El aeropuerto de Sevilla gana casi dos millones de viajeros en sólo dos años

El motor del boom turístico que vive Sevilla en los últimos años, donde no pasa un mes sin que se conozcan nuevos proyectos hoteleros o/y de transformación de edificios en apartamentos para visitantes, es el aeropuerto de San Pablo. El año pasado recibió 1.755.151 viajeros más que hace tan sólo dos años y volvió a batirse un récord, al registrarse un total de 6.380.465 usuarios. Estos datos justifican con creces el proyecto de ampliación de la terminal, tras la cual tendrá capacidad de acogida de diez millones de pasajeros al año.

Ningún gran aeropuerto español creció tanto como el de Sevilla (24,9%) en 2018. Aunque hay otros que lo superaron en porcentaje, se trata de pequeños aeródromos con cifras absolutas de pasajeros de pocos miles o decenas de miles, o de meros helipuertos. Son los casos del aeropuerto más bien invernal de Huesca-Los Pirineos, que creció un 473,2%, pero con tan sólo 1.473 pasajeros en todo el año, y los helipuertos de Algeciras, con un 194,5% más (31.129 usuarios) y de Ceuta, con un 192,8% de subida y un total de 52.180 pasajeros.

Para aeródromos de mayor importancia hay que fijarse en el de Vitoria, que creció un 67,3%, hasta un total de 140.945 usuarios; el de Granada-Jaén, con el mismo 24,9% que el sevillano pero con la sexta parte de usuarios, un total de 1.126.389; el de Pamplona, con un 24,1% de incremento y 205.503 pasajeros, y el de la isla canaria de El Hierro, con una subida del 24% y un total de 247.203 pasajeros registrados el año pasado.

Lo más significativo de la evolución del aeropuerto de San Pablo es que su tremendo despegue, que le lleva a batir un récord tras otro (exceptuando el singular periodo ligado a la Exposición Universal de 1992), se produce en los dos últimos ejercicios, cuando primero se sobrepasan los cinco millones de pasajeros y, sin respiro, los seis millones. El año pasado además se logró que más de la mitad de los viajeros procedieran de vuelos internacionales. Estos números son los que alimentan en gran medida al sector turístico sevillano y motivan el paralelo incremento de la planta hotelera de la ciudad para dar respuesta a la afluencia masiva de gente.

Si se analiza la estadística del último decenio, coincidente con el de la peor crisis económica de la historia reciente, se observa que los efectos de esta última se notaron especialmente en San Pablo en el bienio negro 2012-2013. Sólo en este último año perdió 1.271.645 usuarios respecto de los que tuvo en el año 2011.

La caída del 14,1% fue una de las mayores, si no la que más, de entre los medianos aeropuertos de la Unión Europea y se dispararon todas las alarmas, hasta el punto de que se creó una Mesa compuesta por Aena, las Administraciones Públicas sevillanas y el sector turístico local, con el objetivo de diseñar un plan que permitiera reflotar el aeródromo.

Esas medidas, que se han traducido en la captación de más conexiones internacionales especialmente, son las que han permitido una significativa recuperación a partir de 2014. Ahora bien, difícilmente podía imaginarse que San Pablo superaría los 6 millones de viajeros en tan sólo un lustro después de que tocara fondo con 3,6 millones en 2013. En el quinquenio transcurrido desde entonces se han registrado 2,69 millones de usuarios más en un año respecto de aquél, un crecimiento sin precedentes.

Estos magníficos números han propiciado que Aena licitara el pasado mes de noviembre, por 32.995.538 euros, las obras de reforma y ampliación de la terminal, las cuales arrancan en este primer semestre del año en curso, tendrán un periodo de ejecución de treinta meses y permitirán incrementar la capacidad de acogida hasta un total de diez millones de viajeros anualmente.

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