Sevilla, con un alcalde a tiempo parcial y un líder de la Oposición que deja de serlo

Justo en el ecuador del mandato municipal Espadas se convierte en el candidato del PSOE a la Junta y Beltrán Pérez, en concejal raso

Espadas repite con Susana Díaz la misma historia que Monteseirín con Borbolla, aunque en escenarios diferentes

Si Juanma Moreno no adelanta las elecciones, Espadas se pasará 17 meses como líder de la Oposición fuera del Parlamento

Cada vez que el alcalde habla en clave de política andaluza le está robando tiempo a Sevilla

El 15 de junio de 2021 se han cumplido dos años desde la toma de posesión de Juan Espadas como alcalde de Sevilla para un segundo mandato de cuatro años. En el ecuador del mismo las cosas han cambiado tanto que la elección de aquél como candidato del PSOE(A) a la Presidencia de la Junta de Andalucía y, por otra parte, la forzada dimisión, que se materializará en los próximos días, de Beltrán Pérez como portavoz del PP deja el Ayuntamiento con un alcalde a tiempo parcial y sin líder de la Oposición.

Hace ahora dos años, Espadas expresó en el penúltimo párrafo de su discurso de investidura como alcalde por segunda vez lo siguiente: «Mi equipo y yo nos vamos a dejar la piel en estos cuatro años. Vamos a ser valientes, vamos a ser ambiciosos, vamos a aprovechar todas las oportunidades, no vamos a huir de ningún problema, y vamos a asumir el liderazgo no sólo de la ciudad de Sevilla sino de toda el área metropolitana».

Sin embargo, su voluntaria ( o empujada por Pedro Sánchez) candidatura, saldada con éxito, a la elección como el aspirante por el PSOE(A) a la Presidencia de la Junta de Andalucía en las próximas elecciones autonómicas y su añadido anuncio de que concurrirá también para ser elegido secretario general de los socialistas andaluces en el congreso regional del partido previsto para finales de este año convierten en sencillamente imposible de cumplir aquella promesa del 15 de junio de 2019 de dedicarse en cuerpo y alma a Sevilla en los dos años que le quedan de alcalde, por más que Espadas diga que ve perfectamente factible compaginar la Alcaldía con su nueva condición de líder del PSOE y candidato a San Telmo.

Espadas, con la vara de mando de alcalde tras su segunda investidura

Espadas ya no sólo no podrá dedicarle todo su tiempo durante los dos próximos años a Sevilla como su alcalde, sino tan siquiera las 24 horas del día. Un político que en la misma noche de las primarias socialistas ya hablaba de la necesidad de introducir cambios en el grupo parlamentario estaba pensando y actuando en clave de política andaluza, no en clave de alcalde de la capital de Andalucía.

Es obvio que Espadas deberá hacer cambios en el grupo parlamentario socialista en el antiguo hospital de las Cinco Llagas, y hasta de la línea de oposición en el Parlamento andaluz, y cada vez que piense, decida y ejecute en materia de política andaluza le estará quitando tiempo a pensar, decidir y ejecutar como alcalde de Sevilla. Para dirigir, aunque sea con mando a distancia, la oposición al presidente andaluz, Juanma Moreno, Espadas tendrá que «empollarse» los temas de Andalucía y reunirse con el equipo de su partido o con los asesores que estime oportuno sobre los temas de Andalucía, en detrimento por tanto de los temas de Sevilla.

El alcalde de Sevilla, celebrando su victoria en las primarias del PSOE en la noche del domingo 13 de junio

Sevilla es para los sevillanos, y su alcalde debería ser el primero de ellos en esa línea, tan importante que no basta con dedicarle las 24 horas del día. Harían falta jornadas con el doble de horas para abordar todos los problemas de una ciudad con los barrios más pobres de España. Sevilla necesita un alcalde a tiempo completo y no un alcalde a tiempo parcial como lo es Espadas desde antes incluso de las primarias del PSOE del pasado 13 de junio.

Curiosamente, Espadas puede acabar repitiendo la historia de Monteseirín, aunque en escenarios distintos. Tal como vimos en su día https://www.manueljesusflorencio.com/2021/04/el-pp-de-sevilla-convierte-a-beltran-perez-en-un-pato-cojo-en-el-ayuntamiento-a-25-meses-de-las-elecciones-municipales/ , Monteseirín, que entonces era el presidente de la Diputación Provincial, ganó las primarias municipales del PSOE y resultó elegido candidato para la Alcaldía de Sevilla que debían celebrarse once meses después.

La consecuencia fue que el candidato defenestrado, el ex presidente José Rodríguez de la Borbolla -que ya era el líder de la Oposición en la Casa Grande-, quedó convertido en una mera figura decorativa en el Consistorio y que Monteseirín teledirigía (es un decir en su caso) el grupo municipal socialista desde la sede de la Diputación en el antiguo cuartel de la Puerta de la Carne.

Mutatis mutandis, la historia se repite con Espadas y Susana Díaz. Váyase ésta o no se vaya, o acaben quitándola del medio y mandándola a su casa, con Gestora o sin Gestora, Espadas, al no ser diputado, no tendrá voz propia en el Parlamento de Andalucía para darle respuesta directa desde la tribuna de oradores al presidente de la Junta, Juanma Moreno, y lo tendrá que hacer mediante persona interpuesta, un nuevo portavoz, al que teledirigirá se supone que desde el cuartel general del PSOE en la calle san Vicente, ya que si lo hiciera desde su despacho de la Alcaldía sería inadmisible.

José Fiscal será relevado por Espadas como portavoz parlamentario del PSOE (A)

Y si, como es lógico, lo hace desde San Vicente será la confirmación de que no está pensando ni actuando como alcalde, sino como líder de la Oposición andaluza. Sacrificaría a Sevilla por Andalucía, algo inaceptable en la ciudad.

El PSOE nacional movió los hilos para forzar unas primarias en el PSOE (A) con el argumento del miedo a un posible adelanto electoral en Andalucía como el que, con pésimos resultados, le pilló desprevenido en Madrid frente a Isabel Díaz Ayuso. Ahora bien, aunque la política es imprevisible, puede darse el caso de que Juanma Moreno cumpla su reiterado anuncio de que no adelantará las elecciones porque no se debe alterar el actual escenario de estabilidad política en medio de la pandemia y sus consecuencias de crisis económica.

Moreno ha dicho por activa y por pasiva que la prioridad es culminar las vacunaciones, salir de la pesadilla del coronavirus y relanzar la economía. Ganaría política y electoralmente más cumpliendo su promesa (demostraría que es hombre de palabra y por tanto de fiar) consiguiendo esos hitos y siendo consecuente con sus mensajes que adelantando las elecciones en lo que se interpretaría como una jugada ventajista de tratar de aprovechar la actual debilidad interna de su máximo rival.

El portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, lo ratificó expresamente en una comparecencia pública el pasado 31 de mayo. Dijo que las elecciones andaluzas se celebrarán el 27 de noviembre de 2022 «porque es el último domingo en que se podrá convocar, agotando la legislatura».

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha afirmado una y otra vez que no adelantará las elecciones

Con estos planes anunciados «urbi et orbi» desde San Telmo, a Espadas le quedarían por delante 17 meses de ejercicio de líder a distancia de la Oposición, sin escaño en el Parlamento de Andalucía, seis meses más de los que se pasó Monteseirín respecto del Ayuntamiento de Sevilla desde la Diputación Provincial.

Como el calendario no descansa, las elecciones municipales están previstas en mayo de 2023, tan sólo medio año después de las elecciones autonómicas. Como Espadas va a ser el candidato del PSOE(A) a las andaluzas en noviembre de 2022 si no hay adelanto previo, en caso de ganar, obviamente se quedaría en San Telmo. Pero ¿y si perdiera? ¿volvería a presentarse medio año después para un tercer mandato como alcalde y dejaría al PSOE huérfano de liderazgo? ¿No repetiría acaso lo que hizo en el Ayuntamiento, donde se mantuvo cuatro años como líder de la Oposición a Zoido antes de alcanzar la Alcaldía después?

Juan Carlos Cabrera (izquierda) y Antonio Muñoz, dos de los ediles de la máxima confianza de Espadas

Si la meta de Espadas es ya, conjugue como conjugue el verbo compaginar, la Presidencia de la Junta de Andalucía y no la Alcaldía de Sevilla que ha ejercido durante seis años, más pronto que tarde, y máxime como secretario general del PSOE(A) «in pectore», debe empezar a irse del Consistorio para simultáneamente fabricar un alcaldable y que dé tiempo a consolidarlo en los casi dos años que aún faltan para las elecciones municipales. Ya se sabe que la tarea más difícil de un político es elegir a su sucesor, pero ésa se antoja ahora la otra misión de Espadas en vez de engañarse a sí mismo y a los sevillanos con el nada convincente argumento de la compaginación de cargos y/o funciones: alcalde-candidato a la Junta-secretario general.

Total, si a Espadas ya debe darle igual todo porque su tiempo en la Alcaldía está cumplido desde el momento en que desde Madrid, saltándose todos los procedimientos, le dieron a través del IDAE el dinero de Bruselas para su tranvía.

Si Espadas se convirtió, ya desde antes de la campaña para las primarias del PSOE con sus repentinos viajes para descubrir Andalucía y que en Andalucía le descubrieran a él, en un alcalde a tiempo parcial o mediopensionista, ¿qué decir de la Oposición municipal?

El mismo día en que se cumplían dos años de la segunda investidura de Espadas como alcalde y de la toma de posesión de los actuales ediles, el hasta ahora líder de la Oposición en calidad de portavoz del PP, Beltrán Pérez, confirmaba que sólo está a la espera de que el Comité Ejecutivo Provincial de su partido valide el acuerdo de «integración efectiva» de la corriente perdedora en el último congreso para dimitir de su cargo, según el pacto al que llegó con la Dirección nacional.

Beltrán Pérez ha organizado ya un acto de despedida de los miembros de su consejo asesor

Beltrán Pérez, que ya ha organizado un acto de despedida de los miembros del ‘Consejo de Sevilla’ que le ha asesorado hasta ahora, se quedará como concejal raso en el Ayuntamiento y compaginando su labor política con otra en la empresa privada. Así pues, por paradojas del Destino, Beltrán Pérez será tan edil a tiempo parcial, con dicho rol oficialmente asumido y reconocido, como Espadas alcalde a tiempo parcial, aunque éste intente camuflarlo con la coartada de la «compaginación».

Al final es Sevilla la auténtica víctima, sacrificada en el altar de los intereses y querellas intestinas de los partidos políticos. Los sevillanos no votaron a Espadas para la Junta de Andalucía y la Secretaría General del PSOE (A), ni a Beltrán Pérez para que se fuera a la empresa privada, sino para que ambos se dedicaran a los asuntos de la ciudad, una ciudad que a partir de ahora se dirige con piloto automático porque el comandante de la nave se pasa ya al menos la mitad del tiempo consultando los mapas de la ruta que le lleven a aterrizar en el Palacio de San Telmo.

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