Recordemos una vez más (y lo que te rondaré, morena) el viejo proverbio de que cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo. Todo el gremio periodístico hemos mirado el dedo de los concejales Goro Serrano, Curro Pérez y Max Vílchez señalando los dibujitos de los azulejos con los que, me malicio, se van a cargar las zapatas de la calle Betis gastándose 180.000 euros en poner la tira de azulejos con vistas antiguas de Triana. Todos miramos el dedo menos uno, Raúl Doblado, el único que con su extraordinaria foto en la competencia demostró haberse fijado con su cámara en la luna de la noticia: la torre Cajasol, que emergía cual Polifemo al fondo y que, de tan monstruosa, convertía en liliputienses a ediles y periodistas. Para que luego digan que no tiene ningún efecto perverso sobre Sevilla. Coge esta foto la Unesco y deja a Zoido ‘ipso facto’ sin Patrimonio de la Humanidad. ¿Comprenden ahora por qué van a poner azulejos en las zapatas del Altozano? Pues para que, como muy necios, sigamos mirando el dedo en vez de escandalizarnos por la torre Pelli.
La foto
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