El proyecto del Metro, que el (sin) alcalde dice haber pactado con la Junta para aparecer como comadre de la criatura tras ser el padre del ‘Metrocentro’, invade dos parques, calificados como sistemas generales en el PGOU: el del Alamillo (donde Rosa Aguilar y Alfredo sitúan las cocheras y talleres) y el Anillo Verde Norte. Esta es la Sevilla sostenible según Monteseirín. ¿Qué otros marrones y bacaladas se esconden en los tochos, perdidos entre la marea de papeles cuales agujas en un pajar y esperando escapar del ojo sagaz de la prensa? Las cocheras y talleres previstos en el Alamillo, pese a su importancia, no aparecen en los planos de planta general, ni en el presupuesto, ni en el estudio de impacto ambiental. Sólo en un apartado de la Memoria y en un plano, para que pasen lo más inadvertidos posibles dentro de un conjunto de 15 tomos en formato A-3 que ocupan tres grandes cajas. Lo han hecho con premeditación y alevosía, a ver si, en medio del debate sobre túneles y estaciones en el Duque o en Ponce de León, nos los cuelan, aunque sea por la gatera.
Ocultación
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