Lipasam le costará en 2023 al Ayuntamiento más de 100 millones de euros por primera vez en la historia

La empresa recoge más/menos 340.000 toneladas de residuos al año

El nuevo alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), basó su campaña electoral de 600 días en la denuncia de la suciedad de la ciudad por la deficiente gestión de la empresa municipal de la limpieza (Lipasam) por el equipo directivo nombrado por las corporaciones anteriores, en manos del PSOE. En una urbe que viene perdiendo población en los últimos años, la empresa instrumental del Consistorio cada vez necesita más inyección de fondos para mantener su actividad.

Desde que el socialista Juan Espadas fue elegido alcalde, en el año 2015, las transferencias corrientes del Ayuntamiento de Sevilla a Lipasam, según los Presupuestos municipales aprobados , han pasado de 91,6 millones de euros entonces a 101,8 millones para el ejercicio de 2023, que son las Cuentas que Sanz se ha encontrado ya aprobadas al llegar a la Casa Grande.

Así pues, por primera vez en la historia, el Consistorio inyectará a Lipasam más de 100 millones de euros, una barrera sobrepasada en 1,87 millones hasta alcanzar un total de 101.877.842 euros.

Sólo en el año previo (2019) a la pandemia no se incrementó el dinero. Y dos años más tarde, en 2021, como consecuencia del coronavirus la cantidad transferida por el gobierno local se redujo en 2,69 millones, compensados con creces en los dos ejercicios siguientes.

Salvo esas dos excepciones, la tendencia con Lipasam es la de engordar año tras año la partida en los Presupuestos municipales, sin que su labor, por más que se trate de responsabilizar únicamente a los directivos y se lancen mensajes conciliadores hacia la plantilla, se plasme de forma satisfactoria sobre el terreno, tal como ha venido denunciando hasta la saciedad el nuevo alcalde.

En una ciudad que no deja de perder habitantes, Lipasam alcanzó el pico de toneladas de residuos recogidas justo antes del Covid, en 2019, con 340.343 toneladas.

La caída de actividad posterior a la pandemia también se reflejó en una reducción de los generados, pero la producción de los mismos ha vuelto a incrementarse en los dos últimos años.

En resumen, hay progresivamente menos habitantes pero que generan más basura, cuya recogida por Lipasam cuesta cada vez más dinero al Ayuntamiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *