Misión imposible: anular una cita del Servicio Andaluz de Salud

Con la intención de contribuir a la mejora del sistema sanitario andaluz aporto el testimonio de mi experiencia personal a la hora de intentar la anulación de una cita médica previamente comunicada mediante una carta a mi domicilio familiar por el Servicio Andaluz de Salud.

Cinco días antes de la fecha programada para acudir a la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) con un familiar traté de anular la cita. Primero, porque en una visita previa el especialista había dictaminado la existencia de un grado de recuperación tal que anunció la inminencia del alta médica.

Esta recuperación se había producido tanto por el cumplimiento de los ejercicios y recomendaciones prescritos como por el recurso a otros medios debido a, desgraciadamente, la tardanza del sistema sanitario andaluz en fijar una fecha para la atención complementaria en unas instalaciones públicas.

Si no se hubiera recurrido a medios alternativos se habría corrido el riesgo de consolidación de una situación física difícilmente reversible. Tristemente hay que reconocer una vez más la falta de profesionales en el sistema sanitario general y la urgente necesidad de reforzar las plantillas al tratarse además, como ha puesto de manifiesto la pandemia (por si quedara alguna duda), de servicios esenciales para la comunidad.

Y, en segundo lugar, mi objetivo era que otro paciente en peor situación pudiera aprovechar el tiempo que no íbamos a utilizar nosotros al anular la cita que se nos había asignado.

Tras intentar infructuosamente comunicar con los números de teléfono especificados al pie del documento y conforme a la instrucción que allí aparecía de «en el caso de que no pueda acudir a la cita contacte con….», llamé al Servicio Salud Responde, de la Junta de Andalucía.

Aquí trataron de cancelar la cita pero acabaron rindiéndose con la explicación de que el sistema no los dejaba o que no tenían privilegios para hacerlo; me instaron a que llamara a un número que supuestamente era el de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Virgen del Rocío.

Cuando conseguí que alguien se pusiera al otro lado del teléfono resultó que el número correspondía al Hospital….. Virgen Macarena. ¡Vaya por Dios!. Menos mal que se apiadaron de mí y me dijeron que me iban a pasar la llamada al Virgen del Rocío directamente.

Efectivamente, contestó alguien y me las prometía muy felices cuando me echó un jarro de agua fría: «va a ser muy difícil que allí le cojan el teléfono». ¿Difícil? No, imposible. Estuve días llamando, hasta la víspera del de la cita, y a diversas horas. Y también a, de nuevo, los números que venían al pie de la carta del SAS. El resultado fue siempre el mismo: señal de comunicación incesante, hasta el corte de la llamada, o dando la señal pero sin que nadie cogiera el aparato.

Así que como no hemos ido a la cita, por innecesaria y en la esperanza de comunicarnos hasta el último día con la Unidad, suponemos que de forma rutinaria y burocrática se nos aplicará esa advertencia que también figura a continuación de esos números de teléfono que, como en la canción de Mecano ‘254.13.26’, https://www.youtube.com/watch?v=HpWioP3j9ho no hay manera de que alguien los coja, al menos en mi caso: «en un plazo de 15 días causará baja en el registro».

Y yo me pregunto: en la era de la digitalización, Internet y demás, ¿no puede arbitrar el Sistema Andaluz de Salud otro sistema, además del telefónico, de anulación de citas previas, en beneficio de todos los usuarios? Por ejemplo, con una utilidad nueva de la aplicación Salud Responde, ya que la supuestamente existente de Gestiones Administrativas o tampoco responde o aparece el mensaje de que no está habilitada para el centro de salud (atención primaria), cuanto más para un hospital. O bien con una página específica aparte en Internet.

Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía

¿Cuántas citas se pierden de forma infructuosa -buen tema para una pregunta parlamentaria- porque por las razones expuestas, u otras que no hay manera de trasladar «a quien corresponda», los pacientes no pueden acudir en la hora y fecha fijadas, cuando otros que también están en la lista de espera podrían sustituirles?

A ver si es posible que entre todos contribuyamos a eliminar estas ineficacias del sistema, las cuales probablemente se arrastren desde cuando no habían surgido otras posibilidades tecnológicas más avanzadas.

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