Riotinto y las Atarazanas: la nueva y peligrosa moda administrativa de la «confidencialidad»

La Junta no responde a Adepa sobre si se ha modificado el proyecto de rehabilitación de los antiguos astilleros tras descubrirse que el nivel del suelo no era el pensado

Hace ya un año se comprobó que el suelo está a -2,40 metros y no a -5, cuando se creyó que las Atarazanas tendrían la majestuosidad de una catedral

Adepa denuncia que se han producido 300 fisuras en el hospital de la Caridad coincidiendo con las obras en las colindantes Atarazanas

La asociación conservacionista Adepa ha rechazado de forma contundente la “confidencialidad” con la que se está llevando a cabo el proyecto de recuperación de las Reales Atarazanas de Sevilla y solicitará información a la Consejería de Cultura y a la Gerencia de Urbanismo sobre las actuaciones que está llevando a cabo La Caixa en el monumento, ya que teme que se esté realizando una “modificación sustancial” del proyecto original, avalado además por un juez, y encontrarse con “hechos consumados” justificados en elementos de “fuerza mayor”, según informa Viva Sevilla.

Es muy significativo que en los últimos días tanto los conservacionistas de Adepa como los verdes de Ecologistas en Acción se refieran a la misma táctica administrativa por parte de la Junta de Andalucía de justificar/ocultar lo que está ocurriendo o va a ocurrir en las Atarazanas y en el complejo minero de Riotinto con la coartada de que no se puede difundir información en aras de la primacía de un supuesto derecho a la confidencialidad de los promotores o ejecutores de los proyectos.

Adepa ha iniciado su rueda de prensa preguntándose públicamente ante los medios de comunicación cuál es el nivel original de las Atarazanas. Según el arqueólogo Fernando Amores («Recuperando las Atarazanas» 1999), el suelo practicable original se encontraba a «+2,25 metros sobre el nivel del mar, únicamente a 0,50 metros por encima de la lámina de agua del río en época normal». Ello equivale a aproximadamente 5 metros por debajo de la cota actual.

Este dato se dedujo a partir del arranque de algunos de los grandes arcos, en sondeos realizados en 1993. El conocimiento de esta hipótesis generó una gran expectación pública al proponer la imagen (hipotética) de un edificio de una mayor escala y dimensión. Surgió una gran polémica sobre si se debía excavar hasta esa profundidad para la recuperación (total o parcial) de ese nivel original. Finalmente se redacta,
aprueba y está en ejecución, un proyecto que excava solamente dos naves (las 6 y 7) hasta esos -5 metros.

Joaquín Egea, en el centro de la imagen, acompañado por otros miembros de Adepa

Iniciada la obra y realizados los nuevos sondeos arqueológicos, en octubre
de 2022 se constató por el citado arqueólogo, siempre según Adepa, que el «nivel de uso de las Atarazanas es prácticamente similar al suelo almohade adosado a la
barbacana». (informe de Fernando Amores, febrero 2023). Nivel, pues, situado a sólo -2,40 metros respecto al actual. Este nuevo dato se deduce a partir de la excavación,
que ahora se ha hecho en la zona de la barbacana hasta llegar al inicio de
su cimentación. Y Adepa se pregunta: ¿no se debió hacer aquí entonces otro
sondeo antes de publicitar una hipótesis que ahora se advierte como
precipitada y errónea?

Y continúa: si la primera hipótesis (la de los -5 metros) resultó de gran interés para la opinión pública, ¿por qué no se le ha informado todavía de este cambio trascendental para la imagen del edificio, cambio que se conoce desde hace un año?

Las dos hipótesis citadas parten de una misma suposición: que el nivel que se ha obtenido es el general del edificio, o sea que su pavimento es prácticamente horizontal y plano. Pero en la mayoría de los astilleros medievales el suelo presentaba inclinación hacia la orilla para facilitar las botaduras de las embarcaciones. Por eso la duda que se plantea es: ¿estaba inclinado el suelo de las Atarazanas? Téngase en cuenta que en un edificio de estas dimensiones, de 100 metros de longitud, un suave declive de
apenas un 3% puede llegar a incrementar la altura en más de 3 metros. en el
extremo más cercano a la orilla. ¿Se ha verificado esta hipótesis?

¿SE HA MODIFICADO EL PROYECTO?

Resulta evidente a ojos de Adepa que, al haberse alterado significativamente una de las
premisas en que se basaba el proyecto actualmente en ejecución, éste tiene
que modificarse, modificación que, además, habría de acometerse
inmediatamente de conocerse el cambio, para no interferir en el curso de la
obra. Modificación del proyecto que ha de tramitarse ante la Gerencia de
Urbanismo y la Comisión Provincial del Patrimonio. Hace un año que los
promotores conocieron el cambio en el nivel de las Atarazanas, de ahí que Adepa pregunte públicamente si se ha redactado ya el proyecto modificado. Y continúan las preguntas: administrativamente, ¿ dónde se encuentra?¿sabe el
Ayuntamiento si ha tenido entrada en la Gerencia de Urbanismo?¿y la Consejería de Cultura, conoce si ha sido presentado ante la Comisión de Patrimonio?

Según las fuentes, habitualmente bien informadas, que yo he consultado se sabe que la ejecución del proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra está presentado problemas. En cualquier obra merece la pena seguir y documentar los cambios al final. Pero cuando los cambios son significativos y pueden conducir a un final que puede tener problemas de legalización, y más en una obra de esa singularidad, lo correcto según dichas fuentes es notificar las incidencias y proponer cambios antes de ejecutarlos.

No se conoce si los que se han debido producir en la obra se han documentado o no. La vía, tal como dice Adepa, es redactar un modificado del proyecto y presentarlo en la Gerencia de Urbanismo, la cual debe remitirlo a la Comisión de Patrimonio. Si ésta si lo informa favorablemente, la Gerencia de Urbanismo deberá comprobar el cumplimiento de ordenanzas urbanísticas y se generaría una nueva “licencia a un proyecto reformado con licencia concedida con anterioridad”.

Inicio oficial de las obras de rehabilitación

Que se sepa, nada de eso ha ocurrido en las Atarazanas. Como en una obra, salvo inspecciones formales y oficiales (Adepa no es quién en este sentido), no accede más que el contratista (propietario de la obra mientras haya un contrato en vigor y obra en marcha), la Dirección Facultativa y, por deferencia, la propiedad, la opinión pública no sabe qué se ha ejecutado hasta ahora. Cualquier cambio no contrastado puede ser irreversible y es lo que, con razón según las fuentes consultadas, temen los conservacionistas.

Aunque el Convenio suscrito en su día entre la Consejería de Cultura y Adepa estipula que cualquier modificación del proyecto aprobado ha de ser conocida y aprobada por la Comisión de Seguimiento del mismo, previamente a cualquier trámite administrativo, esta exigencia no se ha cumplimentado, según los conservacionistas, que ignoran por tanto la posible existencia y situación de ese hipotético reformado. Y plantean: ¿tiene la Consejería de Cultura algo que decir al respecto?

GRIETAS EN EL HOSPITAL DE LA CARIDAD

Por otra parte, Adepa ha reclamado un informe «serio y solvente» sobre las grietas aparecidas en el Hospital de la Caridad, colindante con las Atarazanas, «ante la posibilidad de que fueran causadas por las obras que allí se realizan». «Si bien de forma verbal se ha aludido a la existencia de un antiguo colector como su causante, hemos reclamado -afirman los conservacionistas- informes técnicos, sin que hasta la fecha se nos haya entregado documento alguno ni sobre los motivos que han desencadenado esas fisuras ni sobre las medidas para corregir daños, pese a que se nos prometió que estaría terminado en febrero de este año».

Fisuras en el techo de la iglesia de la Caridad

Al respecto, el arquitecto técnico y exdirector-conservador del Real Alcázar de Sevilla José María cabeza, ha aseverado que son «unas 300» las fisuras localizadas «que se han documentado». En este sentido, recalcan en Adepa que se envió un burofax a Cultura y a la Caixa «del que no hemos tenido -dicen- respuesta» «Existe un oscurantismo en todo este asunto y es algo que no entendemos. Nada que ver con la intervención, por ejemplo, que se hizo en la iglesia del Savador en 2004», han añadido.

Adepa estima en al menos 1,7 millones de euros del coste de la reparación del antiguo hospital de la Caridad. Según las fuentes consultadas, lo normal es que se reparen con cargo a la póliza de seguros del constructor y/o del arquitecto.

EL USO DE LAS ATARAZANAS

Adepa ha destacado que durante las últimas semanas han aparecido distintas informaciones que apuntan hacia una indefinición en el destino previsto inicialmente para las Atarazanas (Sevilla y su relación con el Nuevo Mundo). Por una parte, se
habla de un museo de arte contemporáneo y, por otra, el consejero de
Cultura, Arturo Bernal, afirma que el destino se decidirá cuando se termine la obra.

Arturo Bernal, consejero de Cultura de la Junta de Andalucía

Para los conservacionistas, «no parece un planteamiento serio ni riguroso. El destino de una rehabilitación -afirman- hade conocerse antes de la redacción del proyecto, pues cada uso posible requerirá unos equipamientos y dotaciones específicos. Así, por ejemplo, un museo de pintura necesita unas condiciones de iluminación, climatización y seguridad muy distintas a las de un, digamos, museo marítimo. Tomar la decisión «a posteriori» requerirá la realización de nuevas obras de adaptación al uso que se decida, con los costes y retrasos que todo ello supone.

«Como no podemos admitir que se esté improvisando con un tema que lleva
tantos años de debate, tantas energías consumidas, y tras una inversión,
tanto pública como privada, tan importante, exigimos -concluye -Adepa- que, de una vez, razonada y rigurosamente se establezca el destino del viejo astillero medieval, se informe a la ciudad y que, de inmediato, se encargue la redacción del correspondiente proyecto museográfico, a fin de que, cuando finalicen las obras de rehabilitación, sea factible su inmediata apertura para el conocimiento, uso y disfrute de los sevillanos».

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