El Anillo Verde propuesto por el alcalde deja fuera las lagunas temporales de Sevilla Este

Todos los grupos políticos municipales reconocieron en el Pleno de febrero su valor ecológico

El Anillo Verde de árboles a lo largo de 42 kilómetros en derredor de Sevilla propuesto por el alcalde en funciones y candidato a la reelección por el PSOE, Antonio Muñoz, no incluye las lagunas temporales de Sevilla Este pese a su valor ecológico y a que en el Pleno municipal del pasado mes de febrero (2023) todos los grupos políticos, incluido el Socialista, aprobaron una propuesta de la plataforma cívica SAVE! para el reconocimiento de su importancia medioambiental.

Las lagunas temporales de Sevilla Este, uno de los reductos de biodiversidad más importantes de la capital de Andalucía ( los humedales son espacios singulares y ecosistemas de gran productividad y biodiversidad) , no han sido incluidas por Muñoz y su equipo en la Fase III de su propuesta de Anillo Verde, que conectaría el parque del Guadaira con el del Tamarguillo.

Según Jesús Díaz Rodríguez, doctor en Ecología y Biología Evolutiva (ex profesor asistente en la Universidad Pablo de Olavide, que estuvo 10 años como investigador en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ocho de ellos en la Estación Biológica de Doñana y que es miembro de un equipo multidisciplinar de personas que forman parte de diversos institutos, universidades, sociedades científicas y otros colectivos, que vienen trabajando conjuntamente en estos espacios), estas lagunas temporales » no sólo son un hábitat prioritario en la Directiva Hábitats europea (Háb. 3170 charcas y lagunas temporales mediterráneas) sino que también se trata de un sitio reproductivo de especies amenazadas recogidas en los anexos II y IV, el único lugar donde han sido encontradas especies amenazadas de fauna estrechamente asociadas a estos singulares hábitats (como el triops, una especie de fósil viviente, el más antiguo del planeta, descubierto en el año 2010 en Doñana) que, además, están permitiendo la repoblación en otros puntos de la ciudad, como el parque del Alamillo».

Un nido, al borde de una de las lagunas de Sevilla Este

Díaz Rodríguez y otros investigadores llevan más de dos años estudiando un ecosistema que, sorprendentemente, se ha mantenido al margen del crecimiento de la ciudad y donde ya se han realizado tres Trabajos de Fin de Grado y numerosas publicaciones científicas del CSIC (Estación Biológica de Doñana) y varias universidades (Universidad de Sevilla, Pablo de Olavide, Universidad de Huelva). 

También ha sido publicada la existencia de estos microhumedales en congresos y revistas especializadas (Boletín de la Sociedad Española de Herpetología y EEI2022 – VI Congreso Nacional de Especies Exóticas Invasoras y I Congreso Ibérico de EEI).

Aves nocturnas también encuentran su refugio en estos ecosistemas

El catálogo de sus especies está publicado en bases de datos de biodiversidad a nivel global (GBIF) y ha sido comunicado a la Delegación Territorial de la Junta de Andalucía que, hasta el momento, ha hecho caso omiso de su existencia.

El motivo por el que se ignora oficialmente la importancia de estas lagunas temporales radica, presumiblemente, en la fuerte presión urbanística a la que las promotoras inmobiliarias y/o constructoras están sometiendo a toda Sevilla, desde la zona Sur (Palmas Altas, Pítamo, Cortijo del Cuarto, Tablada) hasta Santa Bárbara por el Este, incluyendo el proyecto de la denominada ronda intermedia SE-35 como eje vertebrador de futuros desarrollos urbanísticos.

El círculo en el mapa indica la situación de las lagunas temporales, dejadas fuera del Anillo Verde (marcado con la línea continua (a la izquierda)

Si estos enclaves quedaran incluidos dentro del Anillo Verde servirían de germen, a juicio de Díaz Rodríguez, para la biodiversidad en toda esta infraestructura, especialmente respecto a la comunidad de aves, murciélagos, reptiles, anfibios e invertebrados en general, que contribuyen al mantenimiento del ecosistema sano, el control de plagas y la polinización, entre otros servicios.

«Está completamente aceptado en restauración ambiental que es mucho más económico y rentable recuperar lo que aún se conserva, aunque esté degradado, que construir desde «cero» infraestructuras nuevas, pues asegura la funcionalidad ecosistémica. Es decir, la eficacia de las intervenciones ambientales depende, en gran medida, de cuán diversos sean los hábitats precedentes, pues cuando no existe una estructura de hábitat diversa es menos probable que las características adicionales proporcionen beneficios y protección efectiva contra el cambio climático, por ejemplo. En otras palabras -concluye el investigador-, la introducción de Infraestructuras verdes nuevas no asegura un aumento significativo de funciones ecosistémicas y conservar las existentes es más efectivo a medio/largo plazo».

Los anfibios pueblan las lagunas temporales de esta zona de la ciudad

Díaz Rodríguez, trabajando en el CSIC precisamente sobre este tipo de hábitats vulnerables como los de Sevilla Este, los ha visto desaparecer en pocos años, junto con todas las especies que sustentaban, en Portugal, Francia, Italia, Grecia y España. «Lo que más me preocupa -afirma el investigador- es la poca amplitud de miras, que impide reconocer su importancia biológica social y económica. El Anillo verde del Este -afirma- podría desarrollar servicios productivos, culturales y economía verde, además de servicios ecosistémicos, de regulación y de abastecimiento».

Aunque ocupan únicamente el 4% de la superficie emergida, los humedales proporcionan el 40% de los servicios renovables del planeta. Están entre los más valiosos económicamente, pues generan beneficios para el ser humano, como mitigar los efectos del calentamiento climático y, al acumular e infiltrar lentamente el agua, amortiguan el efecto de las sequías.

Niños atravesando uno de los humedales

Además, gracias a ellos se reducen los efectos de la contaminación, dada su capacidad de retención y depuración del agua. También son esenciales para la vida. Los humedales del área mediterránea son, si cabe, aún más valiosos pues son ecosistemas únicos en una región que se encuentra entre los 25 “puntos calientes” de biodiversidad del planeta. A pesar de poseer características climáticas áridas, esta singularidad les confiere una gran fragilidad.

Es claramente en el clima mediterráneo, caracterizado por la irregularidad en el ciclo de precipitaciones, donde los hábitats acuáticos garantizan una función clave de retención, evitando la erosión del suelo, recargando el nivel freático, favoreciendo la condensación y la humedad ambiental y ejerciendo, en definitiva, una notable papel de regulación térmica que suaviza los cambios estacionales y permite hacer frente, tanto a inundaciones como periodos secos.

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