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La juez acumula otro expediente a la causa contra CLC

La magistrada incorpora  a la causa contra Las Cruces

el último expediente por exceso de arsénico


El fiscal estudia ahora si procede la intervención judicial del

sistema de gestión de aguas de la mina


La juez titular del Juzgado de Instrucción Nº 19 de Sevilla ha acordado incorporar a la causa abierta contra la empresa Cobre las Cruces los dos últimos expedientes sancionadores incoados por la Agencia Andaluza del Agua de la Consejería de Medio Ambiente y desestimado el recurso en contra presentado por la explotación minera. Por otra parte, la juez ha pedido al fiscal que informe sobre si, conforme a la petición de Ecologistas en Acción, procede como medida cautelar la intervención judicial del sistema de gestión de aguas en el complejo sito en los términos de Gerena, Salteras y Guillena.

La Consejería de Medio Ambiente, a través de la Agencia Andaluza del Agua (AAA), informó a la opinión pública a principios de febrero que había  abierto un nuevo expediente sancionador a la empresa Cobre las Cruces, la cual explota la mayor mina a cielo abierto de Europa en los municipios sevillanos de Gerena, Guillena y Salteras, por haber superado los niveles de concentración de arsénico en el agua que inyecta al acuífero, correspondiente al sector 5, durante los días 25, 26 y 27 del pasado mes de enero.

mina de Cobre las CrucesEn este sentido, señaló que la cantidad de arsénico inyectada había  sido «muy pequeña» y que las concentraciones de este metal, aunque superaban los límites autorizados, se encontraban por debajo de las concentraciones que normalmente se autorizan en los vertidos al dominio público, por lo que este incidente «no representa afección al acuífero ni supone riesgos para la salud”.

Tras una primera investigación, la Junta indicó que todo parecía indicar que la causa de este incidente se había debido a «los fallos de los filtros previos en la planta de ósmosis, con el consiguiente arrastre de material particulado, que provocó una concentración de arsénico total superior a la autorizada».

A  este expediente sancionador había que sumar la multa, conocida por esas mismas fechas, que la Agencia del Agua ha impuesto a la compañía de 255.039,70 euros por incumplir la condición de compensar en su totalidad las extracciones de agua realizadas en el acuífero Niebla-Posadas mediante un sistema de drenaje y reinyección, claúsula impuesta en la concesión otorgada en verano de 2009 por la Administración para reemprender sus trabajos.

Ahora, la juez titular del Juzgado de Instrucción Nº 19 de Sevilla ha acumulado el último expediente sancionador a la causa penal que mantiene abierta contra Cobre las Cruces, ha admitido otro expediente más y ha desestimado el recurso de la compañía minera, según un auto dictado el pasado 1 de marzo.

Según la juez, no cabe duda de que el contenido de todos los expedientes sancionadores incoados hasta la fecha contra la empresa minera se basan en un incumplimiento continuado de las autorizaciones relativas a la explotación de la mina y, por tanto, “la conexidad objetiva entre todos los hechos que se atribuyen a la querellada es evidente”. Sostiene la magistrada que el hecho de que temporalmente los acontecimientos estén distanciados en el tiempo no implican que no puedan investigarse en un solo procedimiento, ya que ninguno de ellos ha sido aún objeto de enjuiciamiento.

Por otra parte, la juez ha pedido a la Fiscalía que se pronuncie acerca de la petición de Ecologistas en Acción, como medida cautelar, de que se ordene la intervención judicial del sistema de gestión de aguas de Cobre las Cruces mediante el nombramiento de un nuevo hidrogeólogo residente totalmente independiente de la compañía minera.

Según Ecologistas, la hidrogeóloga actual siempre ha trabajado para Cobre las Cruces y no tiene la experiencia exigida en la Condición Específica 1ª de la autorización de 16 de julio de 2009 de acumular al menos diez años de experiencia, cuando es licenciada en Geología por la Universidad de Huelva desde 2006 y trabaja en el complejo minero como hidrogeóloga residente desde 2007, antes de que acumulara siquiera un año como profesional.

Ecologistas pide que, con la ayuda del Colegio de Hidrogeólogos, se someta a tutela judicial todo el sistema de aguas de la mina hasta que se garantice el cumplimiento de las condiciones exigidas por la Administración para que no haya afecciones al acuífero. Todos los costes deberían ser sufragados por la compañía minera.

Represaliado por sus informes sobre Las Cruces

La Agencia Andaluza del Agua marginó al jefe que emitió dictámenes sobre los incumplimientos de Cobre las Cruces

Fue apartado pese a ser el responsable de Aguas Subterráneas y experto en la materia

La corta tras las lluvias de diciembre de 2010

La corta tras las lluvias de diciembre de 2010

El jefe del Departamento de Aguas Subterráneas de la Agencia Andaluza del Agua, Mariano Manuel Gregorio . P. S.,  ha declarado ante la titular del Juzgado de Instrucción Nº 19 de Sevilla que lleva más de dos años marginado en este organismo dependiente de la Junta de Andalucía, por ser el autor de los informes sobre los generalizados incumplimientos de Cobre las Cruces de las condiciones que debía cumplir para la explotación del yacimiento minero.

Mariano. P. S. y Juan Luis  R. V, en su día técnicos de la Confederación Hidrográfica hasta el traspaso de las competencias sobre el Guadalquivir a la Junta, han mantenido tesis diametralmente opuestas a la de los peritos del Instituto Geológico y Minero (Igme) en la causa abierta a la compañía minera por la presunta contaminación con arsénico del acuífero Niebla-Posadas.

Las actas de las declaraciones de los peritos ante el Juzgado de Instrucción Nº 19 de Sevilla revelan que el jefe del Departamento de Aguas Subterráneas de la Agencia Andaluza del Agua, Mariano P. S., que desempeñaba la misma función en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, denunció ante la juez que ha sido represaliado en el seno de la Junta de Andalucía tras haber emitido los informes contrarios a la actuación de la compañía minera Cobre las Cruces, filial de la multinacional canadiense Inmet Minning.
Preguntado por qué no supervisa a la mina desde septiembre de 2008 pese a ser el jefe del Departamento de Aguas Subterráneas de la Agencia, y por tanto el competente al respecto, Mariano P. S. respondió que porque lo llamó el director general del Dominio Público Hidráulico, Javier S. A., y le dijo que no le gustaban sus informes y que no trabajara más, por lo que desde entonces ha sido apartado de su actividad en relación con este tema.
Inquirido si su marginación en este asunto se debió a que sus informes eran demoledores contra Cobre Las Cruces (CLC) y “políticamente incorrectos”, Mariano P. S. contestó que creía que existía por parte de la Administración (Junta de Andalucía) el deseo de que la explotación minera siguiera adelante; que le dijeron muy claramente que no gustaban sus informes y que aunque no le añadieron más, se podía imaginar cuál era la calificación que merecían.
Mariano P. S., que ya era el responsable de supervisar Las Cruces en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) antes de ser transferido a la Agencia Andaluza del Agua, tenía a su cargo un equipo que iba a la mina fecuentemente, y él mismo acudió allí varias veces.

Esquema del sistema de drenaje y reinyección de la mina

Esquema del sistema de drenaje y reinyección de la mina

Como es sabido, la mina corta en vertical el acuífero Niebla-Posadas, por lo que para autorizar la extracción del mineral la Administración le impuso la obligación de que no menguara el volumen del acuífero y se mantuviera el agua en las mismas condiciones que en el medio natural.

Para ello, Cobre las Cruces implantaría un sistema de drenaje del agua, que dejaría seco el entorno del yacimiento para trabajar en el mismo, y de reinyección de esa misma agua en una serie de sectores, como si se tratase de un gran circuito cerrado: el líquido que se extraía por una parte se reinyectaba por otra. Todo basado en un modelo matemático sobre cómo se comportaría el acuífero con este sistema.

INCUMPLIMIENTO

El equipo de Mariano P. S. detectó en abril de 2008 un incumplimiento “general” por parte de CLC de las condiciones impuestas, cuando ni siquiera había empezado la fase de operaciones en la mina: 26 sondeos en el interior de la corta y una detracción de agua por encima de lo estipulado, agua contaminada con arsénico (por el contacto con el fondo de la corta minera) y que la compañía habría vertido supuestamente al río Rivera de Huelva.
Para el jefe del Departamento de Aguas Subterráneas de la Agencia, el modelo matemático “fallaba en lo más elemental, lo cual suponía ya un riesgo grave” porque el terreno no se comportaba conforme a lo esperado, de ahí que su propuesta hubiera sido empezar de cero todo y hacer una mina subterránea, como era “lógico y natural” y no una corta a cielo abierto.
Por su parte, Juan Luis R. V., el otro técnico procedente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, declaró que el agua debía haberse extraído de la corona exterior, lejos de la corta minera, y que detectaron no sólo que se reinyectaba en algún sector un 43% menos de lo que se extraía (una diferencia de 519.836 m3),  sino también que se estaba introduciendo en el acuífero agua con un nivel de arsénico desproporcionado procedente de la corta y superior a la norma de abastecimiento humano.

Según este técnico, “las aguas del acuífero se pueden destinar a consumo humano, haya o no sequía, pues es el uso más importante del mismo”, al igual que toda la zona de la rivera de Huelva. A su juicio, era necesaria una alternativa a lo que se estaba haciendo para poder levantar la suspensión de la actividad y fue cuando Cobre Las Cruces planteó depurar el agua tomada mediante ósmosis inversa antes de reinyectarla al acuífero.

VERSIÓN OPUESTA

Los peritos del Instituto Geológico y Minero de España (Igme), Miguel Ramón M. M. y Juan Antonio L. G., dijeron que el modelo matemático de Cobre las Cruces se basaba en un modelo hidrogeológico conceptual y que en base al mismo la compañía hizo una serie de previsiones sobre el comportamiento del acuífero en el momento de su explotación y de cómo iba a evolucionar en el tiempo.

El Igme detectó que la realidad no se ajustaba en su totalidad a la previsión del modelo matemático inicial, pero al contrario que a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, a este organismo no le pareció que ese fallo fuera estrepitoso al inicio de la actividad minera, sino que el modelo era una herramienta más de trabajo que debía estar en continua actualización teniendo en cuenta la información que se fuera generando la propia actividad minera.

Complejo industrial de Cobre Las Cruces

Complejo industrial de Cobre Las Cruces

Los técnicos del Igme reconocieron ante la juez que “viendo las simulaciones que se hacen en el modelo matemático y luego los datos reales que se obtienen en el campo, hay una desviación considerable en algunas zonas, y en otras se adapta perfectamente a la realidad”.
Para los peritos del Igme, las anomalías eran normales. En este sentido afirmaron que si estaba previsto por CLC que las aguas adquirieran unos determinados niveles y la realidad no se ajustó a la previsión, “es lógico que hubiese surgencias (de agua)”, unas pérdidas que rebajaron a 75.000 m3 frente a los 519.836 m3 estimados por la CHG, a la que imputaron errores de cuantificación.

Los técnicos del Igme no supieron explicar la contradicción de que el acuífero esté declarado sobreexplotado y su apreciación de que si hubo surgencias de agua no fue por efecto de la actividad minera, sino porque “está lleno”. Si está lleno, ¿por qué está declarado sobreexplotado? Según su testimonio, puede haberse llenado por la lluvia o algún cambio hidrodinámico.
Los técnicos del Igme también contradijeron a los de la CHG al sostener que la presencia de arsénico en el agua no se debía a la actividad minera, sino que tenía un origen natural, por lo que Cobre las Cruces ni causó daño al dominio público hidráulico ni ha existido ningún peligro para la salud de las personas.

EL IGME CONTRADICE SUS PROPIOS
INFORMES SOBRE EL ARSÉNICO

El Igme ha realizado desde 2001 varios informes sobre el proyecto minero de Las Cruces, el sistema de drenaje y reinyección y su posible afección al acuífero Niebla-Posadas, y en ninguno de ellos, salvo en uno datado en abril de 2010, indicó una presencia destacable de arsénico en las aguas subterráneas.

Al contrario: generalmente ha destacado la calidad de las aguas del acuífero dentro de los criterios establecidos por la legislación española sobre la calidad del agua de consumo humano, de ahí el contraste de sus informes habituales con el cambio de criterio reflejado por sus técnicos en la declaración ante la juez.
Lo más curioso es que los dos peritos que prestaron declaración judicial fueron los mismos que coordinaron en su día el Atlas Hidrológico de Sevilla. En este documento se incluyó un mapa de calidad de agua subterráneas para consumo humano en el que se califica la del acuífero Niebla-Posadas como “de buena calidad” y no hicieron ninguna mención a la presencia destacable de arsénico en ninguna zona del mismo. “En general -dicen los autores-, la calidad del agua del acuífero es buena, encontrándose dentro de los valores permitidos que la hacen apta tanto para el consumo humano como para el regadío”.
Tras detectar la CHG la presunta contaminación con arsénico, los peritos judiciales del Igme hicieron un informe en el que aseguraron que a partir de los datos estadísticos se observaba en el sector 5 “que los valores medios de la composición química de reinyección superan los del agua del medio receptor.

Esta situación -añadieron- se corrige tras el tratamiento por ósmosis inversa de dichas aguas”. La conclusión parece obvia, aunque ahora el Igme sostenga lo contrario de lo que dijo entonces: si en el complejo minero hubo que instalar de forma urgente un sistema de depuración por ósmosis inversa y una planta de depuración permanente era porque se estaba produciendo un problema que había  que solucionar.

Vuelva usted el lunes

Larra

Larra

La Agencia Andaluza del Agua ha reconocido en un informe a la juez que tardó tres días en acudir desde Sevilla a Gerena a inspeccionar un vertido accidental en Las Cruces. En su corta existencia, la Agencia ya ha logrado que haya general unanimidad en Andalucía en pedir que vuelva la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. A su proverbial ineficacia en el manejo de los pantanos (abre las compuertas cuando debería cerrarlas, y viceversa), une esta velocidad de reacción, inspirada en un principio que supera a lo visto en su tiempo por Larra:“deja para pasado mañana lo que debas hacer hoy”. La notificación del puñetero vertido les llegó un ‘san viernes’ y no era cuestión de que les estropeara el fin de semana. La Naturaleza no tiene horarios, pero los funcionarios, sí. Reservado el derecho de admisión de denuncias de lunes a viernes y de 9 a 3. ¿Hasta dónde habría llegado el vertido de Boliden en Aznalcóllar si entonces hubiera existido la Agencia? A partir de ahora no diga eso de ‘es más lento que el caballo del malo’, sino ‘más lento que la triple A’.

Las Cruces quiere recargar el acuífero desde la EDAR San Jerónimo

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha confirmado oficialmente la petición cursada por la compañía minera Cobre las Cruces de modificar la concesión de agua de la depuradora de San Jerónimo que tiene actualmente para los procesos de su planta hidrometalúrgica y darle un nuevo uso, consistente en la recarga artificial del acuífero Niebla-Posadas.

Se da la circunstancia de que este acuífero forma parte del plan alternativo de suministro para Sevilla en caso de sequía, por lo que Ecologistas en Acción teme que en el futuro los sevillanos podrían acabar bebiendo de sus propios vertidos.

La compañía minera Cobre las Cruces, que tiene abierta una causa por la extracción presuntamente ilegal de 530.000 m3 de agua del acuífero Niebla-Posadas sobre el que se asienta y la rodea, presentó el pasado 27 de agosto a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía un proyecto denominado ‘Justificación de solución técnica de compensación directa de aguas mediante recarga artificial procedentes del tratamiento de aguas”.

La filial de la multinacional canadiense Inmet Minning habría  solicitado al Gobierno andaluz que le permita tomar una cantidad indeterminada de m3 de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de San Jerónimo para reinyectarlos en el acuífero y proceder así a su recarga artificial para compensar las pérdidas que estaría sufriendo como consecuencia de la actividad minera.

Durante la tramitación del proyecto, Cobre las Cruces solicitó una concesión de aguas del acuífero para su utilización en la por entonces futura explotación minera, pero la Administración sólo le otorgó 180.000 m3 anuales (20.000 para uso doméstico y 160.000 para utilización en el complejo industrial) del acuífero y 2.600.000 m3 para su utilización en la planta industrial hidrometalúrgica que suministraría Emasesa desde la planta depuradora de aguas residuales de San Jerónimo a través de una tubería de unos 15 kilómetros. El uso de este agua de los vertidos de Sevilla depurada se limitaba a un periodo de meses concreto (otoño, invierno y primavera) y finalizaba hacia el mes de abril, con el fin de no restar caudales al río Guadalquivir durante el estío.

Ecologistas en Acción ha venido denunciando que la mina ha acabado por detraer hasta 1.200.000 m3 de agua del acuífero Niebla-Posadas y apenas ha utilizado la contratada a la EDAR de San Jerónimo, tanto porque ha de pagarla y a buen precio a Emasesa como porque ha habido  abundancia de lluvias desde que empezó la actividad en la explotación, lluvias copiosas que han forzado incluso la paralización durante varios meses al inundarse el fondo del yacimiento.

A raíz de la paralización del proyecto en su fase inicial durante un año por las denuncias de las organizaciones conservacionistas sobre el incumplimiento de las condiciones impuestas para el sistema de drenaje y reinyección, Cobre las Cruces subrayó que necesitaba más concesiones de agua, pues no creía tener bastante con los 160.000 m3 otorgados por la Junta.

Los ecologistas sostuvieron entonces que debía pedir una nueva concesión, pero Medio Ambiente inició de oficio el 16 de julio de 2009 la modificación de la concesión previamente otorgada, sin que hasta ahora se tenga noticia de que haya adoptado algún acuerdo en firme.

Según el plan presentado por la filial de la multinacional canadiense, se trataría ahora de utilizar agua depurada de San Jerónimo -la compañía no ha confirmado que se trate de un millón de m3, como ha llegado a apuntarse- para, tras someterla a un segundo proceso de tratamiento, reinyectarla en el acuífero.

La Consejería de Medio Ambiente, que sostiene que el acuífero Niebla-Posadas ya sólo se usa para regadío agrícola, está a la espera de los informes de otros organismos para decidir sobre esta solicitud. De momento, el Instituto Geológico y Minero de España (Igme) ya ha dado su conformidad y ahora es la Consejería de Salud la que está estudiando si la utilización de este agua podría entrañar algún riesgo sanitario.

Ecologistas en Acción se opone rotundamente a la pretensión de la compañía minera y matiza que el acuífero se destine únicamente a regadío. Los verdes recuerdan que históricamente varios municipios se abastecían de estas aguas subterráneas y acusan a Cobre las Cruces de propiciar el fin de este uso tradicional, ya que tras el episodio de la contaminación por arsénico de las aguas (año 2008), presuntamente debido a la explotación minera, Gerena prefirió otras fuentes de suministro con mayores garantías.

Aun así, Ecologistas recuerda que este acuífero está incluido en el Plan Hidrológico del Guadalquivir y que Emasesa mantiene sobre el mismo una reserva de 12 Hm3 de agua para extraerla en caso de sequía extrema y poder abastecer así a Sevilla y a los municipios bajo su área de influencia. Es más, la empresa municipal de aguas hispalense tiene entre sus planes ante una posible emergencia el de extraer agua de uno de los bordes más septentrionales del acuífero y conducirla mediante tuberías hasta el pantano de Melonares.

Los verdes afirman que este plan de Cobre las Cruces confirma sus peores temores de que acabarían utilizando el agua del acuífero para las actividades mineras en vez del agua de la depuradora de San Jerónimo y rellenando con este agua procedente de los residuos de los sevillanos el acuífero Niebla-Posadas, con lo que en caso de sequía y de activarse el plan alternativo de Emasesa, podría darse la circunstancia de que los habitantes de Sevilla y su área metropolitana acabaran bebiendo sus propios vertidos.

Según Ecologistas en Acción, no existen garantías de que no se pueda contaminar con el agua depurada un acuífero natural de buena calidad que se ha usado tradicionalmente para abastecer a municipios del área de Gerena.

Por su parte, Cobre las Cruces afirma que ese agua sólo se utilizaría en caso de necesidad si la Administración no le reconoce la compra de derechos de agua con que a su juicio compensa las posibles pérdidas del acuífero, como una opción más pero no de forma obligatoria y que la cantidad a utilizar sería variable en función de las circunstancias.

Tres días para inspeccionar un vertido en Las Cruces

La Agencia del Agua tardó tres días en

Inspeccionar un vertido de Las Cruces

La juez une a la causa por el arsénico la extracción ilegal de agua y el fiscal pide el expediente del Garnacha

La Agencia Andaluza del Agua, radicada en Sevilla, tardó tres días en acudir a inspeccionar un vertido contaminante al arroyo Garnacha  de la cercana mina de Cobre Las Cruces, según reconoce en un informe elevado al Juzgado de Instrucción Nº 19. La juez titular  ha decidido, contra el criterio de la compañía minera, incorporar a las diligencias abiertas  por la presunta contaminación con arsénico del acuífero el expediente incoado luego por la extracción ilegal de más de 500.000 m3 de agua.

Tres días para acudir desde Sevilla a los cercanos términos de Gerena, Salteras y Guillena para inspeccionar un vertido contaminante de Las Cruces al arroyo Garnacha, tributario en última instancia del Guadalquivir. Ese es el plazo que tardaron los técnicos de la Agencia Andaluza del Agua tras recibir el pasado 22 de octubre una comunicación de la compañía minera sobre un derrame, acaecido el día anterior, de aguas del rechazo del tratamiento de la ósmosis inversa al cauce.

Al parecer, y según el informe aportado por la Agencia al Juzgado, el vertido de más de 80 m3 se produjo debido a la rotura, a través de una de las juntas, de la tubería que va desde la balsa de agua de rechazo hasta la planta hidrometalúrgica. Fue la consecuencia de una sobrepresión producida por el cierre accidental de la llave de alimentación al tanque de entrada a la neutralización.

Los técnicos aparecieron por la explotación minera el día 25, cuatro después del vertido, para inspeccionar la zona donde se produjo la rotura y el cauce del Garnacha, y procedieron a la toma de muestras para su análisis. De los resultados del laboratorio se concluía que el vertido presentaba una conductividad elevada debido a la presencia de sales disueltas, características del rechazo del tratamiento de ósmosis inversa, y también  de sólidos en suspensión, arsénico, cadmio, cobalto, níquel, aluminio, molibdeno, plomo, manganeso, hierro, zinc, cobre, bario, estroncio y titanio.

De estos metales, las normas de emisión establecidas reglamentariamente sólo fijan límites para el cadmio y, según la Agencia, no se superó dicho valor. Sí se detectó al cabo de cuatro días un aumento de los sólidos en suspensión aguas abajo, pero al no existir embalses ni tomas de agua autorizadas en el cauce, este organismo de la Junta de Andalucía cree que no hubo perjuicios graves a la salud, y tampoco tuvo noticia de mortandad de peces.

La Fiscalía ha requerido este informe en que se basa el expediente sancionador incoado a Cobre las Cruces y que podría acabar incorporado a las diligencias abiertas  por la presunta contaminación con arsénico del acuífero Niebla-Posadas.

Recientemente, la titular del Juzgado Nº 19 de Sevilla ha atendido la petición de Ecologistas en Acción de incorporar a la causa el segundo expediente sancionador contra la compañía minera y pese a la oposición de los abogados de aquélla. Este expediente fue abierto por la presunta extracción ilegal de más de 530.000 m3 de agua del acuífero, con lo que se incumplía la autorización de modificación del sistema de drenaje y reinyección.

Para los verdes, este expediente tiene directa relación con los presuntos delitos de daños y contra el medio ambiente, objeto de las primitivas diligencias, y en su argumentación ante la juez insistieron en que hay un problema de extracciones ilegales  de un acuífero sobreexplotado que produciría el sistema de drenaje de la mina, lo que a su juicio compromete las reservas hidráulicas de Sevilla ante futuras sequías. También pidieron que el Juzgado decretara medidas cautelares para evitar que se sigan produciendo daños al dominio público hidráulico.

El fiscal comparte esta petición y dice que procede conforme a las competencias de la Agencia del Agua y porque son independientes al procedimiento penal. Por su parte, la Agencia considera suficientes las acciones preventivas adoptadas por Cobre las Cruces para evitar nuevos vertidos al Garnacha, por lo que no cree necesaria la adopción de medidas cautelares.

Deslizamientos en Las Cruces

Las paredes del depósito de estériles de las Cruces

se deslizaron 500 metros durante su construcción

Los ecologistas temen que se vuelva a repetir y la compañía

niega riesgos como los de Hungría y Aznalcóllar al no ser una balsa

Los verdes sospechan que no se compactan los residuos y CLC replica que ya ha completado la primera celda

El vertido tóxico de Hungría ha vuelto a resucitar el fantasma de la fractura de la presa de residuos de Boliden en Aznalcóllar y a reavivar la polémica entre los ecologistas y Cobre las Cruces, la compañía propietaria de la mina sita en Gerena, a cuenta de los potenciales riesgos de la explotación minera.

Ecologistas en Acción ha revelado que los muros de margas del depósito de residuos de las Cruces ya se deslizaron durante su construcción, por lo que este hecho podría volver a repetirse. La empresa, por su parte, considera que se trató de un problema habitual que suele producirse en las fases iniciales de la minería, acusa de alarmistas a los verdes y da “garantías absolutas” de que no hay riesgos porque, al contrario que en Aznalcóllar y Hungría, en Gerena no hay ninguna balsa de almacenamiento con líquido.

Entre las 3 y las 7 de la madrugada del 9 de julio de 2008 se produjo un deslizamiento en la escombrera norte del complejo hidrometalúrgico de Las Cruces, concretamente en la zona central del área conocida como Esparragal, que afectó al área de vertido libre y a la berma-barrera Este del área de vertido de estériles de planta, según verificó posteriormente un informe de la consultora Geocontrol que han revelado Ecologistas en Acción con motivo de la reciente catástrofe ecológica en Hungría, similar a la de Boliden en Aznalcóllar.

El deslizamiento tuvo una longitud aproximada de 500 metros, una anchura de 50 y una profundidad máxima valorada en 10 metros, con un volumen estimado de 250.000 m3 de material. El deslizamiento lateral se calculó de entre 5 y 10 metros.

La causa de la fractura de las paredes del depósito de estériles de la mina parece que estuvo asociada, según el informe técnico, a una excesiva altura de tierras, sumada a la existencia de poro en el vertido (entre cero y 6,5 metros) y habría provocado en el nivel natural de cimentación un mecanismo de rotura progresiva. Hubo que retirar tierras de la cabecera de la escombrera hasta la cota +73 en El Esparragal y hasta la cota +70 en la zona de cresta de la fractura, lo que supuso un movimiento de 2,3 millones de metros cúbicos de material.

Ecologistas en Acción ha revelado estos datos que, a su juicio, demuestran que el depósito de residuos de las Cruces sufre el riesgo de nuevos deslizamientos en el futuro por las características gerológicas de las margas y han subrayado que también el muro de la presa de Aznalcóllar estaba compuesto de marga compactada, la cual acabó por quebrarse al combinarse su capacidad deslizante con la humedad de la balsa de Boliden por el agua que acumulaba.

HECHO PUNTUAL

Cobre las Cruces reconoce la incidencia acaecida hace dos años, pero matiza que ocurrió en la escombrera en construcción, sin contenido almacenado alguno. “Este tema –afirma un portavoz de la compañía- se considera habitual en las instalaciones mineras: que las margas de un proyecto en construcción se muevan previamente durante las obras. No se puede alarmar –añade- sobre hechos habituales en cualquier operación minera y que en cualquier otra parte se entiende perfectamente. El desplazamiento se produjo en la berma de la instalación y no en los estériles depositados en ella”.

La compañía minera afirma que una vez que se terminó de construir el depósito de estériles, antes de arrojar residuo alguno expertos y consultores geotécnicos internacionales revisaron todo y verificaron la seguridad de las instalaciones. Por tanto, a juicio de Cobre las Cruces las garantías “son absolutas” y sólo desde el alarmismo más infundado se puede hacer una comparación con las catástrofes ecológicas de Aznalcóllar y Hungría, ya que el hecho diferencial de la mina de Gerena respecto de aquéllas es que no hay balsa que contenga líquido y, por lo tanto, ni hay agua ni barro que puedan romper nada ni transportar los residuos por algún cauce: los estériles son secos, no húmedos. La compañía insiste en que la única balsa existente en el complejo minero es una de agua depurada procedente de una EDAR de Sevilla (depuradora de San Jerónimo).

Según el portavoz de CLC, los residuos de las Cruces, conforme al proyecto aprobado por la Administración, se están encapsulando a medida que se van depositando y ya se ha finalizado la primera celda de la escombrera, cuyo grado de humedad es del 10% al 14% tras el sistema de filtración utilizado.

LIXIVIACIÓN INTERNA

Ecologistas en Acción aporta fotos aéreas realizadas el pasado 22 de septiembre y que a su juicio demuestran que ni los residuos son tan secos como sostiene la compañía ni se cubren con tongadas de margas compactadas, obligación que habría contraído ante la Administración y contemplada en el estudio de impacto ambiental.

Según las imágenes tomadas por los verdes, la lixiviación de los residuos es tal por el grado de humedad que contienen que se acumula el líquido en grandes encharcamientos dentro del depósito de estériles y se han llegado a construir balsas interiores para recoger los lixiviados.

“Los camiones que transportan los residuos basculan por una parte del depósito y éstos se van luego deslizando hacia la mitad del mismo, prueba evidente de que se mueven porque no son completamente secos, y tienen fluidez debido a los ácidos del proceso hidrometalúrgico, ya que en caso contrario se acumularían en el sitio de la descarga sin cambiar de emplazamiento”, afirma por su parte un portavoz de Ecologistas en Acción.

Las imágenes también demostrarían en opinión de los verdes que no se están compactando los estériles con margas, pues en tal caso el fondo del depósito tendría el mismo color grisáceo que el terreno que lo circunda y no es así: reflejan el aspecto multicolor del material tratado en la planta metalúrgica.

El agua cubre Las Cruces

El agua cubre el fondo de la corta minera de

Las Cruces pese a meses sin lluvias

La Junta ha expedientado a la compañía por

extraer 800.000 m3 más de la cuenta

El fondo de la corta minera de Cobre las Cruces sigue cubierto de agua pese a que en la comarca no ha llovido desde hace meses, según denuncia Ecologistas en Acción mediante fotografías aéreas obtenidas durante un vuelo realizado el pasado 12 de septiembre. A juicio de los ecologistas, esta situación demuestra que los problemas sufridos por la mina en el último año no se han debido al exceso de precipitaciones, sino a la afección que le supone la existencia del acuífero Niebla-Posadas.

Los conservacionistas cuestionan con un nuevo reportaje fotográfico a vista de pájaro la eficacia del sistema de drenaje y reinyección de Cobre las Cruces y estiman que la filial de la multinacional canadiense Inmet Minning es incapaz de contener y/o drenar el exceso de agua que fluye del acuífero, cuyo volumen habría rebasado tiempo ha los cálculos más optimistas del modelo matemático utilizado en el proyecto para simular el comportamiento del sistema hidrológico que rodea al yacimiento minero.

Metafóricamente, es como si Cobre las Cruces hubiera horadado un terreno equivalente a una esponja llena de agua para extraer el cobre de su interior y el agua contenida en la esponja se filtrara continuamente al lecho de la mina pero en mucha mayor cantidad de lo previsto por los ingenieros que en su día idearon este sistema sin precedentes para arrancarle a la Naturaleza la materia prima.

El pasado mes de agosto trascendió que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía incoó en mayo un expediente sancionador a Cobre las Cruces por incumplir la condición de compensar en su totalidad las extracciones de agua realizadas en el acuífero Niebla-Posadas, cláusula impuesta por la Administración andaluza para permitir la extracción del mineral.

La Junta estima que la compañía extrajo unos 800.000 m3 más de lo estipulado y que sólo logró restituir unos 400.000 m3. En resumen, que entra más cantidad de agua subterránea que la que luego Cobre las Cruces devuelve al acuífero, una situación considerada como falta grave por Medio Ambiente.

Para compensar este exceso de detracción, Cobre las Cruces tendría que adquirir derechos de agua a terceros por una cantidad equivalente, aunque hasta ahora no ha logrado cumplir este objetivo.

Las Cruces investiga el ‘accidente oculto’

La compañía minera Cobre las Cruces ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias en que se produjo el accidente en que durante el pasado fin de semana dos operarios que reparaban una motobomba de gran potencia sufrieron quemaduras y acabaron en el servicio de Urgencias del hospital Virgen Macarena de Sevilla.

Cobre las Cruces afirma tajantemente que no tenía constancia alguna del suceso revelado ayer, por lo que ha exigido explicaciones a la compañía contratista del Aljarafe que participa en los trabajos de drenaje y reinyección y que sigue manteniendo la versión de que el percance, que ha calificado de leve pese a que los empleados acabaron de baja, se produjo en un taller de Burguillos y no en el complejo minero.

Sin embargo, la motobomba objeto de la supuesta reparación en una nave del Aljarafe permaneció el día del suceso en el interior de la corta y los operarios no supieron explicar cómo agua o/y vapor a gran temperatura les roció de lleno durante ese teórico arreglo en frío y en seco.

Por otra parte, en relación con el posterior suceso en que tres obreros resultaron gravemente heridos por contacto con ácido sulfúrico tras romperse una tubería en la mina de Las Cruces, en medios relacionados con la prevención de riesgos laborales se ha destacado un nuevo tratamiento existente que permitió la rápida recuperación de un operario de Ence en Huelva y que también sufrió hace unos meses quemaduras por productos químicos.

La antigua Empresa Nacional de Celulosas disponía en su dispensario médico de una sustancia denominada diphoterine que, por su polivalencia, permitía detener cada uno de los seis tipos de reacción posibles: ácido, básico, oxidación, reducción, solvatación y quelación.

Gracias a un efecto osmótico, con la aplicación de esta nueva sustancia se logró atraer hacia fuera el producto químico que había penetrado en el cuerpo del obrero accidentado y salvarle la vida, además de evitarle graves secuelas, hasta el punto de que se ha podido reincorporar posteriormente a su puesto de trabajo sin más complicaciones.

Accidente ‘secreto’ en Las Cruces

Dos operarios sufrieron quemaduras en la mina de Las Cruces el fin de semana anterior

Trabajaban en el interior de la corta con una motobomba de gran potencia y fueron trasladados a Urgencias del Macarena

Dos trabajadores de una empresa del Aljarafe contratada por Cobre las Cruces para trabajos del sistema de drenaje y reinyección y en materia de aguas del complejo minero sufrieron quemaduras en otro accidente acaecido el viernes 21 de mayo, justo cuatro días antes de que, el pasado martes,  una tubería con ácido sulfúrico se rompiera y vertiera su contenido sobre tres operarios. Mientras que este suceso ha trascendido a la opinión pública, sobre el otro se ha guardado el más absoluto silencio.

Dos operarios de la compañía aljarafeña se hallaban el viernes en interior de la corta a cielo abierto de Cobre las Cruces para comprobar por qué la bomba que extrae el agua que fluye desde el acuífero Niebla-Posadas no estaba bombeando líquido elemento hasta el depósito exterior. La motobomba era una Volvo con una fuerza equivalente a la de 300 caballos de vapor y capaz de extraer más de 250.000 litros de agua a la hora.

Técnicamente estaba ‘cavitando’, es decir, la turbina estaba girando pero no impulsaba el agua hacia los niveles superiores, por lo que aquélla estaba siendo batida en el cuerpo del ingenio mecánico. Al no circular el agua, tampoco se refrigeraba el cuerpo de la bomba, por lo que probablemente empezó a hervir y se formaría una burbuja de vapor. Verosímilmente, la presión del vapor acabó rompiendo el sello del cuerpo de la bomba y alcanzó a los dos operarios, los cuales sufrieron quemaduras desde parte del rostro hasta el tórax.

Los dos accidentados, cuyos nombres responden a las iniciales J.E.M. y F.D.M., fueron evacuados desde el fondo de la corta minera e introducidos en un vehículo al servicio de la compañía contratista que, por la naturaleza de los trabajos hidráulicos que realiza, se mueve habitualmente por todo el complejo minero y dispone de llaves de puertas de acceso y salida que no son las utilizadas habitualmente para el trasiego de operarios.

La persona que conducía el vehículo, de gran potencia y tamaño para poder maniobrar por las anfractuosidades del complejo minero, se hallaba en un estado de nervios tal por la situación creada y el hecho de transportar a dos heridos con quemaduras junto a él que no engranó bien las marchas y acabó rompiendo el motor a escasos metros del hospital Virgen Macarena de Sevilla, al que los trasladó ya avanzada la tarde-noche  del viernes.

El Servicio de Urgencias del hospital ha confirmado a este periódico el ingreso en Urgencias de los dos heridos, los cuales habrían sido aleccionados para que facilitaran la versión de que el accidente se produjo cuando arreglaban una motobomba alquilada a Cobre las Cruces pero no el interior de la mina, sino en una nave industrial de Burguillos. Lo que no supieron explicar es cómo una motobomba en frío y en seco en un taller pudo arrojar sobre ellos agua hirviendo o vapor a altas temperaturas. Por otra parte, al haberse producido el accidente durante el fin de semana, daba margen de maniobra a la compañía auxiliar para sustituir a los operarios por otros el lunes sin levantar sospechas.

Cobre Las Cruces aún no ha respondido oficialmente  sobre este suceso, que no ha sido reflejado en el gran cartel de días sin percances que está colocado a la entrada de la planta. Si hubiera trascendido el accidente, habría obligado a la intervención de la Dirección General de Minas de la Junta de Andalucía por haberse producido en el interior de la corta minera.

Según los testimonios recogidos, es muy probable que la empresa  contratista haya ocultado el suceso a Cobre las Cruces, ya que este tipo de multinacionales penalizan a las empresas auxiliares con episodios de inseguridad laboral. Si así fuera, este suceso dejaría en evidencia la falta de control de la compañía minera sobre sus propias instalaciones y la falta de supervisión de la Junta, pues la empresa afectada por el accidente está involucrada  en el vital sistema de drenaje y reinyección y el tendido de tuberías que pasan junto al arroyo Garnacha.

Esta rivera fue desviada al interior de la mina y confluye a su salida con el arroyo Molinos. Pues bien, pese a que éste es el principal y de más caudal, los aspectos morfodinámicos del terreno revelan ahora que el Garnacha aporta mucho mayor volumen de agua que el otro, sin que ni la Confederación Hidrográfica ni la Junta de Andalucía hayan encontrado aún una explicación a este anómalo fenómeno hidráulico.

Imputados 4 directivos de Las Cruces

La juez cita a declarar al director general y a los de Minas, Aguas y Medio Ambiente de la compañía por la presunta contaminación del acuífero con arsénico

Da un plazo de veinte días al Igme para que entregue un informe definitivo sobre la compañía minera

La juez titular del Juzgado de Instrucción Nº 19 de Sevilla, Ana Escribano Mora, ha citado a declarar en calidad de imputados y con asistencia de letrados a cuatro directivos de Cobre las Cruces (CLC), filial de la multinacional canadiense Inmet Minning Corporation (IMC), en la causa abierta por la presunta contaminación con arsénico del acuífero Niebla-Posadas y por el incumplimiento de las condiciones del permiso inicial dado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), hechos denunciados hace casi dos años por la Fiscalía de Sevilla y Ecologistas en Acción.

Los imputados por la magistrada son François Fleury, consejero director general de la compañía; William Thomas William, director del departamento de Minas; Juan Carlos Baquero Ubeda, director del departamento de Gestión de Aguas, y Paz Cosmen Shortamm, directora del departamento de Medio Ambiente. Los dos primeros deberán comparecer en el Juzgado el día 17 de mayo; los dos segundos, una semana después. Asimismo, la juez requiere al Instituto Geológico y Minero de España (Igme) para que en el plazo de veinte días le remita el informe definitivo que sobre la actuación de la compañía minera le requirió en su día.

La Fiscalía de Sevilla denunció a Cobre las Cruces por un presunto delito ecológico al haber causado, supuestamente, una grave alteración del curso de las aguas, con el consiguiente peligro para las personas y el entorno medioambiental. Según el fiscal, por la actuación de la empresa minera de capital canadiense habría resultado afectado por arsénico un acuífero (el de Niebla-Posadas) del que se abastece la población, y las consecuencias habrían sido aún mayores de no haberse adoptado la medida cautelar de suspensión por la CHG. El Ministerio Público valoró en su momento  el perjuicio presuntamente causado en 322.381 euros.

La CHG detectó que la compañía minera no había respetado las condiciones con las que se otorgó el permiso de explotación con el fin de proteger el acuífero y que, además, habría reinyectado en el mismo aguas presuntamente contaminadas. Según la denuncia del fiscal, el 2 de abril de 2008 se tomaron muestras de las aguas reinyectadas y se detectaron diversas sustancias contaminantes, fundamentalmente arsénico, con valores muy superiores a los permitidos por la ley en el agua para consumo humano. Para el Ministerio Público ello se debió a la inyección de agua procedente del fondo de la corta minera, “lo que estaba terminantemente prohibido”.

Incumplimientos sistemáticos

En la resolución de suspensión de la autorización para las obras del sistema de drenaje-inyección (SDR) de Cobre las Cruces, acordada por la Comisaría de Aguas de la CHG con fecha 12 de mayo de 2008, se afirma que el objeto del permiso era rebajar el nivel del agua subterránea por debajo del yacimiento de mineral a fin de permitir su extracción, y que para proteger el acuífero y evitar la pérdida de agua, CLC preveía un sistema de reinyección de los recursos extraídos en el propio acuífero, basado en un modelo hidrogeológico y de gestión matemático.

Sin embargo, siempre según el documento de la CHG, la compañía introdujo importantes modificaciones en el modelo matemático con respecto al que sirvió de base a la autorización e inició por su cuenta la actividad en la explotación minera. Para colmo, se llegó a una situación que ni siquiera ésta se ajustaba al modelo modificado. Asimismo, CLC comenzó a extraer agua del acuífero antes de que culminara el proceso de reconocimiento y precintado de los mecanismos de control. No contrató un hidrogeólogo residente, condición exigida en el permiso, hasta cuatro años después y la  actuación de este profesional no se ajustó a las funciones que le correspondían.

Cobre las Cruces vulneró también la prohibición de no inyectar agua procedente de un sector en otro distinto, que había impuesto la CHG con el fin de preservar la calidad natural de las aguas subterráneas. “Un elemento (inyector en sector distinto) planteado como excepción, en realidad se pretende convertir en norma, contraviniendo el esquema de funcionamiento planteado anteriormente”, acusaba la CHG. La compañía comenzó a actuar sin el exigido plan de contingencias previo, donde debían preverse las operaciones en caso de un vertido accidental o cualquier otro imprevisto.

Tampoco cumplió la exigencia de mantener el volumen de agua del acuífero, pues al poco ya le habían detraído 519.836,31 m3 (informe del 16 de mayo de 2008). Y el aspecto clave fue el de la contaminación. La condición específica octava del permiso establecía que “las aguas procedentes del drenaje del fondo de corta en ningún momento podrán formar parte del sistema de drenaje-inyección, por lo que no serán bombeadas ni reinyectadas posteriormente en el acuífero”. Este aspecto tenía una especial relevancia, ya que las aguas del fondo de la corta son contaminadas por metales cuya reinyección en el acuífero supone un peligro de alteración de las aguas subterráneas.

Según la CHG, en este aspecto el proyecto presentaba importantes deficiencias, habiendo propuesto la empresa una reinyección de las aguas del fondo de la corta previamente tratadas, “lo cual no está contemplado en la autorización”. La Comisaría de Aguas acabó detectando evidencias de contaminación metálica en el drenaje que desde el sondeo conocido como de la Gravera llegaba hasta el río Rivera de Huelva, y contaminación por oxidación de las aguas drenadas.