Doñana

La Ley de Reclasificación de 1978 creó unas figuras para Doñana en función del grado de protección que se otorgaba por la valía ecológica de los terrenos: el Parque Nacional, para los mejores ecosistemas; el Preparque, áreas ‘blandas’ de transición en las que se permitían los usos agropecuarios tradicionales y extensivos de la comarca, y las Zonas de Protección del precioso arroyo de La Rocina y un kilómetro océano Atlántico adentro. Luego llegó la Junta de Andalucía y en esta España de taifas autonómicas creó su propio chiringuito en la corona de Doñana: el Parque Natural. Después, con la mezcolanza de las competencias compartidas, el Gobierno autonómico difuminó los límites y acuñó la denominación ‘Espacio Doñana’: un totum revolutum. Pero ahora, cuando se trata de justificar el depósito de gas y el gasoducto que le ha endosado al ‘Espacio Doñana’ ese asesor de Gas Natural llamado Felipe González, el consejero Planas dice que no hay que preocuparse porque está más allá o más acá del Parque Nacional, como si la Naturaleza y los animales supieran de fronteras.

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