Los sindicatos denuncian que, al igual que el arpa de la rima de Bécquer, del almacén en el ángulo oscuro, del alcalde tal vez olvidadas, silenciosas y cubiertas de polvo, se ven las bicis policiales. En el organigrama de la Policía hay una Unidad Ciclista cuyo estreno eran tan inminente que le compraron diez bicicletas. Eso fue hace tres años, pero la Unidad sigue sin constituirse y sus monturas de hierro se han quedado arrumbadas en uno de esos polígonos industriales. ¿Será éste uno de esos Servicios que, según nos advirtió Monteseirín, estaban en peligro por la crisis económica? La razón de su creación era la vigilancia del cumplimiento de la Ordenanza que regula la utilización de los carriles-bici, de lo que se infiere la escasa confianza municipal en el civismo de los ciclistas sevillanos, pues en caso contrario no hubieran pensado en un pelotón policial para vigilarlos. El caso es que el Consistorio gastó el dinero en bicicletas y al cabo de tres años aún carece de policías que se monten en ellas. A eso se llama empezar la casa por el tejado.
Como el arpa de Bécquer
Deja un comentario