Ya sabemos por qué Celis ponía la mano en el fuego por su tocayo Mir, el del autopase de la caseta de la Feria: porque también él era de la peña de ‘los mecánicos’, los coleguillas del partido que se aprovecharon del error mecánico municipal (ja,ja,ja, es que no puedo evitarlo: me entra la risa floja con la versión oficial de Rosamar) para instalar su bodeguilla en el real y no mezclarse con la plebe en las casetas de distrito. El PSOE los cría y sólo ellos se juntan. Medio sector crítico, los que se presentan como turborrenovadores que quieren cargarse al que llaman ‘abuelete’ Viera, formaban parte del minoritario club. Y entre ellos, Mellet y Castaño, dos imputados por el caso Mercasevilla. Estas eran las amistades peligrosas de Celis, el cual dice ahora que sólo era socio de la caseta “en el sentido ferial, pero no en sentido estricto”(¿?). En el estricto sentido, el que paga cuotas de socio es socio de pleno derecho. Celis pagaba para tener un reducto particular en Los Remedios y como edil emular así a la Sevilla eterna en calidad de nuevo señorito.
Los nuevos señoritos
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