Se podrían inundar las zonas bajas de San Juan, Gelves, Coria y La Puebla al reducirse el colchón amortiguador que supone la dehesa sin urbanizar
El nuevo alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, dos días después de su toma de posesión declaró a la Cadena SER que era partidario de urbanizar la dehesa de Tablada y de destinar 200 de sus 700 hectáreas a uso residencial, con viviendas y equipamientos deportivos y culturales; las otras 500 se convertirían en un parque periurbano, como un pulmón verde para la ciudad. El anuncio del alcalde de resucitar el que se creía ya enterrado viejo proyecto de construir viviendas en Tablada ha servido para reactivar al ‘pool’ de nueve empresas (otras han ido desapareciendo o vendiendo sus participaciones por el camino) dueñas de los suelos, por los que habrían pagado 36.746.458 euros a las antiguas Cajas de Ahorro en el año 2001, y movilizado en la sombra a alguna entidad que aspira a levantar allí, como equipamiento, un gran centro de formación que podría ser hasta una universidad privada. Pero para urbanizar Tablada primero hay que resolver el problema de su inundabilidad y la solución que se adopte podría tener importantes efectos en cadena en los municipio situados en la margen derecha del Guadalquivir.
Sanz habla de 700 hectáreas en Tablada, aunque según un informe de la Secretaría Municipal de octubre de 2022 la superficie en poder del ‘pool’ de empresas sería de 383 ha. Hay que recordar que en 2015 la Audiencia Nacional ordenó al Ministerio de Medio Ambiente que restituyera en la antigua dehesa la condición de «necesaria para el dominio público marítimo-terrestre» a una franja de terrenos de 200 metros de anchura paralela al río.
Sólo el frente occidental de Tablada limítrofe con el Guadalquivir mide unos 6 kilómetros de longitud, por lo que la obligación legal de no urbanizar una franja paralela de 200 metros de anchura afectaría a 120 hectáreas.
Tablada, a vista de satélite
Sean 700 ó 383 las hectáreas de suelo actualmente sin urbanizar y que funcionan como colchón amortiguador de inundaciones, esos suelos son inundables, como históricamente lo ha sido Sevilla, la cual, para evitar los efectos de las avenidas del Guadalquivir, ser ha ido dotando de más de 100 kilómetros de malecones artificiales prácticamente por sus cuatro costados, como se describe en el reportaje La muralla ‘china’ de Sevilla, publicado en 2010 y al que remito. Invito a leerlo antes de continuar con esta entrada para obtener una visión global del tema.
Probablemente, el más conocido de estos malecones es el popular y oficialmente conocido como el muro de defensa, que discurre paralelo al Charco de la Pava y al cauce del río y protege Triana y Los Remedios de las avenidas del río.
El tráfico circula sobre el muro de defensa que discurre paralelo al Charco de la Pava
Con motivo de la construcción del parque Vega de Triana en el Charco de la Pava, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir levantó al borde mismo del río otro muro de defensa, menor, situado a una altura sobre el nivel del mar o cota de unos 7 metros y calculado para resistir la máxima riada estimada del Guadalquivir en un periodo de 50 años.
El muro de defensa de menor altura construido al borde del río en el parque Vega de Triana
Siendo Juan Saura, el ‘padre’ del pantano de Melonares, jefe de Planificación Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), encargó un estudio, que culminó Agustín Argüelles, para determinar conforme a los datos históricos y la experiencia técnica acumulada la cota o altitud sobre el nivel del mar (que no es exactamente lo mismo que altura) que debían alcanzar los malecones o muros de defensa de Sevilla para que ciudad no se inundara en caso de que el río llegara con un caudal de 8.000 a 9.000 m3 por segundo, una posibilidad o periodo de retorno que se estima podría producirse una vez cada 500 años.
El ingeniero Juan Saura, que ha estado casi medio siglo en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la cual dirigió durante diecisiete años
Como fruto de aquel estudio, el criterio de la CHG es que los muros de defensa, que en el caso del que discurre paralelo al Charco de la Pava cierra el anillo protector a la altura de la esclusa, alcancen la cota 12 sobre el nivel del mar.
El Charco de la Pava o Parque Vega de Triana, como queramos llamarlo, está a una altitud sobre el nivel del mar o cota de entre 6 y 7 metros, y el muro de defensa en esa zona se halla, según tramos, a la cota 10/11 metros. Por tanto este último ha habido que construirlo con una altura física sobre el terreno en que se halla de entre 4 y 5 metros para proteger Triana y Los Remedios de inundaciones.
El muro de defensa visto desde el Charco de la Pava
Otra vista del muro de defensa desde abajo
También con motivo de la construcción del parque Vega de Triana se perforó el muro de defensa para permitir el acceso a sus instalaciones, pero ese acceso está dotado de unas compuertas automatizadas diseñadas de forma tal que al cerrarse garanticen la estanqueidad y puedan resistir los embates del agua.
El acceso abierto al parque Vega de Triana a través del muro de defensa
Más recientemente, el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) realizó un informe de alcance nacional sobre la inundabilidad en España, para el que dividió el territorio en cuadrículas de 5 kilómetros de lado. En esta investigación se distinguió entre las inundaciones en régimen natural de los ríos y en régimen regulado (por pantanos y la existencia de otras infraestructuras, como carreteras).
EL ESTUDIO PARA LA SE-40
El estudio más reciente sobre inundabilidad en nuestra zona geográfica es el realizado con motivo del paso sobre el río de la ronda de circunvalación SE-40, para elegir entre la opción túnel o la opción puente.
Como primer antecedente se encuentra la información recogida en el Estudio informativo de la Autovía SE-40 de circunvalación del área metropolitana de Sevilla, cuarto cinturón, sector suroeste. Tramo: Entre accesos de Cádiz, CN-IV y de Huelva, A-49, de la Dirección General de Carreteras (1999).
En la Memoria de dicho estudio informativo se indica que se dispone de datos suministrados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que considera que, para un periodo de retorno de 500 años, el caudal de avenida aguas abajo de Sevilla es de 8.700 m3/segundo.
Dos son los referentes actuales en esta materia en el ámbito de estudio: por un lado, la
información que procede de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (SNCZI), del Ministerio para la Transición Ecológica y, por otro, el Estudio de Inundabilidad realizado por el Ministerio de Fomento en 2017 y 2018.
En la elaboración de los Mapas de Peligrosidad y Riesgo del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (SNCZI) de mayo 2015, se realizó una Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación (EPRI), mediante la que se identificaron los tramos de cauces de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir asociados a las zonas con peligrosidad por inundaciones de origen fluvial más vulnerables.
Se identificaron un total de 107 zonas o Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI), en las cuales se concentra la mayor parte de los daños potenciales totales por inundación. Estas 107 ARPSIs se dividen en 170 subtramos, de los cuales localiza en la zona de estudio el subtramo ES050_APSFR_BG013-01 “Río Guadalquivir entre Alcalá del Río y La Puebla del Río”, de 24,38 km.
Como resultado, en el subtramo mencionado el caudal máximo en régimen alterado para un periodo de retorno de 500 años es de 10.304 m3/s, es decir 1.604 m3/s más (+18,5%) de la cifra de referencia con la que trabajaba la Confederación Hidrográfica para determinar la cota mínima necesaria de los muros de defensa de Sevilla, ya que por efecto del cambio climático las lluvias pueden ser ahora más torrenciales que antes.
Como referencia, en la imagen que se incluye a continuación se observa la llanura de inundación en la zona de estudio para el cruce del río por la SE-40, zona que llega justamente hasta el Sur de Tablada , con las distintas profundidades de agua que se alcanzarían según el Mapa de Peligrosidad y Riesgo del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (SNCZI) para la avenida de 500 años:
El siguiente mapa es el de la altimetría de la dehesa de Tablada, obtenido de las mediciones del Instituto Geográfico Nacional en el año 2020 dentro del proyecto PNOA-Lidar. Se observa que la mayor parte del suelo, y especialmente toda la franja limítrofe con el río Guadalquivir, se halla a una altitud sobre el nivel del mar o cota igual o inferior a 6 metros; y el resto del territorio, a entre 6 y 12 metros, por lo que de aplicarse el criterio sostenido anteriormente por la Confederación Hidrográfica en el caso de una avenida de 8.700 m3/segundo, para poder construir viviendas en Tablada habría que levantar un muro de defensa que llegara hasta la cota 12 metros, con lo cual el malecón debería tener físicamente 6 metros de altura.
Ahora bien, hemos visto que actualmente ya se estima una avenida de 10.304 m3/segundo (hay precedentes históricos, según el artículo ‘Pasado y presente de las crecidas del Guadalquivir: ¿son ahora más graves?’ publicado en The Conversation por Belén García Martínez, profesora de la Universidad Hispalense) , de lo cual se infiere que la cota de seguridad del muro debería ser 14 metros sobre el nivel del mar, por lo que habría que levantar un malecón de 7 metros de altura y a lo largo de una franja de 6 kilómetros de longitud paralela al río Guadalquivir si se tratara de proteger toda Tablada.
La altura del muro casi sería lo de menos, ya que su mera existencia, midiera 6 ó 7 metros, tendría como consecuencia que se reduciría en 263 hectáreas o 580 (según se estime la extensión de Tablada) la superficie de llanura de inundación de la antigua dehesa. Ese agua, al no poder expandirse hacia el Este lo haría, recrecida en altura, hacia la margen derecha del Guadalquivir y podría provocar serios daños en las zonas bajas de San Juan de Aznalfarache (donde termina el otro muro de defensa construido en paralelo al que discurre por el Charco de la Pava), Gelves, Palomares, Coria y La Puebla.
Tablada aparece al fondo de este polígono comercial (Decathlon y otros) en San Juan de Aznalfarache
Así se reconoce incluso en la Memoria del vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Sevilla, en la que para justificar la calificación de Tablada como suelo no urbanizable de especial protección se dice, entre otros argumentos, lo siguiente:
-La Dehesa de Tablada en caso de una hipotética urbanización necesitaría la
construcción de diques de defensa de altura variable. Esta solución tendría especial
trascendencia sobre los barrios bajos de San Juan de Aznalfarache y Gelves, que hoy
son inundables por tener una cota insuficiente, pero que se inundarían con mayor
frecuencia al construirse el dique de Tablada. Ello obligaría a construir muros de
defensa en ambas márgenes del río Guadalquivir, aunque esta solución se descarta por
la propia condición de zona inundable y por sus valores paisajísticos.
-La cota que presenta los terrenos de la Dehesa de Tablada es claramente
inundable por las avenidas de retorno no muy elevado, llegando a calificar su situación
como de “carácter anfibio”.
El PGOU afirma que los terrenos son innecesarios para servir las demandas
de usos urbanos de la ciudad, por lo que no es ni imprescindible ni necesario colonizar
Tablada.
Tablada, en la parte superior, sirve de llanura de inundación para evitar daños a los municipios situados en la margen derecha del río, desde San Juan a La Puebla
Es obvio, pues, que lo que se haga en Tablada no afectará sólo al término municipal de Sevilla sino a varios del área metropolitana, de ahí que la Junta de Andalucía la tenga calificada como zona inundable y futuro parque metropolitano dentro del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (POTAUS). El Documento de Objetivos (Enero 2000) del Plan de Ordenación Subregional
de la Aglomeración Urbana de Sevilla sostiene que la zona central del cauce del
Guadalquivir debe constituir el gran espacio libre central de la aglomeración. Incluso se
hace constar que la Consejería de Medio Ambiente había iniciado los trámites para
declarar Tablada como parque periurbano, conforme a la Ley Andaluza de Espacios
Protegidos.
Deberán pronunciarse respecto de lo que se proyecte en Tablada desde el Gobierno andaluz hasta la Confederación Hidrográfica y Costas, al tener ambos organismos las competencias compartidas en el estuario del río, y también el Puerto tendría algo que decir, ya que un cambio en la dinámica del río (se crearía una especie de efecto embudo) podría afectar a las condiciones de navegación en caso de una gran avenida.
Para el artífice del estudio de la Confederación que determinó la cota que debían alcanzar los muros de defensa en torno a Sevilla, Juan Saura, en caso de que se prolongara la ‘muralla china’ de la ciudad a lo largo del frente fluvial de Tablada (unos 6 kilómetros de longitud) y se redujera así la llanura de inundación del río, podría producirse una sobreelevación del agua de al menos medio metro, con una afección importante en las zonas bajas de los pueblos de la margen derecha, por lo que su recomendación es que con los medios técnicos y los modelos matemáticos existentes en la actualidad, mucho más avanzados que los de su época, antes de cualquier paso lo primero que habría que hacer sería un estudio de inundabilidad en que se contemplaran todas las variantes posibles.
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