la zona más plana (cota -100 metros) , se ha formado una gran balsa de agua, de varios miles de m3,  sobre una de las bermas más extensas.

Las rampas de penetración a la corta minera de las Cruces se han convertido en caminos de cabra y muy peligrosos tras el derrumbamiento de los taludes, hasta el punto de que, por la situación de riesgo que se ha creado, el acceso al fondo de la mina se está limitando sólo a las operaciones de bombeo del agua acumulada. Como las pistas para la circulación de vehículos han quedado impracticables o sepultadas por los desplomes de los taludes, la compañía ha barajado incluso la posibilidad de utilizar helicópteros para bajar combustible a fin de mantener operativos los grupos electrógenos del interior, ya que al menos habría tres equipos de bombeo aislados en el fondo (aproximadamente en las cotas -160, -150 y -140 metros).

Además del impacto de las lluvias sobre las inestables margas arcillosas, en Las Cruces se está observando un exceso de aporte de agua a la corta, y no sólo por causa del temporal, sino también por el ‘efecto sumidero’ que produce en el acuífero Niebla-Posadas la propia explotación minera: cuanto más se excava en busca de mineral, más agua drena el terreno, caudal incrementado porque las copiosas lluvias de este invierno han recargado el acuífero citado. Todo este cúmulo de circunstancias adversas hacen prácticamente imposible la reanudación de la extracción de mineral, aunque la actividad en la planta hidrometalúrgica no se paralizará gracias a la gran cantidad de mineral extraído previamente (podría estimarse en unas 400.000 toneladas) y al acopio aún existente.

DISEÑO TEÓRICO

La explotación minera a cielo pretende extraer el cobre contenido en 17,6 millones de toneladas con una ley del 6,2% y presenta básicamente el problema de la interacción entre una sección del cono invertido que es la Corta proyectada y el acuífero de Niebla-Posadas, justo en el contacto de unas margas azules de edad terciaria y unos materiales paleozoicos (la Faja Pirítica Ibérica) en los que encajan las mineralizaciones  que pretenden aprovecharse. Tal como reza en la autorización administrativa de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se trata de “un proyecto de una complejidad técnica inusual”, puesto que “resulta difícil encontrar a lo largo del mundo actuaciones similares y del mismo orden de magnitud”.

Básicamente, la idea que soporta la viabilidad de la explotación es el establecimiento de un Sistema de Drenaje-Reinyección –SDR- del agua del acuífero para rebajar su nivel de forma que la mina, según el Instituto Geológico y Minero de España, “quede en seco”. Teóricamente el objetivo se conseguía  mediante un anillo perimetral de 69 sondeos en torno a la explotación minera, que extraen el agua primero y la reinyectan después, a una distancia aproximada de 2,5 kms. de la corta. El sistema descrito, simple conceptualmente, es, sin embargo, muy complejo en su ejecución por la gran cantidad de factores y parámetros que intervienen, y su validez se basaba en un modelo matemático que supuestamente preveía el comportamiento del acuífero.

LLUVIA MÁS ACUÍFERO

Cobre las Cruces incumplió las condiciones impuestas por la Administración, que llegó a suspender el sistema de drenaje-reinyección de agua (SDR), por lo que se vio obligada a realizar un nuevo planteamiento que redefine y cambia la situación prevista inicialmente: el denominado Plan Global de Gestión de Aguas –PGGA-, presentado en Septiembre de 2008 suponía una inversión añadida de 15 millones de euros para depurar las aguas –mediante un proceso de ósmosis inversa- previamente a su reinyección en el acuífero en sectores distintos a los de extracción.

La concesión de aguas otorgada a CLC limita su extracción neta a 5 litros/segundo (equivalentes a 160.000 metros cúbicos/año, incluyendo las aguas de contacto) para usos minero-industriales, pero según estimaciones de técnicos independientes, se estarían extrayendo del orden de 40 litros/segundo del acuífero, debido a que éste aporta mucho más líquido del inicialmente estimado. Por tanto, el problema de la inundación no lo causarían sólo las lluvias, sino también el acuífero.

El exceso de aporte de agua, con carga contaminante y material sólido en suspensión, estaría comprometiendo la capacidad de depuración con que cuenta hasta ahora el complejo minero y causando serios problemas al sistema de filtros, tal como ha reconocido IMC, la multinacional canadiense de la que es filial CLC. El sistema de tratamiento de agua por ósmosis inversa suele presentar una tasa teórica de rechazo del 10% del caudal (por impurezas, contaminantes….), pero en las Cruces la proporción se estaría elevando al 30% y, en ocasiones, al 80%.

La conjunción de todos estos problemas ha motivado a los ecologistas a solicitar formalmente al Seprona que investigue si el aporte del acuífero a la corta (las eufemísticamente denominadas “aguas de contacto” y cuyo nombre técnico es “Drenaje Acido de Minas”/AMD) supera ya la capacidad de depuración y tratamiento de Cobre las Cruces.

Por otra parte, los problemas con los filtros de depuración habrían obligado a levantar una presa de varios metros de altura (en torno a 8 metros) en el fondo del depósito de residuos estériles para recoger los ácidos que rezuman y que, según el compromiso de CLC, no podían contener más de un 10% de humedad.

Las Cruces: el agua inunda la corta

La extracción de mineral, paralizada desde hace un mes

La producción de cobre se mantiene gracias al acopio previo

El deslizamiento del terreno ha afectado a dos taludes y a la pista de acceso al yacimiento


La compañía niega que esté vertiendo agua contaminada y reduce a 30.000 m3  el volumen del líquido represado

La corta minera de Cobre las Cruces está inundada desde hace aproximadamente un mes tras el intenso temporal de lluvias que ha azotado toda la provincia de Sevilla y ello ha obligado a paralizar la extracción del mineral de cobre, si bien, según la compañía, el acopio previamente realizado está permitiendo mantener la actividad en la planta hidrometalúrgica.

Mientras la empresa afirma que sólo hay acumulados unos 30.000 m3 de agua -que se ha contaminado por contacto con el mineral- y que la que se bombea al exterior es previamente tratada antes de su vertido al medio natural, técnicos independientes y ecologistas estiman que hay centenares de miles de m3 en el fondo de la corta y dudan de que se estén depurando, por falta de suficiente capacidad.

Las fotografías aéreas tomadas el pasado jueves no dejan lugar a dudas: el temporal ha inundado la corta de la mina de Cobre las Cruces,  gran cantidad de agua se acumula en el yacimiento y se ha contaminado por contacto con el mineral y las intensas lluvias han causado daños evidentes a los taludes, que hace tiempo ya  sufrieron problemas de estabilidad y de seguridad por las características geológicas del terreno y el método de explotación elegido.

Según algunos técnicos mineros independientes y ecologistas que llevan ocupándose desde hace años del proyecto de Las Cruces, al menos hay todavía 20 metros de agua en el fondo de la corta pese a los bombeos acometidos por la empresa minera, de ahí que estimen en bastantes centenares de miles de metros cúbicos el volumen del líquido elemento que ha debido acumularse en el yacimiento, un agua que se ha acidificado por contacto con el mineral y que desde hace al menos un mes impide los trabajos de extracción.

Además, estos observadores dudan de que Cobre las Cruces tenga una capacidad suficiente de depuración del agua contaminada antes de verterla al medio ambiente, so pena de que la plena depuración de la misma se haga a costa de retrasar durante mucho tiempo el reinicio de las labores mineras y afectando a la rentabilidad económica.

Se da la circunstancia de que el cobre del fondo de la mina es muy soluble en el agua por su contenido en carbonato, por lo que el líquido elemento se contamina con mucha mayor rapidez que lo que es habitual en otras minas del Suroeste peninsular. El color verdoso del agua que se observa en las fotos aéreas tomadas estos días demostraría su impregnación por cobre.

Los críticos del proyecto subrayan también que además del temporal de lluvias se está produciendo lo que califican como “efecto sumidero”, esto es, a medida que se profundiza en la corta para la extracción del  mineral brota más agua del acuífero Niebla-Posadas, sobre el que se asienta el yacimiento y que se pretende mantener a raya mediante un complejo sistema de bombeo y reinyección cuya validez se basa en modelos matemáticos teóricos.

Estos han debido ser revisados ya por estimarse insuficientes en su momento las medidas adoptadas, lo que obligó a la compañía a multiplicar la inversión en paliar efectos imprevistos. Por otra parte, el temporal ha afectado la estabilidad de los taludes, otro de los talones de aquiles del proyecto por las características geológicas del terreno, según los críticos. Las imágenes aéreas muestran que por primera vez los deslizamientos han afectado a la rampa de acceso a la corta al haberse venido abajo al menos dos taludes (pueden tener alturas de unos 15 metros) y que se ha recurrido a gigantescos bulldozers para tratar de arreglar las bermas afectadas.

Versión oficial

Un portavoz oficial de Cobre las Cruces ha reconocido que la corta está inundada por efecto del temporal y que de momento sigue sin poderse extraer mineral, pero ha minimizado el impacto de la situación, pues ha reducido el volumen de agua a unos 30.000 m3 y ha expresado su confianza en que se puedan reanudar las labores mineras en unos quince días.

Según la compañía, la falta de mineral no ha paralizado la planta metalúrgica, por lo que se sigue produciendo cobre metal gracias a los acopios previos, y las autoridades administrativas que supervisan el funcionamiento de la mina están al corriente de la situación y no han puesto objeción alguna a la actuación de la empresa. Cobre las Cruces afirma que el agua contaminada por contacto con el mineral se bombea a la planta de ósmosis para su depuración antes de ser devuelta al medio natural.

Para la empresa, la afección a los taludes es una incidencia sin mayores complicaciones y normal en este tipo de terreno de la Franja Pirítica, y se trabaja en su restauración sin ningún tipo de alarmismo. Por último, Cobre las Cruces asegura que en una explotación minera se producen contingencias como la ocurrida por efecto del temporal y que por eso mismo ya se asume que se pueden perder una serie de días de trabajo a lo largo del año, por lo que a la larga se irán compensado las jornadas perdidas de extracción de mineral.