Pinedita, uno de los ‘enfants terribles’ socialistas junto con Alfonsito (en su casa, el señor Celis) habría enchufado a diez directivos de su cuerda en Lipasam y despedido a 85 barrenderos. No se sabe bien qué fue antes: si despidió a los 85 de infantería para engordar la cúpula de primeras nóminas (¿crisis? ¿qué crisis?), o porque se le infló la nómina y algo más dejó 85 calles sin barrer o barriéndolas de uvas a peras. Pregúntese cuándo fue la última vez que vio a un barrendero en la suya. Acusan a Pinedita (en su casa, el señor Pineda) de, con tal de darle por saco a Susana y a Viera, haber nombrado a dedo como directivos a afines del sector crítico, sin proceso selectivo. En su empresa municipal, como el valor en la mili, el mérito no es demostrable: sólo se supone. Es más, el único mérito valorable es ser amigo de Pinedita, pues también le acusan en los papeles de haber colocado a algún colega de agrupación que estaba en el paro. Plutarco y las vidas paralelas: unos colocaban a sus amigos parados en los ERE del ‘fondo de reptiles’, y otros, en Lipasam.
Paralelismos
Deja un comentario