Al contrario de la frase de Lenin “un paso adelante y dos atrás”, el Gobierno da dos pasos atrás y uno adelante en el déficit al anunciar ahora que permitirá a los Ayuntamientos, endeudados hasta las cejas de sus vecinos, que piedan créditos en 2011. No será una política de barra libre, como la que una ex-dirigente de Tussam dijo que practicaba Monteseirín con los sindicatos, sino limitada a los que cumplan una condición: su endeudamiento no debe, nunca mejor dicho, superar el 75% de sus ingresos. La vicepresidenta económica, que se corrige a sí misma en el BOE para tapar sus vergüenzas políticas, dice que este tope lo salvan 6.000 ayuntamientos. Lo que no dice es que, como se ve en cierto medio afín, el Gobierno ha estudiando tan bien el ránking de los morosos que debajo de la línea roja aparecen las tres de las siete grandes capitales no gobernadas por el PP, únicas que podrán seguir engordando la deuda con Sevilla a la cabeza. ¿Casualidad o coincidencia? A la raya portuguesa habrá que unir ahora otra en el mapa de la deuda: la raya de Sevilla.
Línea roja
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