Espadas declaró en Canal Sur que los sevillanos querían “un cambio, una renovación” y que él no se iba a convertir “en el acompañante de Monteseirín para salir en la foto”. Pues bien, Alfredo lo pone hoy a prueba con una invitación saducea, pues además de a sus fieles ejecutados del sector crítico lo ha convocado también a él, por SMS, a una comida de hermandad en el restaurante ‘La nueva victoria’, de Sevilla Este. La denominación del local donde van a reunirse los derrotados en la batalla contra Viera no hace honor a la realidad, pero Alfredo lanza mensajes simbólicos, quizás porque ve demasiadas películas de Nicolas Cage. ¿Qué hará Espadas? Si va y lo sacan en la foto junto a Monteseirín, como ya le pasó en la caseta de la Feria, quedará retratado como el continuista del (sin) alcalde, más de lo mismo, para gozo del propio Alfredo y de Zoido. Y si no va, se arriesga al boicot interno de Alfredo y los críticos. Espadas tiene una coartada perfecta. Hoy es 24 de junio, él se llama Juan y siempre puede decir que acostumbra a pasar su onomástica en familia.
El dilema
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