Sevilla, undécima provincia española por caída del Producto Interior Bruto en el año del coronavirus

El peso de la agricultura y del sector público paliaron en parte el hundimiento del turismo y las restricciones a la movilidad

El peso de la agricultura y del sector público contrarrestaron en buena medida el hundimiento del turismo y el efecto de las restricciones a la movilidad y permitieron que la caída del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia de Sevilla no fuera aún mayor de lo que fue en 2020, el año de la pandemia del coronavirus. Aun así, Sevilla fue la undécima provincia de España por pérdida de PIB, según el informe del Banco de España ‘La evolución de la actividad en las provincias españolas a lo largo de 2020 y sus determinantes’.

Las provincias más turísticas, como los archipiélagos y las situadas en el arco mediterráneo, fueron las que sufrieron la mayor caída de su riqueza el año pasado, especialmente si no pudieron compensar su elevada dependencia del turismo con otros sectores económicos. Baleares, Canarias y Málaga tornaron su fortaleza turística en debilidad esta vez y superaron con creces (en el caso del archipiélago mediterráneo casi la triplicó) la media de la pérdida de riqueza nacional, que fue del 11%, mientras que Sevilla se quedó al borde, con el 10,7%.

Una característica destacada de esta evolución es la acusada heterogeneidad entre
las distintas ramas de actividad. Las medidas de contención adoptadas ante la
crisis sanitaria están teniendo efectos muy diferentes por sectores, en función,
principalmente, del papel que desempeña la interacción social en cada uno de ellos:
el impacto es mayor en las actividades en las que esta es más intensa, como la
hostelería, el transporte y la cultura.

Por el contrario, el sector primario, algunas ramas del sector industrial y los servicios de Administraciones Públicas, sanidad y educación apenas han retrocedido. En efecto, según los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR), el valor añadido bruto de las ramas de comercio, transporte y hostelería y de actividades artísticas, recreativas y otros servicios registró en 2020 caídas del 24,1% y 24,2%, respectivamente, mientras que el sector primario, las actividades financieras y de seguros y el sector público experimentaron tasas positivas (del 4,8%, 2,9% y 1,4%, respectivamente).

Las estimaciones del PIB provincial para el conjunto del año 2020 muestran la disparidad en el impacto de la crisis. Solo diez provincias habrían registrado caídas de la actividad mayores que la media nacional (11%), pero su peso en el PIB total de España es aproximadamente de un 33%.

Entre los retrocesos más acusados en el conjunto del año destacan los de Baleares (–27%) y las provincias canarias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife (–21% y –19%). Les siguen los de Málaga, Gerona y Alicante. Estas seis provincias se caracterizan por que el peso del sector turístico —sobre todo el ligado a la demanda extranjera— en la actividad provincial es especialmente alto (dicho peso se mide como el cociente entre los viajeros recibidos y la población).

Por el contrario, las provincias con descensos más moderados habrían sido Extremadura (con caídas del –5,3% tanto en Cáceres como en Badajoz) y Castilla-La Mancha, además de Zamora y Teruel. El denominador común que presentan todas estas provincias es una menor exposición al turismo y un mayor peso de los sectores menos afectados por el COVID-19, como la agricultura y el sector público.

Las provincias que experimentaron una mayor caída de la actividad en 2020 fueron las que también registraron un descenso más pronunciado de la movilidad, que tienen un mayor peso del turismo (sobre todo extranjero) y del empleo temporal, y una menor proporción de empleados del sector público.

Se puede interpretar que el diferente impacto de la pandemia en 2020 ha respondido más a diferencias en la especialización sectorial y a cambios en las decisiones de movilidad de las personas (ya sea voluntarios o impuestos por las restricciones) que a la diferente incidencia de la enfermedad.

La movilidad es la variable más importante, ya que explica un 35% de las
diferencias provinciales en el PIB. Adicionalmente, la relevancia del turismo total y
del turismo extranjero explica, en conjunto, algo más del 20%, mientras que las
contribuciones del peso del empleo público y la temporalidad en el empleo asalariado
total son de un 3% y un 1%, aproximadamente. El resto de las diferencias (esto es,
cerca del 40%) son explicadas por los efectos fijos trimestrales.

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