El Diccionario de la Academia define ‘remanente’ como “aquello que queda de algo”. He tenido que ir al Diccionario para tratar de comprender el penúltimo eufemismo (siempre se inventarán alguno nuevo y yo ardo en deseos de ver hasta qué punto son capaces de exprimirse la imaginación) municipal, ese que dice que el Ayuntamiento tiene en la caja un remanente negativo de (valga la redundancia por el signo menos) -31,7 millones de euros. No, mire usted, señor (sin) alcalde sin dinero y con lápidas de morosidad: remanente es de toda la vida, y como bien define el Diccionario, un resto, un sobrante, un excedente, un superávit, algo tangible, aunque sea poco, un mínimo minimórum, pero algo. La expresión ‘remanente negativo’ no es ni siquiera un eufemismo, porque se compone de dos términos antitéticos: lo negativo es la negación del propio remanente, y máxime si se trata, como es el caso, de 31,7 millones de euros. Hablando en román paladino, Monteseirín no ha dejado un remanente negativo, sino un pedazo de agujero de 5.274 millones de las antiguas pesetas.
Remanente
Deja un comentario