Tras su traslado a la Pirotecnia, Derecho ha abandonado las caracolas que se instalaron en los jardines de San Telmo como aulas provisionales. Pero va el Ayuntamiento y convenia con la Hispalense su cesión por 30 años, a fin de alojar en ellas dependencias municipales, además de darles otros usos genéricos que tenga por conveniente. La oposición se escandaliza, recuerda que el PGOU preveía su supresión y denuncia que el Consistorio vulnera la norma urbanística suprema de Sevilla. ¿Escandalizarse? ¿Por qué? ¡Si esto es lo normal entre nosotros! Somos expertos en arquitecturas efímeras y en provisionalidades permanentes. ¿Acaso no eran temporales las caracolas de Pellón para el 92 y siguen ahí? El Metro ha tardado 30 años en hacerse; el solar de la Encarnación ha estado 30 años vacío; el Prado hasta su conversión en jardín, otro tanto. El traslado de la Feria, la Ciudad de la Justicia, el acuario de Delicias, el ‘botellódromo’…todo va en la misma línea de las caracolas universitarias, porque 30 años es la unidad de medida de los retrasos en Sevilla.
El reloj de Sevilla
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