Espadas, un precedente para Sanz

El líder socialista gobernó el Ayuntamiento de Sevilla durante más de 6 años sin mayoría absoluta y merced sólo a pactos puntuales

José Luis Sanz, el candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, ha ganado las elecciones municipales del 28 de mayo (2023) con un resultado de 14 ediles, a dos de la mayoría absoluta, fijada en 16, pero ‘a priori’ no necesitará los votos de los tres ediles de Vox ni para ser elegido alcalde ni para gobernar la ciudad en el día a día, dada la improbable posibilidad de que la formación liderada por Cristina Peláez se alinee con el bloque de izquierdas. En éste, el PSOE ha obtenido dos concejales y Con Andalucía (Podemos más Izquierda Unida), dos. Sanz se encuentra en la misma situación que Espadas en los dos mandatos anteriores, sin mayoría absoluta, pero el líder socialista fue capaz de gobernar en solitario al llegar a acuerdos puntuales tanto a su izquierda como a su derecha.

Durante la precampaña y/o la campaña electorales tanto José Luis Sanz como Cristina Peláez no cerraron la puerta a la posibilidad de alcanzar pactos en el seno del Ayuntamiento de Sevilla. La líder de Vox, en unas declaraciones radiofónicas, subrayó que sus votantes quieren «despilfarro cero, que se bajen los impuestos y que tengan unos servicios públicos eficaces, y nosotros vamos a respetar esto. Entonces sólo puedo decir que si esto es respetado, pues…..».

Sanz y Peláez, en un debate preelectoral

En la noche electoral, Peláez volvió a insistir en que la eliminación del despilfarro en la administración del dinero público y la eficacia en la gestión prescindiendo de medidas ideológicas y superfluas son las únicas líneas rojas de Vox, dos exigencias fácilmente asumibles por el PP.

Por su parte, José Luis Sanz declaró a menos de diez días para la cita con las urnas que no tendría complejos en pactar, si fuera necesario, con un partido, en alusión a Vox, «al que no he escuchado nunca que cuestione nuestro régimen del 78 o la Constitución Española».

ANTISOCIALISTA

Si Cristina Peláez es coherente con el ideario de Vox y con sus propias declaraciones previas, y en virtud de la Ley Electoral, José Luis Sanz tiene garantizada su investidura como alcalde aunque con 14 ediles no llegue a los 16 necesarios para la mayoría absoluta.

Como botón de muestra, basta recordar una intervención de Cristina Peláez en el Pleno municipal de diciembre de 2022, hace tan sólo cinco meses, en que ante el silencio del entonces alcalde, Antonio Muñoz, sobre la reforma de los delitos de sedición y malversación por el Gobierno de Pedro Sánchez, le espetó lo siguiente, que fue jaleado hasta por Vox en Madrid: «A mí el PSOE no me gusta en ninguna de sus facciones. Me disgusta todo lo que salen de sus siglas. Considero que su partido es lo peor que le ha pasado a España en su historia moderna. Pero, aun así, lo perpetrado por el señor Sánchez en los últimos tiempos y que continúa hoy, introduce en su partido una nueva categoría de facción de poder, la de aquellos que están dispuestos a todo para perpetrarse en el poder, satisfaciendo a delincuentes y amenazando a la judicatura. Por eso, los sevillanos tienen que saber de  qué lado está su alcalde, pues es pertinente para que sepan a quién tienen delante de cara al próximo mes de mayo y porque su opinión afectará a sus decisiones de Gobierno. Ha paseado usted con Pedro Sánchez, se ha sometido a sus criterios y lo ha puesto delante de los intereses de los sevillanos, por eso su silencio le hace cómplice del presidente del Gobierno, de lo que esperamos, los sevillanos tomen buena nota”.

Cristina Peláez, líder de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla

Dado que a Cristina Peláez el PSOE no le gusta en absoluto y considera que es lo peor que le ha pasado a España en los últimos tiempos, nunca podría justificar un voto a favor de este partido o en contra del PP de José Luis Sanz de forma que favoreciera a los socialistas, por lo que sólo le queda la opción de apoyar a Sanz en la investidura para alcalde o, si no quiere hacerlo para marcar distancias, votarse a sí misma junto con sus dos ediles, lo que dejaría a Sanz con tan sólo 14 votos a favor, los mismos que los del bloque de izquierdas (12 del PSOE y 2 de Con Andalucía).

José Luis Sanz celebra su victoria en las municipales junto con Juanma Moreno

En tal hipótesis se aplicaría el artículo 196 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral, que entre otros puntos estipula lo siguiente:

«En la misma sesión de constitución de la Corporación se procede a la elección de Alcalde, de acuerdo con el siguiente procedimiento:

a) Pueden ser candidatos todos los Concejales que encabecen sus correspondientes listas.

b) Si alguno de ellos obtiene la mayoría absoluta de los votos de los Concejales es proclamado electo.

c) Si ninguno de ellos obtiene dicha mayoría es proclamado Alcalde el Concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente Municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo…..»

Y el cabeza de lista de la formación que ha obtenido más votos populares es José Luis Sanz.

TRAS LA INVESTIDURA

José Luis Sanz se encuentra ante un escenario político similar al de los dos mandatos anteriores, en que ningún partido obtuvo por sí solo la mayoría absoluta pero en los que el PSOE de Juan Espadas fue capaz de gobernar en solitario, sin dar entrada a otras formaciones, y merced a acuerdos programáticos o meramente puntuales, tanto para la aprobación de los Presupuestos de la ciudad como para la gestión diaria de los asuntos públicos.

En el ecuador de su primer mandato, en 2017, Espadas atravesó por uno de sus momentos más difíciles, cuando el grupo de Participa Sevilla (Podemos) le retiró su apoyo y barajó incluso la presentación de una moción de censura. Izquierda Unida, por su parte, no descartó ningún escenario y retó al alcalde a que presentara una cuestión de confianza. El problema para ambas formaciones a la izquierda del PSOE era que la ley les habría obligado a presentar una candidatura alternativa a Espadas y que, además, la normativa les habría impedido una abstención, por lo que habrían tenido que apoyar a otro candidato.

Desde las direcciones regionales de ambas formaciones se dieron órdenes tajantes de que bajo ningún concepto se propiciara la caída de Espadas como alcalde ni se apoyara cualquier medida que facilitara o no impidiera el acceso del PP a la Alcaldía. El mensaje era que de ninguna manera la izquierda podía otorgar el poder a la derecha. De esta manera, siempre con ese tabú en el horizonte, Espadas pudo gobernar durante seis años y medio el Ayuntamiento de Sevilla, sabiendo que en última instancia nunca las formaciones situadas a su izquierda tensarían la cuerda hasta el extremo de romperse.

Cristina Peláez, al frente de Vox, se encuentra ahora frente al PP de José Luis Sanz en la misma tesitura que en su día Podemos e Izquierda Unida en sus relaciones con el PSOE de Espadas: no podría justificar ante su electorado que Sanz no sea investido como alcalde o que dejara de serlo en el futuro, porque para ello tendría que alinearse con los socialistas y los podemitas, un tabú ideológico que facilitará la gobernanza de los populares del Ayuntamiento de Sevilla, aunque tengan que hacer alguna que otra concesión menor a Vox.

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