Nuevo informe Corominas sobre el Covid: el desarrollo de la pandemia aún no está escrito

Dependerá del acierto en la modulación de las restricciones sanitarias y de la responsabilidad de cada ciudadano

Según su modelo matemático estarían afectados casi 10 millones de españoles y los muertos ascenderían a 114.000

Si no hubiera existido la vacuna, en esta quinta ola se habría tenido que decretar un confinamiento similar al de la primera

Con la capacidad de producción de vacunas es probable que hasta finales de 2022 o mitad de 2023 no se consiga vacunar a la mayor parte de la población mundial y continuarán los efectos de la pandemia

Joan Corominas, ingeniero agrónomo y ex director de la Agencia Andaluza del Agua, ha terminado una nueva entrega de su ‘Aproximación al análisis estadístico de la pandemia del coronavirus en España’, a fecha 6 de septiembre de 2021. El investigador cree que, como era de prever, los intentos de volver al estilo de vida “habitual” durante el verano de 2020 no permitieron mantener la pandemia controlada, y por ello hemos
desembocado sin apenas transición hasta la 5ª ola, al reincidir en el período pre
festivo de diciembre y la Navidad relajando la movilidad y las interacciones
sociales; en menor medida durante la Semana Santa, y con la casi desaparición de las
limitaciones conductuales por motivos sanitarios durante este verano de 2021. Según Corominas, «de los éxitos y fracasos en la gestión del coronavirus debemos aprender de cara a ésta u otras pandemias».

La actualización del informe de Joan Corominas comprende el período desde el fin del segundo estado de alarma (final de la 4ª ola y el desarrollo explosivo de la 5ª ola), en el que se ha alcanzado un ritmo de vacunación que alcanza al 73% de la población con la pauta completa y que irá aumentando hasta el 90% a mitad de octubre de 2021, lo que a su juicio permitirá la inmunidad de rebaño y superar más de un año y medio de coronavirus.

La quinta ola, iniciada hacia el 10 de junio, ha provocado hasta la fecha 1,1 millones de
infectados y 4.500 fallecidos, con un desarrollo muy rápido, pero siendo la más suave
de las que hemos padecido en cuanto a sus efectos letales gracias al avance de la
vacunación de la población, especialmente la de mayor riesgo.

Joan Corominas

El predominio de la mutación Delta del coronavirus (detectada inicialmente en la India), mucho más contagiosa, y la finalización del estado de alarma, que ha permitido una mayor movilidad y una ampliación de las relaciones sociales y excesos festivos de parte de la juventud, sin las medidas precautorias ante el coronavirus, explican esta 5ª ola, en opinión del ex director de la Agencia Andaluza del Agua.

En España, según los datos oficiales, hemos alcanzado los 4.892.640 infectados
(confirmados con test PCR o de antígenos) y 85.066 muertos a la fecha de 6 de
septiembre del año en curso, cifras que multiplican por 20 el número de los infectados y por 4 los de los fallecidos respecto del final del primer estado de alarma.

Existe una diferencia muy importante en la comparación de las cifras de las cuatro últimas olas con la primera: antes se detectaba con test PCR uno de cada diez infectados y actualmente se detecta el 82%.

Además estas últimas olas se caracterizan por una menor gravedad de los síntomas
que causa el coronavirus entre los infectados: disminuyen las tasas de
hospitalización, de cuidados en UCI y de fallecimientos, debido en gran parte a la
detección de muchos asintomáticos o con síntomas muy leves.

En la 1ª Ola se hospitalizó a la mitad de los infectados, frente al 6 % en la actualidad; en la UCI se trató al 5% de los infectados, frente al 0,58% en las últimas olas; en la 1ª Ola
falleció el 11,5% de los infectados y en éstas, el 1,25% (en la 5ª ola, gracias a la
vacunación masiva de la población de riesgo, la letalidad se ha rebajado al 0,38%).

La tasa de reproducción del COVID 19, que indica el ritmo de crecimiento exponencial
de la pandemia si es superior a 1, o su desaceleración si es menor que la unidad, es
un indicador adelantado de su evolución: sigue una tendencia similar a la evolución
diaria de los infectados, pero los picos de la misma se adelantan unos 7 días al pico de
infecciones diarias y unos 12 días al pico del indicador de Incidencia acumulada a 14
días, que es el usado preferentemente en la información oficial.

Utilizar el indicador de la tasa de reproducción debería permitir anticiparse en la toma de medidas de contención de la pandemia. Actualmente tiene un valor de 0,75, lo que indica, según Corominas, una fuerte reducción de la propagación de la pandemia en esta fase final de la 5ª ola.

En todas las autonomías se ha producido el crecimiento de la pandemia en la 5ª Ola,
aunque tendiéndose a igualar su prevalencia, que alcanza los 104.000 infectados por
millón de habitantes de media en España. Madrid supera en un 27% la prevalencia
española, seguida de Navarra, Castilla y León, La Rioja y Aragón. Por el contrario, en
Canarias alcanza el 42 % de la media nacional, mientras Galicia, Asturias y Cantabria
no superan el 75%.


La tasa de mortalidad se eleva a 1.809 fallecidos por millón de habitantes, con notables
diferencias entre comunidades autónomas: Canarias tiene una tasa de mortalidad del
25% de la media española, y Baleares y Galicia no llegan al 50%. Sin embargo, Aragón,
Castilla-La Mancha y Castilla y León la superan en más de un 55 %.

IMPACTO EN EL MUNDO

Entre los grandes países con mayor prevalencia del COVID como EEUU, Francia,
Reino Unido, España, Brasil e Italia, el desarrollo de la pandemia no es homogéneo pero
se sitúa en una banda decreciente, entre 125 mil y 75 mil infectados por millón de
habitantes.

Menor es aún el rango de la tasa de mortalidad de estos países, que oscila
entre 2.200 y 1.600 fallecidos por millón de habitantes, con la excepción de Brasil, cuya tasa de mortalidad se eleva a 2.800 fallecidos por millón de habitantes.

Las grandes diferencias en las estrategias de política sanitaria de estos países tienen un menor reflejo en el impacto de la pandemia en casda uno de ellos. Hay que destacar el vertiginoso crecimiento de la pandemia en la India, donde se acerca a los 33 millones de infectados y los 440 mil muertos, aunque sus tasas de prevalencia
y mortalidad son bajas dada la gran población del país.

Debido a las precarias condiciones de su sistema sanitario la pandemia desbordó, durante la primavera, la capacidad de gestión. Actualmente tiene controlada la 5ª ola. Es un ejemplo, y un aviso a la comunidad internacional, de lo que puede ocurrir si la
pandemia crece en los países subdesarrollados, hasta el momento poco
afectados.

En todo el mundo se han alcanzado casi 221 millones de infectados y 4,57 millones de
fallecidos. El mayor impacto se produce en América del Norte (prevalencia de 114 mil
infectados por millón de habitantes), seguido de Europa Occidental (87 mil),
Latinoamérica (en el entorno de 77 mil), Europa Oriental (64 mil) y Oriente Medio (43
mil), con escasa prevalencia en Asia (12 mil) y Africa (6,9 mil) y Oceanía (2,1mil).

El ranking mortalidad lo encabezan Latinoamérica, con 2.627 fallecidos por millón de
habitantes), América del Norte (1.856), Europa Occidental (1.657), Europa Oriental
(1.345) y Oriente Medio (796), mientras que Asia (186), África (183), y Oceanía (26) han
sufrido mucho menos las muertes por coronavirus.

Para mejorar el conocimiento de la pandemia y predecir su evolución futura en función
de las estrategias de mitigación que se han ido adoptando, Corominas ha desarrollado un modelo epidemiológico SIR de tres compartimentos, del que se desprende que actualmente estarían infectados cerca de 9,8 millones de españoles y que las muertes se elevarían a unas 114.000, datos que multiplican por 2 y 1,34, respectivamente, las cifras oficiales, al no contemplarse muchos de los infectados asintomáticos o con leves síntomas.

Según el investigador, con las simulaciones del modelo epidemiológico y con el ritmo de vacunación que hemos desarrollado a lo largo del verano, manteniendo las precauciones sociales ante el Covid actuales y sin la aparición de la variante Delta, prácticamente no habría existido la 5ª ola. En sentido inverso, si no hubiéramos dispuesto de la vacuna, en esta 5ª ola se habría tenido que imponer un confinamiento de la población similar al de la primera.

EL FUTURO

Aunque es muy difícil aventurar el futuro de la pandemia, parece que estamos finalizando la 5ª ola y que una vez alcanzada la vacunación del 90% de la población no debería volverse a producir la cadena de transmisiones del coronavirus.

Pero para que este augurio se convierta en realidad son necesarias, en opinión de Corominas, dos premisas: mantener alerta la detección y el control de posibles infecciones y conseguir que se vacune la gran mayoría de la población mundial, lo que impedirá que aparezcan nuevas mutaciones más infectivas o letales.

Esta aproximación a la realidad del coronavirus muestra que la información estadística
oficial minusvalora el impacto en la infección de la población y las muertes causadas
por el coronavirus.

En el inicio de la pandemia era inevitable la carencia y la fiabilidad de la información, pero Corominas estima que ya es el momento de analizar la gestión de la
pandemia, detectar los errores, coordinar los esfuerzos, mejorar el sistema de salud y
transmitir a la población, de manera veraz y creíble, la necesidad de un esfuerzo
colectivo para terminar de superarla y, sobre todo, establecer los programas de
prevención de otras probables pandemias en los próximos años.

Reconoce Corominas que, como análisis estadístico, su estudio es frio, ya que se basa en números que simulan una tragedia de la humanidad, siendo lo importante los efectos sobre la salud, la vida de los ciudadanos y los grandes impactos sociales y económicos que ha producido la pandemia y que mantendrán sus secuelas durante años.

Y aunque la infección no distinga entre clases sociales, las consecuencias socioeconómicas, e incluso sanitarias, sí discriminan entre ciudadanos en función de su edad y afecta más duramente a los más desfavorecidos.

LECCIONES A EXTRAER

De los éxitos y fracasos en la gestión del coronavirus debemos aprender de cara a esta u otras pandemias algunas lecciones, en opinión de Joan Corominas.

-La primera lección es que el desarrollo de la pandemia no está escrito y que depende
del acierto en la modulación de las restricciones sanitarias que determinen las
autoridades, basadas en el mejor conocimiento de los expertos y al mismo tiempo que
aminoren los impactos socioeconómicos y la tensión psicológica de la población. Y
cómo no, de la responsabilidad individual de todos los ciudadanos para adaptarnos a
las limitaciones de nuestra libertad.

-La segunda lección es que la controversia entre dominar el virus o restablecer la
economía es falsa: sin controlar la pandemia el intento de restablecer la actividad
económica deriva en recaídas en las tasas de prevalencia y de letalidad, que vuelven
a frenar el desarrollo económico.

-La tercera lección es que la vacunación de gran parte de la población al año y medio
de iniciarse la pandemia, sin distinciones sociales y con prioridad de las cohortes de
edad más vulnerables a la misma, permitirá su control y evitar muchas muertes. Como corolario, debe extenderse rápidamente la vacunación a toda la población mundial.

Se ha planteado a la hora de fijar los protocolos de vacunación qué grupos sociales deben priorizarse, tanto a nivel nacional como mundial, utilizándose
criterios sanitarios y éticos que a veces parecen excluyentes, cuando en realidad la
preferencia entre ellos puede ser únicamente temporal, puesto que hasta que la
población mundial no esté inmunizada totalmente ningún ciudadano lo estará
definitivamente.

Con la capacidad de producción mundial de vacunas es probable que hasta finales de 2022 o mitad de 2023 no se consiga vacunar a la mayor parte de la población mundial, con lo cual hasta esas fechas los movimientos de la población y la economía mundial se resentirán del impacto directo de la pandemia. Surge, además, la duda de si habrá que vacunar anualmente a toda la población de riesgo, como pasa con la gripe. La realidad ha dejado al descubierto los posicionamientos antivacunas.

-La cuarta lección afecta a las autoridades, a las que debemos exigir liderazgo,
responsabilidad, pedagogía, transparencia y anticipación a la hora de decidir las
medidas para frenar la pandemia. Pero una gran responsabilidad social e individual
nos debe obligar a respetar las medidas de relación social y las recomendaciones de
las autoridades sanitarias que eviten el contagio del coronavirus, en el momento en
que las instrucciones coercitivas de las Administraciones que se establecieron durante
el estado de alarma han decaído.

Debe combinarse inteligentemente el mantenimiento del distanciamiento social con establecer lo más posible las relaciones humanas que nos satisfacen vitalmente y crean los vínculos sociales imprescindibles para mantener la cohesión social.

-La quinta lección consiste en que debemos empezar a pensar, y actuar, en un nuevo
paradigma del bienestar mundial que pueda superar en el corto plazo los severos
impactos socioeconómicos que nos dejará el coronavirus, que afronte con decisión la
emergencia climática, destierre los conflictos armados y cree las bases institucionales
para reducir las desigualdades exacerbadas de nuestra sociedad. Tenemos que
entender que no estamos en la naturaleza, sino que somos naturaleza.

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