El dilema de Antonio Muñoz

El PSOE quiere que se mantenga en el Ayuntamiento como líder de la Oposición y le ofrece un puesto en el Senado

El aún alcalde en funciones estaría meditando si es preferible no recoger siquiera su acta como concejal

El secretario general del PSOE de Sevilla, alcalde de La Rinconada y futurible presidente de la Diputación Provincial, Javier Fernández, ha declarado que espera que el aún alcalde en funciones de la capital de Andalucía y gran derrotado en las pasadas elecciones del 28 de mayo (2023), Antonio Muñoz, se mantenga en el Ayuntamiento como líder de la Oposición al nuevo alcalde a partir del 17 de junio, el popular José Luis Sanz, y que no es descartable que se le ofrezca a Muñoz un cargo complementario en el Senado, ya que la cabeza de lista al Congreso será la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. Muñoz, mientras tanto, estaría meditando si es preferible no recoger siquiera el acta de concejal. Si se mantuviera en el Consistorio sería el ex-alcalde con más edad en prolongar su vida política dentro de la Casa Grande, ya que actualmente tiene 63 años. Alejandro Rojas-Marcos dejó el Ayuntamiento a los 62, tras haber sido alcalde durante cuatro años, frente al año y medio de Muñoz.

Antonio Muñoz (La Rinconada, 29 de octubre de 1959) es ya el, aún en funciones, alcalde más veterano de Sevilla en la etapa democrática, que no equivale a que haya sido el que ha estado más tiempo en el cargo. Ninguno antes que él, con la excepción del andalucista Alejandro Rojas-Marcos, se mantuvo en el Consistorio hasta la edad que él tiene ahora (63 años, a cinco meses de cumplir los 64) una vez perdida la Alcaldía. Hagamos un rápido repaso de qué hicieron los siete antecesores de Muñoz cuando perdieron el Poder:

Luis Uruñuela (Partido Andalucista): Fue el primer alcalde de Sevilla en la Democracia (1979-1983) tras el canje de Alcaldías acordado por las fuerzas de izquierda en las primeras elecciones municipales. No se presentó o su partido no lo presentó a la reelección (creo recordar que le sustituyó como cabeza de lista por el PA Miguel Ángel González de la Puente) en las siguientes elecciones, las de 1983, las que ganó con súper mayoría absoluta el PSOE de Manuel Del Valle Arévalo. Uruñuela dejó el Ayuntamiento con 46 años de edad.

Manuel Del Valle Arévalo (PSOE): Fue alcalde durante dos mandatos, entre 1983 y 1991, etapa de los preparativos de la ciudad para la Exposición Universal de 1992. Por cuestiones internas, su partido no lo presentó a la reelección, y el cabeza de lista socialista fue Luis Yáñez. Aunque éste ganó las elecciones, el pacto postelectoral entre el PP y el PA le dio la Alcaldía al andalucista Alejandro Rojas-Marcos. Del Valle dejó el Ayuntamiento a los 51 años.

Alejandro Rojas-Marcos (Partido Andalucista): Fue el alcalde que «inauguró» la Exposición Universal de 1992, ya que llegó a la Alcaldía un año antes, como fruto del pacto con el PP de Soledad Becerril. Un cuatrienio después, en 1995, se invirtieron las tornas, y la reedición del pacto con los populares sirvió para darle la Alcaldía a Becerril, que había obtenido más votos que Rojas-Marcos, el cual se quedó como primer teniente de alcalde y disfrutando por tanto de su propia parcela de poder. Tenía entonces 54 años. En 1999, con 58 años, Rojas-Marcos, tras una difícil coexistencia con Soledad Becerril, pactó con Chaves la entrega de la Alcaldía al socialista Monteseirín y él se mantuvo los cuatro años del mandato como concejal y como presidente de la Sociedad del Metro. Abandonó el Ayuntamiento en 2003, a los 62 años, sin figurar ya en las listas del PA para las siguientes elecciones municipales, que arrojaron un pésimo resultado para los andalucistas.

Soledad Becerril (PP): Fue alcaldesa entre 1995 y 1999, tras haber sido cabeza de lista del PP, primero como independiente, en las elecciones municipales de 1987, 1991, 1995 y 1999. Incapaz de reeditar por tercera vez el pacto con el PA, por incompatibilidad personal con Rojas-Marcos tras ocho años de acuerdos poselectorales para repartirse el poder municipal y alternarse en la Alcaldía, se mantuvo en el Ayuntamiento sólo 10 meses más, ya que en abril del año 2000 renunció como edil tras ser nombrada vicepresidenta tercera del Congreso de los diputados. «La tarea parlamentaria me impedirá dedicarme al Ayuntamiento de Sevilla, por lo que me lo replantearé», declaró en aquel entonces. Tenía 55 años cuando abandonó la Casa Grande, a la que había dedicado casi 13 años de su existencia.

Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE): Alcalde entre 1999 y 2011, merced siempre a los pactos poselectorales de su partido, ya que nunca logró una victoria por mayoría absoluta. Tras una última etapa plagada de escándalos, el PSOE no lo presentó a la reelección. Cuando Monteseirín dejó el Ayuntamiento tenía 53 años.

Juan Ignacio Zoido (PP): Alcaldable por el PP ya en 2007, sólo el pacto de izquierdas le privó de la Alcaldía, que alcanzó por fin en 2011, con una histórica mayoría absolutísima de 20 ediles que despilfarró a lo largo del mandato por su incapacidad para responder a las expectativas y promesas (valoradas por sus rivales a un coste de entre 3.000 y 4.000 millones de euros en plena crisis económica) que había creado a lo largo de la campaña electoral previa. Aun así, sólo otra vez un pacto de izquierdas le privó de revalidar la Alcaldía en 2015. Un año y medio después de los comicios dimitió como concejal para ser el nuevo ministro del Interior en un Gobierno de Mariano Rajoy. Tenía 59 años cuando dejó el Ayuntamiento.

Juan Espadas (PSOE): Alcalde entre 2015 y 2021, como fruto en las dos ocasiones de los pactos poselectorales. Dimitió en diciembre de 2021, tras seis años y medio al frente del Ayuntamiento, para dedicarse a la Secretaría General del PSOE de Andalucía. Ha sido, pues, el único alcalde que ha dejado el cargo antes del final de su mandato, cuando tenía 55 años.

Cuando el secretario general de los socialistas sevillanos ha abogado públicamente por que Antonio Muñoz se quede en el Ayuntamiento liderando la Oposición municipal debe de ser porque, tal como circula en los mentideros periodísticos, Muñoz estaría pensando en no quedarse más tiempo en el Consistorio, ya que en caso contrario holgarían las declaraciones de Javier Fernández porque se habría dado por supuesto automáticamente que Muñoz continuaría al frente del grupo Socialista y aquéllas no habrían sido necesarias.

Javier Fernández, a la derecha, en un mitin del PSOE junto con Espadas y Muñoz (izquierda)

También contribuye a esa sensación de fin de ciclo la segunda parte de las declaraciones de Fernández, en el sentido de ofrecerle a Muñoz como premio de consolación un puesto en el Senado. Sin embargo, el nuevo alcalde a partir del 17 de junio, José Luis Sanz, ha puesto en una difícil tesitura a Muñoz al anunciar tras la convocatoria de elecciones generales anticipadas por Pedro Sánchez que renuncia a repetir en el Senado, donde hasta ahora tenía escaño, para centrarse «al 100 por ciento en Sevilla, que necesita -ha afirmado- que se le dediquen los cinco sentidos».

Y ha añadido: «»Mi objetivo se llama Sevilla y mi compromiso son los sevillanos, a los que no quiero defraudar, por ello me dedicaré en cuerpo y alma a la ciudad. Sevilla está por encima de todo, al igual que el interés general de los sevillanos, y en ellos me centraré los 365 días del año y las 24 horas del día. Ser alcalde de Sevilla es lo más importante y, además, es mi sueño, por ello tengo claro que no lo voy a compatibilizar con ningún otro cargo. Tengo por delante una tarea titánica para transformar la ciudad y no quiero defraudar a los sevillanos que han confiado en mí».

José Luis Sanz ha anunciado que no repetirá en el Senado para concentrarse en Sevilla

¿Qué imagen trasladaría Antonio Muñoz a los sevillanos si aceptara dividir su tiempo entre el Ayuntamiento y el Senado como líder de la Oposición teniendo enfrente a un alcalde que ha hecho justamente lo contrario, renunciar al Senado para centrarse íntegramente en Sevilla? Políticamente, un puesto en el Senado dejaría a Muñoz a los pies de los caballos ante Sanz, que lo podría estar machacando durante todo el mandato con el mensaje de que ha subordinado la ciudad a su presencia en la Cámara Alta, bien por interés personal o el de su partido, repartiendo su tiempo al 50% en vez de dedicarse al 100% a Sevilla.

Si ni Muñoz ni el PSOE quieren dar ese arma permanente al PP y a José Luis Sanz, el aún alcalde en funciones tendría que irse al Senado pero abandonando totalmente el Ayuntamiento y como un premio político por los servicios prestados.

Si Muñoz no tuviera la salida a medias del Senado para no verse atacado por ese flanco por el PP y por Sanz, sólo le quedaría, tal como quiere su partido, dedicarse al 100% al Ayuntamiento como portavoz de su grupo y líder de la Oposición.

Ahora bien, Muñoz no es un recién llegado a la Casa Grande, en la que entró como concejal del PSOE en la Oposición, de la mano de Juan Espadas, en 2011, cuando tenía 51 años. Lleva, pues, 12 años en el Consistorio y el horizonte que le plantea su partido, a cinco meses de cumplir los 64 años, es de mantenerse un cuatrienio en la Oposición, hasta que cumpla los 67 años, antes de las elecciones municipales de 2027. Ello le llevaría a permanecer 16 años en la Casa Grande, más tiempo que cualquier ex-alcalde anteriormente.

¿Tiene fuerzas Muñoz para liderar un trabajo de oposición «de pico y pala», como recomendó en su día Soledad Becerril a los suyos, durante cuatro años y pateándose los barrios diariamente en vez de los escenarios en que por su perfil y su carácter ha estado acostumbrado a moverse, desde los cenáculos urbanísticos y turísticos hasta los culturetas? No es lo mismo abordar la Alcaldía desde el poder, como ha vuelto a hacer el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, a sus 81 años pero tras 23 consecutivamente de alcalde, que desde el palomar de la Plaza Nueva.

Muñoz, en el Alcázar con María Grazia, diseñadora de la firma francesa Dior

Juan Espadas, el padrino político de Muñoz, consiguió, merced al apoyo de la izquierda, desbancar de la Alcaldía al Zoido de los 20 ediles tras perder unas elecciones (2011), como ahora el aún alcalde, y pasarse cuatro años en el banco de la Oposición compatibilizando la Portavocía de su grupo con el Senado, el mismo plan que ahora el PSOE le ofrece a Muñoz, pero en aquel entonces Espadas estaba recién aterrizado en la Plaza Nueva y tenía 45 años, casi veinte menos que ahora Muñoz.

Y suele decirse que las elecciones no las gana un partido desde la Oposición, sino que las pierde el que está en el Poder. En 2015 las ganó, con mayoría minoritaria, Zoido, pero se dejó nada menos que 8 ediles por el camino y le puso en bandeja la Alcaldía a Espadas con los pactos postelectorales. Es improbable que Sanz repita los errores de Zoido, al haber sido espectador privilegiado en primera línea de todo lo que aquél hizo y, sobre todo, dejó de hacer mientras no se perdía un sarao en Sevilla.

Y ¿qué ve Muñoz entre sus once concejales además de él mismo? ¿Tiene un banquillo para fajarse durante cuatro años y plantar batalla a cara de perro al PP de Sanz? ¿Sería realmente la independiente y ex comisionada del Polígono Sur, María del Mar González, un número dos para el día a día o aspiraría a serlo en la práctica quien ya sonó como su rival para suceder a Espadas, Juan Carlos Cabrera, en las antípodas de su perfil y de su carácter? Esa lista electoral fue concebida para continuar cuatro años más en el Poder, no para acabar en la Oposición.

Los miembros de la lista electoral que acompañaron a Muñoz

En resumen, ¿qué incentivos tiene Muñoz para pasarse cuatro años más en el Ayuntamiento, pero ahora en el palomar (adonde se arroja a la Oposición), tras ocho años habiendo disfrutado del Poder, primero como delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura y luego como alcalde?

Recordatorio: el plazo para que los partidos presenten sus listas para las elecciones generales del próximo 23 de julio expira el 19 de junio, es decir tan sólo dos días después de la constitución de la nueva Corporación Municipal, en que José Luis Sanz será investido alcalde. ¿Qué harán y decidirán para entonces Antonio Muñoz y el Partido Socialista, con dos frentes abiertos casi de forma simultánea?

Un comentario en “El dilema de Antonio Muñoz

  1. Diego

    Si un candidato es derrotado, es que su programa no ha cuajado en el electorado, y más todavía si te desbancan cuando estabas en el poder. Si la política tuviera algo de decencia, este Candidato estaría amortizado y debería acabarse su carrera política, o por lo menos, en Sevilla ciudad.

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