Uno de los encargos a los periodistas novatos consistía en llamar, aparte de a la Policía y los Bomberos cuando no existía el número 112 de Emergencias para preguntar por las últimas incidencias antes del cierre del periódico, al Centro Zonal de Meteorología para que tradujera a números el ‘¡ojú, qué calor!’ de cada día de verano, en lo que creíamos iba a ser un nuevo récord. Casi invariablemente, la respuesta era que de récord nada, que las temperaturas –por más que nos parecieran siempre por encima de 40º- eran las normales para la época y que ya no nos acordábamos del año anterior. Pues, como habría cantado Serrat, resulta que este año sí, ‘habemus’ récord. La temperatura media (el promedio de las máximas diurnas y de las mínimas nocturnas) en Sevilla durante julio ha sido de 30,3 grados, lo nunca visto en los 59 años de estadísticas, y merced no a los escasos días de 40º o más, sino a las noches, donde en conjunto se han registrado ¡casi 23 grados cada jornada!. Esto significa que hemos pasado todo un mes de julio por encima de la barrera del insomnio.
Insomnio
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