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Sin reflejos

Decididamente, Dios no llamó a Juan Espadas para ser líder de la Oposición municipal y
enfangarse los zapatos pateándose los barros y los barrios de Sevilla, sino para pisar moqueta
en los despachos de la Junta, ya que en caso contrario habría cogido la oportunidad al vuelo.
En la entrevista que Eduardo del Campo le ha hecho a mi exvecina y carismática exlíder vecinal
de Bami, Laura Baños, ésta declara: “Llevo un año pidiendo una señal para que no metan los
perros en el parque infantil; un año para que repongan un contenedor….”. Así se las pone Laura
a Espadas, para que éste hubiera saltado ‘ipso facto’ y hubiera dicho: “¿Que Zoido lleva un año
sin ponerle a usted una señal en el parque? En 24 horas se la pongo yo de mi bolsillo, me hago
la foto ante la prensa y dejo en evidencia al alcalde”. La señal de Bami, como su propio nombre
indica, podría ser para Espadas lo que para Zoido fue el banco de Bellavista: el inicio en plan
Mao de la larga marcha hacia el Poder, pero Juan no tiene clarividencia para ver estas señales
simbólicas, sino sólo para la macropolítica.

El banco

Espadas acudió al distrito Cerro-Amate a denunciar el incumplimiento de las promesas electorales de Zoido y acabó con su séquito en el Parque de Contadores, señalado como una de sus prioridades por el nuevo alcalde, el cual, sin embargo, no ha acometido allí mejora alguna en los siete meses que lleva en la Alcaldía. Imitando el desafío de Zoido a Monteseirín por el banco de Bellavista, Espadas se plantó con los brazos en jarras y exigió el arreglo de un banco quemado por los vándalos y con los ladrillos del respaldo desmoronados por los suelos. ¡Qué gran ocasión perdida! En vez de sólo exigir y a otra cosa, mariposa, Espadas tenía que haber retado al alcalde a reparar el banco destrozado en un plazo máximo de 48 horas, so pena de hacerlo él mismo armado de un palustre y de un cubo de albañil lleno de arena y cemento. A Juan se le nota aún demasiado, por exconsejero, el pelo de la moqueta de los despachos de la Junta. Para ser una alternativa de poder municipal no le basta con la fotito. Como hizo Zoido en el Vacie,  tiene que meterse en el fango y remangarse.

La comuna de Sevilla

Del Valle aplicó al Ayuntamiento el principio ecológico del nicho vacío: toda especie tiende a ocupar el espacio que otras dejan libre. Razonaba el exalcalde de la triste figura que si Torrijos tiene más protagonismo que el que le corresponde por sus concejales es porque Monteseirín se ha dejado comer el terreno. Zoido también aprendió ecología con Fuco García Novo y tiende a llenar con sus acciones de guerrilla el vacío municipal. Como  cuando anunció la reposición del banco de Bellavista, se fue con pico y pala a las chabolas del Vacie o se comprometió a darle una mano de pintura al colegio Nuevo Tussam, aunque la que necesita no una mano, sino todas las manos del poema de Nicolás Guillén, sea la propia Tussam. Ahora, los residentes de Arjona, hartos de ser ninguneados desde hace cinco años, cogerán ellos mismos el palustre para arreglar los baches y las aceras. Si los vecinos se autogestionan (perdón por la redundancia) su propia calle ante el vacío de atención municipal, ¿para qué sirve el Ayuntamiento? Esto es la comuna de París, pero a la sevillana.

Vuelve el ‘banquero’ de Bellavista

¿Recuerdan la perra de Zoido con el banco de Bellavista? Una de las tácticas del ganador de las municipales, por más que el  pacto PSOE-IU le impidió gobernar (como en su día el pacto PP-PA a Yáñez), fue la de entrar en ‘territorio comanche’, el que hasta entonces todos, incluidos los populares, creían vedado al PP: los barrios-granero de votos de la izquierda. Zoido empezó a patearse el extrarradio, donde lo más que habían visto de un político pepero eran los carteles electorales, si es que sobrevivían pegados más de un día en las tapias antes de amanecer hechos jirones. Vecinos del Sur clamaban por un banco roto. Allí acudió Zoido a retar al alcalde: o reponía el banco o lo haría él mismo. Se lo tomaron a chacota y lo apodaron el ‘banquero’ de Bellavista. Vieron que iba en serio cuando cogió pico y pala en El Vacie y le avalaron los votos. Ahora Zoido amenaza al alcalde con ir a limpiar y a pintar el colegio ‘Nuevo Tussam’, dejado de la mano de Alfredo. Ya me veo la foto de Zoido con el cubo y la brocha. El ‘banquero’ de Bellavista ataca de nuevo.