Vagos

Tras ganar  Felipe González por mayoría absolutísima las elecciones aquel 28 de octubre de 1982, la cola de funcionarios dio la vuelta a los Nuevos Ministerios de Madrid para picar a las 8, de acojonados que estaban porque decían que había venido el lobo y los iban a meter en cintura. En el resto del país se conocieron historias en organismos oficiales donde se vio el careto a personal en nómina que jamás había aparecido por sus puestos de trabajo y con los que se hacía la vista gorda por aquello de las protecciones de que gozaban en las alturas. Luego, como la montaña parió un ratón y la confianza da asco, se normalizó la estampa de los Nuevos Ministerios y el personal fue otra vez a lo suyo, entre compras en grandes almacenes y cafelito y cafelito. Veintiocho años después de aquel 28-O, la Fundación DeSevilla paga 2.200 euros/mes desde hace dos años a un exdirigente socialista pese a que ni siquiera aparece por el trabajo. Antes, el PSOE daba miedo a los vagos; ahora,  los vagos se cobijan en el PSOE. ¿Era esto el cambio prometido por  Felipe González?

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