El bautizo

Monteseirín pone nombre a las setas en presencia del arquitecto alemán Jürgen Mayer

Monteseirín pone nombre a las setas en presencia del arquitecto alemán Jürgen Mayer

El (sin) alcalde que –más difícil todavía, como en el circo- se censuró a sí mismo en su blog parte de su visita a la fábrica de los parasoles, aprovechó la gira por Alemania para bautizar las 6 setas de la Encarnación. Blancanieves tenía 7 enanitos y Alfredo, seis pitufitos. Al (sin) le revienta que sus criaturitas se llamen P1, P2, P3…como si fueran las plantas del parking de El Corte Inglés y quiere denominarlas como las calles de su entorno: Gestoso, Laraña, Imagen, Pellón (sin Puente, por el doble sentido con el Pellón de la Expo), Alcázares y Regina. Sería una injusticia histórica. El nombre de las setas debe quedar asociado a perpetuidad al de sus artífices. Así, la seta Mayer (el padre de las criaturitas); la seta Monteseirín (la madre); las setas Marchena y Celis (comadronas en el parto con forceps, pese a que los informes decían que eran técnicamente inviables); y los hongos Fran y Rey, los últimos de Filipinas y claque del (sin) alcalde. Ellos hicieron una obra tal que las generaciones futuras, al igual que las actuales, los tomarán por manirrotos.

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