Ficus de San Jacinto (Sevilla) versus ficus del Parterre (Valencia)

Tras sendos episodios de desprendimiento de ramas, con heridos, el Ayuntamiento sevillano dio licencia para cortar el árbol y el valenciano encargó un estudio técnico y amplió las medidas de protección de su ejemplar

El 19 de marzo de 2021, hacia las 19:40 horas, se desprendió una rama del ficus colindante con la trianera parroquia de San Jacinto e hirió a seis personas, tres de las cuales fueron ingresadas en el hospital. El suceso fue aprovechado por la orden de los dominicos, titular de la parroquia, para pedir al Ayuntamiento de Sevilla licencia para cortar el centenario ejemplar, permiso que aquél concedió el 31 de mayo de 2022. El 7 de septiembre de ese último año se desprendió una enorme rama del majestuoso ficus del Parterre, en Valencia, que hirió a cuatro personas. Al Ayuntamiento de la capital levantina no se le ocurrió talar el árbol, sino encargar un informe técnico sobre las causas del suceso y estudiar nuevas medidas de protección.

La crónica de ABC de Sevilla auguraba, de forma casi premonitoria, que «el ficus centenario de la parroquia de San Jacinto podría pasar a la historia después de que la comunidad de los dominicos que regentan el templo solicitara su retirada a Patrimonio en numerosas ocasiones al comprobar cómo el árbol, con sus ramas y raíces de grandes dimensiones, estaba afectando al atrio y a los cimientos de la iglesia de Sevilla y es «un peligro público».

El párroco, fray Javier Rodríguez, declaró tras la caída de la rama lo siguiente: «es verdad que nos habían avisado de que este miércoles o jueves iban a podar este árbol. Creo que este ficus no exige una poda, sino una tala, porque está en una esquina muy concurrida, a la salida de la parroquia y al lado de un colegio público, y ya sabemos lo que es Triana. Una poda puede ser pan para hoy y hambre para mañana».

Ya en el año 2019 la comunidad de los dominicos señalaba a ABC que «más allá de la poda que se llevó a cabo en 2018, la parroquia plantea la necesidad del apeo del árbol , ya que está causando también serios problemas estructurales en la iglesia. Un árbol que está considerado en un nivel de «máximo riesgo» por los técnicos municipales», decía.

Tras la concesión el 31 de mayo por el gobierno local, presidido por Antonio Muñoz, del permiso de apeo del árbol (ahora con 110 años de antigüedad) a la orden de los dominicos, se esperó dos meses y medio, al 17 de agosto y en pleno verano con media Sevilla de vacaciones, para iniciar los trabajos de tala del árbol, que suscitó una enorme protesta vecinal, de repercusión en toda España.

El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, se pronunció en redes sociales sobre la tala del ficus en este sentido: «Hoy es un día triste. Nadie deseaba llegar a esta situación, pero compartimos la preocupación de la iglesia y respetamos su decisión técnica sobre el ficus de San Jacinto dado el gran riesgo para los viandantes y la estructura del edificio. La seguridad es prioritaria».

Atención: según el alcalde, el Ayuntamiento se limitó a apoyar la «decisión técnica de la Iglesia», como si fuera ésta la responsable y competente en la materia, en vez del gobierno local, que no se preocupó de encargar un informe propio sobre el estado del árbol y si era salvable, informe que contrastar con el elaborado por encargo de los dominicos.

Y prosiguió Muñoz: «Es un tramo de San Jacinto con mucha afluencia de peatones y es zona de paso tanto para el colegio, con cientos de niños, como para la iglesia a la que entran muchas personas todos los días. Una decisión difícil y triste para la ciudad y el barrio».

La Asociación Multisectorial de Jardinería Andaluza (AMJA) interpuso recurso contencioso administrativo contra la licencia y logró paralizar la tala y salvar de la muerte al árbol centenario prácticamente en el último minuto.

Y es que como consecuencia del recurso, el Juzgado de lo Contencioso
Administrativo nº 9 de Sevilla, por auto de 18 de agosto de 2022, suspendió la
ejecución del apeo mientras se resolvía la pieza separada abierta, “debiendo adoptar la administración -ordenó el juez- las medidas necesarias para evitar daños a personas o bienes que pudieran producirse como consecuencia de la paralización de estos trabajos concediendo a la administración audiencia para que en el plazo de tres días alegue lo que estime procedente”.

Desde entonces la tala del ficus, gracias a la intervención judicial, ha quedado en suspenso «sine die».

EL FICUS DEL PARTERRE

En Valencia ocurrió un caso similar con un ficus aún más monumental y antiguo ( 171 años) que el sevillano de San Jacinto, el del Parterre, del que ya hablamos en este blog en la entrada titulada ‘Sevilla pierde uno de sus ficus centenarios mientras que Valencia asegura la pervivencia del suyo más emblemático‘.

El 7 de septiembre de 2022, una enorme rama del majestuoso ejemplar se desplomó e hirió a cuatro personas. Las imágenes muestran la magnitud del suceso:

El Ayuntamiento de Valencia reaccionó encargando un informe técnico para averiguar las causas del desplome. La conclusión de los expertos fue que el mal estado de la madera en la zona interior causó el colapso y la fractura de la rama: “En el área de fractura, la madera muestra signos de pudrición, en principio a consecuencia de un vacío por la cual se infiltra agua de lluvia. En ese punto, en el interior del árbol y, por lo tanto indetectable desde el exterior, se encuentra materia orgánica en fase de descomposición a consecuencia del exceso de humedad acumulada por el agua de lluvia. Las muestras obtenidas y sometidas a cultivo permitirán identificar el/los agentes patógenos causantes”.

Y continuaban los técnicos: “se realizarán tareas de limpieza en el punto de rotura eliminando la materia orgánica en fase de descomposición y, una vez finalizada esta limpieza, y con el resultado de los análisis, se procederá a la ejecución de los tratamientos fitosanitarios pertinentes”.

Ya vimos cómo el Consistorio valenciano negoció con Repsol para que quitara una gasolinera que tenía al pie del ficus, con el fin de que las raíces del enorme árbol pudieran expandirse a ras de suelo sin encontrar obstáculos por el camino.

Tras el desprendimiento de la rama, planteó otra medida: la modificación de la acera, con el fin de liberar todavía más espacio en derredor del árbol, tal como muestra la imagen:

Y en menos de dos semanas, la Corporación municipal levantina ordenó la revisión de todo el arbolado monumental de la ciudad: 485 ejemplares, de los que 321 están catalogados como monumentales o de protección genérica y 164 como singulares o de interés local.

A título de ejemplo, como resultado de esta revisión a otro ficus de enorme tamaño se le aligeraron 3.500 kilos de peso mediante la eliminación de una rama horizontal de 1,20 metros de longitud, el recorte de las ramas más bajas y el despuntado de otras, con el fin de incrementar la vitalidad del ejemplar y su capacidad de regeneración.

Compárense, pues, las diferencias entre las actuaciones del Ayuntamiento de Sevilla y el de Valencia en dos casos similares de desprendimiento de ramas, con el resultado de personas heridas, de ficus emblemáticos de una y otra ciudad.

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