Archivo de la etiqueta: Tierno Galván

‘Ninis’

Tierno Galván, el mítico ‘viejo profesor’ que escribía pregones en latín y que encandiló a la juventud al coincidir la ‘movida madrileña’ durante su etapa como alcalde de la capital de España en la Transición, hizo famosa una pregunta que, para romper el hielo, se le ocurrió hacer a una joven de color con la que tuvo que salir a bailar un chotis en las fiestas de un barrio:
-¿Estudias o trabajas?
Pese a los difíciles tiempos que acaecieron tras la muerte de Franco, con España asolada por el terrorismo de ETA y el GRAPO (hasta un centenar de asesinatos en un año) y con una inflación galopante que obligó a la firma de los Pactos de la Moncloa para salir unidos de la crisis de la mano de otro ilustre profesor, Fuentes Quintana (su discurso al país en calidad de vicepresidente económico es recomendable rememorarlo por Internet), los ilustrados regeneracionistas de entonces, como Tierno, pensaban que un joven que no trabajaba era porque estaba estudiando, y viceversa.

Item más, en muchos casos, de los que puedo dar fe, no había tal disyuntiva, sino una copulativa: jóvenes que trabajaban y estudiaban. Estudiantes que por la mañana se afanaban en las labores de una fábrica y que durante la otra mitad del día, por las noches, los fines de semana o incluso mediante cursos por correspondencia o a distancia, completaban a trancas y barrancas una carrera para mejorar sus expectativas. Estaban alentados por unos padres que veían en la educación, a la que ellos no pudieron acceder por falta de medios o por las consecuencias de la guerrra civil, el único ‘ascensor’ posible en la escala social.

Degraciadamente, España es hoy noticia porque un informe de la OCDE ratifica la triste realidad que se sufre en multitud de familias: somos el país europeo con más jóvenes que no estudian ni trabajan, por la falta de oferta laboral en una nación con cinco millones de parados y porque el ‘sistema’ difícilmente les da ya una segunda oportunidad educativa.

Tenemos dos millones de ‘ninis’, jóvenes de entre 15 y 29 años cruzados de brazos en las calles, de lunes a domingos al sol, y con las puertas cerradas de las aulas, en muchos casos porque en su día las abandonaron prematuramente deslumbrados por el dinero fácil del ladrillo, cuando nadie sospechaba que la ‘burbuja’ inmobiliaria estallaría como una pompa de jabón.

Y lo peor no es ya que ni estudien ni trabajen, sino que tampoco tengan ni subsidio ni otras protecciones sociales por no haber cotizado. La generación ‘nini’ va camino de convertirse en una generación perdida.

Sí pero no

El portavoz de la Oposición, Espadas, tachó la derogación del Plan Centro de “imposición” y medida “objeto de campaña electoral”. Es una “imposición” en la misma medida en que lo fue su aprobación por Monteseirín, y es “objeto de campaña electoral” ‘a posteriori’ por cuanto supone el cumplimiento del programa con el que el alcalde concurrió a las municipales.

Desmintiendo la cínica frase del socialista Tierno Galván de que las promesas electorales se hacen para no cumplirlas (de este tipo de actitudes deviene el desprestigio de la clase política), Zoido ha sido consecuente al derogar el Plan y en este sentido se diferencia de los políticos que  hacen lo contrario de lo que dijeron.

Se ha intentado que  incumpliese su programa electoral esgrimiendo un sondeo de tan sólo 440 encuestas telefónicas del Centro Andaluz de Prospectiva  en el que el 53,8% de los encuestados se mostraba a favor del Plan. Ese porcentaje son 236 sevillanos, frente a los 166.000 que apoyaron el programa de Zoido en las urnas. Quienes citan el sondeo obvian un dato revelador: en el ditrito Centro, el sufridor/beneficiario del Plan, sólo cuatro de cada diez encuestados se muestra partidario de mantenerlo. Es decir, apoyan el Plan desde fuera quienes menos se ven afectados por sus medidas.Monteseirín dio alas a los sectores contrarios a la limitación del tráfico, una tendencia irreversible en Europa, al aplicarla de forma precipitada e improvisada, marca de la casa, y sin haber creado previamente las alternativas de transporte y aparcamientos  que habrían permitido su implantación sin división social.El clamoroso fracaso en la construcción de 60 aparcamientos en el entorno del Centro es la mejor demostración de su huida hacia adelante. A ello hay que añadir que, al contrario que en la mayoría de las ciudades europeas con planes similares, no existe un Metro que penetre en el casco antiguo, sino que lo bordea. También los autobuses dejaron de acceder hasta lugares estratégicos como la Encarnación y la Magdalena.

La reordenación del tráfico se ha hecho de tal forma que para trasladarse de un punto a otro  del casco antiguo primero hay que salir a la Ronda. Los taxistas ponían como ejemplo una carrera de la calle Feria a la Alameda. Otrosí, los sentidos únicos obligan a tener que circular por la periferia para llegar desde ciertas zonas del Centro hasta la Macarena.

La pretensión de los impulsores del Plan de que los conductores y los profesionales podían realizar una gestón en tan sólo 45 minutos era irreal, hasta el punto de que fontaneros y electricistas han preferido dejar de hacer pequeñas reparaciones en el Casco Antiguo por temor a sanciones de 70 euros si sobrepasaban el tiempo de estacionamiento.

 

DEFICIENCIAS

 

Prueba de las deficiencias del Plan es que el propio Espadas había propuesto  su modificación para que se incrementara el tiempo de circulación de 45 a 60 minutos, la disminución del horario restrictivo en una hora (desde las 8 a las 21), la introducción de permisos especiales para los profesionales y bonificaciones para los familiares de los residentes en el  Centro y trabajadores y clientes de los parkings.

Además, Monteseirín ha hecho un uso torticero del Plan, como demuestra el hecho de que entre diciembre, fecha de su inicio, y marzo  impuso 7.000 multas a infractores y que a partir de primavera dejó de tramitar sanciones porque faltaban dos meses para las elecciones de mayo y no era cuestión de irritar a los votantes.

Por eso tiene razón Zoido cuando dice que ‘de facto’ Monteseirín ya había derogado el Plan, aunque como los automovilistas no lo sabían se siguieron comportando como si siguiera vigente. Pese a sus deficiencias, el Plan ha cumplido el objetivo de reducir la afluencia de vehículos, como reconoce el nuevo director de Movilidad: “Desde 2007 a 2011 se ha producido un descenso del 48% del tráfico de vehículo particulares a la zona Centro de Sevilla”. Un informe de la anterior Delegación realizado en  febrero estimaba que se había pasado de unos 200.000 vehículos diarios a 97.900. De esta cantidad, 22.000 sobrepasaban el límite de tiempo. Además, esta disminución del tráfico habría redundado  en la eliminación de 3.800 toneladas de CO2.

Es indudable, pues, que la reducción del tráfico ha mejorado la calidad de vida en el Centro (menos contaminación, menos ruido, más seguridad) y que si Zoido tenía razones (su programa electoral) para derogarlo, Espadas, Torrijos y los 23 colectivos  que han abogado por su mantenimiento previa corrección de sus errores también tenían argumentos  para defenderlo, en línea con las políticas internacionales de movilidad. Cabe preguntarse hacia dónde va el sentido de la historia, si por que los coches sigan tomando el centro de las ciudades o al contrario.

Una vez cumplida su promesa, el reto de Zoido debe consistir en crear cuanto antes las condiciones que permitan disfrutar de un Centro sin automóviles. En su apresurada derogación del Plan por la misma vía del decreto con que Monteseirín lo implantó (pese a lo cual, un error político al darle munición a la Oposición por sustraerse al debate), sorprende su anuncio de que estudiará la alternativa después del verano, cuando se suponía que la debería tener más que estudiada desde su etapa en la oposición. Las asignaturas troncales nunca deben dejarse pendientes para septiembre.