El (sin) alcalde saliente y doliente, que no acaba de irse pero al que ya sólo le quedan tres telediarios, ha cometido un significativo lapsus alfrediano en una de sus penúltimas entrevistas de despedida, cargadas de mensajes subliminales y hasta explícitos. Según Sigmund Freud, los ‘lapsus linguae’ o aparentes equivocaciones verbales no son tales porque afloran motivaciones inconscientes que nunca nos atreveríamos a expresar de forma consciente. Pues bien, en una de esas interviús del adiós le plantean al (sin) que dé un consejo a Juan Espadas, y va y se le escapa esta perla que luego trató de corregir cuando ya no tenía solución: “Juan Espadas, como referencia del PSOE en Sevilla se va a encontrar en un momento difícil por la deuda municipal”. ¿Y quién si no el propio Monteseirin, que en la misma entrevista se expresa en términos de “penuria de las arcas municipales”, es el responsable de ese macro déficit de la Hacienda local? Al final, el alcalde saliente y doliente ha acabado cantando la gallina. Y es que sólo los niños y Alfredo dicen la verdad.