Seis de cada cien viviendas de Sevilla están vacías

Su número asciende a 18.000 pero en 2017 eran casi 23.000

La mitad están en zonas socialmente vulnerables

La cuarta parte de las viviendas del Casco Antiguo son segundas residencias

Los Remedios es el distrito con menos viviendas deshabitadas, tan sólo 158 (el 1%)

Con más de 42.500 viviendas, el distrito Este alberga el 13% de todas las de la ciudad

De las 323.928 viviendas existentes en el término municipal de Sevilla capital, 18.002 están deshabitadas, lo que supone el 6% del total en números redondos, según un estudio específico realizado por Espacio Común Coop para la Empresa Municipal de la Vivienda (Emvisesa) con datos hasta el año 2022. El número de viviendas vacías se ha reducido en casi cinco mil desde el año 2017, una disminución que se ha registrado en ocho de los once distritos de la ciudad. Sólo se ha incrementado en los distritos Norte y Este, mientras que en Sur prácticamente se ha mantenido (leve ascenso).

Las cinco mil viviendas en números redondos que han dejado de estar vacías en los últimos cinco años se han destinado, según Espacio Común Coop, en parte a creación de nuevos hogares (viviendas principales) y en parte a viviendas turísticas (viviendas secundarias).

Los autores del estudio se refieren a viviendas vacías en su concepción normativa/estadística: vivienda no principal que no soporta ninguna actividad. Si la vivienda es turística, no puede calificarse como vacía, porque aunque no albergue ningún hogar sí soporta un uso (turístico) como alquiler intermitente.

Como tendencia general, los redactores del estudio afirman que donde disminuye el porcentaje de vivienda vacía aumenta el número de hogares. Por el contrario, allí donde aumenta el número de viviendas vacías coincide con una disminución del
número de viviendas principales y por tanto de los hogares, aunque también debe tenerse en cuenta que en algunos de los distritos donde ha disminuido el número de viviendas vacías ha aumentado en paralelo no sólo el número de viviendas principales, sino también las viviendas secundarias.

Ello les lleva a establecer una relación entre ambos fenómenos, es decir, el
aumento o disminución de viviendas vacías con el aumento o disminución de
hogares, aunque esta relación no es unicausal, sino que además intervienen
otros factores que inciden en la variación del número de viviendas vacías y de
hogares.

En este sentido, el distrito que ha experimentado una mayor reducción de
viviendas vacías ha sido Casco Antiguo, con 8 puntos porcentuales
menos respecto a las estimadas en el año 2017. De dicho
porcentaje, una cuarta parte ha incrementado el número de hogares (2%) y las
otras tres cuartas partes (6%) han incrementado el número de viviendas
secundarias.

No obstante, debe tenerse en cuenta que este importante aumento del número
de viviendas secundarias no está relacionado con el fenómeno de la vivienda
con finalidad turística, ya que el número de inmuebles comercializados en esta
categoría ha disminuido entre 2017 y 2022.

También debe reseñarse como elemento positivo que una cuarta parte del
parque vacío disminuye en la misma proporción que aumenta el número de
viviendas principales y por tanto supone un aumento del número de hogares.

Los distritos de Los Remedios, Nervión y Triana han visto reducido su parque
de vivienda vacías en un 5%, todos ellos con un incremento también del número
de hogares, aunque sobre todo en Nervión y Triana, donde las viviendas
principales y secundarias han crecido cada una en la mitad de lo que ha
disminuido la vivienda vacía. Es decir, que paralelamente a la reducción de la vacía se ha incrementado, en el mismo porcentaje, un 50% la principal y otro
50% la secundaria.

También aquí debe realizarse la misma consideración que para la vivienda con
finalidad turística en el Centro Histórico, toda vez que en dichos distritos el
aumento de la vivienda secundaria no conlleva un aumento de la vivienda con
finalidad turística. Por el contrario, ha disminuido en comparación con la
estimación realizada en el año 2017.

Por tanto, en aquellos distritos con mayor atractivo para el alojamiento turístico, y
que podríamos calificar como las zonas históricas y comerciales, y en las que
los precios de la vivienda son más altos y presentan menores índices de
vulnerabilidad urbana, es donde ha disminuido el número de viviendas vacías,
habiendo aumentado en todos ellos el número de hogares y sin experimentar
un incremento del número de viviendas con finalidad turística.

Otros distritos de la ciudad han visto reducido su porcentaje de viviendas vacías, pero en número muy inferior a los antes citados: Bellavista-La Palmera, con una reducción del 2%; y Macarena, CerroAmate y Santa Justa-San Pablo, estos tres últimos con una reducción del 1%.

En todos ellos ha crecido la vivienda principal, aunque debe reseñarse el caso
de Cerro-Amate, donde junto al descenso de la vivienda vacía se acumula el mayor
incremento registrado del número de hogares, muy por encima de la reducción
de las viviendas vacías, lo que significa que la vivienda principal ha crecido
además de por la posible reducción de la vivienda vacía, por otras causas
diferentes. Es el único distrito de la ciudad en el que se produce esta particularidad.

Debe tenerse en cuenta que Cerro-Amate es uno de los distritos con menores
niveles de renta y que presenta mayores índices de vulnerabilidad urbana y
residencial, al igual que sucede con algunas zonas de San Pablo y del distrito
Macarena.

Por tanto, ocho de los once distritos de la ciudad han experimentado una reducción del número de viviendas vacías en comparación con el año 2017, existiendo otros
tres distritos donde este porcentaje no ha disminuido y que son Sur (donde prácticamente se mantiene el número, con una leve subida de un centenar), y Norte y Este-Alcosa-Torreblanca (donde se incrementa considerablemente).

En el distrito Sur el porcentaje de viviendas vacías se mantiene casi igual que el
estimado en 2017, con un leve ascenso; sin embargo, en Norte y Este-Alcosa-Torreblanca, se incrementa el número de viviendas vacías en un 4% y un 2%, respectivamente.

Debe señalarse como dato significativo que en ambos distritos el aumento del
número de viviendas vacías va acompañado de una disminución similar en
términos porcentuales del número de viviendas principales, que se reduce en un
4% en Norte y en un 2% en Este-Alcosa-Torreblanca.

Si atendemos no sólo a escala de distrito, sino a escala de barrio -donde la
proporción de vivienda vacía ha aumentado-, se puede llegar a la conclusión de que
prácticamente el 50% de la vivienda vacía existente actualmente en la ciudad
se ubica en ámbitos territoriales caracterizados, desde el punto de vista de la
población y del parque residencial, por valores de vulnerabilidad superiores a
la media.

El estudio revela que el distrito Este-Alcosa-Torreblanca es el que tiene el mayor número de viviendas de Sevilla, con 42.561, que suponen el 13% de todas las de la ciudad. Asimismo, tiene con diferencia el mayor número de viviendas principales u hogares, con 37.431, aunque la proporción es un punto mayor en Cerro-Amate.

El mayor número de segundas residencias se registra en el Casco Antiguo, con más de 8.000, lo que supone una de cada cuatro en números redondos en este distrito.

Los Remedios es el distrito con menos viviendas vacías de Sevilla, ya que sólo son 158 de las 11.818 allí existentes, lo que representa el 1% del total. Le sigue el vecino Triana, con 742, número que equivale al 3% de las 24.686 existentes en el distrito.

En el año 2017 había en Sevilla 320.927 hogares. Su número se ha incrementado al cabo de cinco años, 2022, en 3.001, hasta alcanzar la cifra de 323.928. En paralelo, la población ha pasado de 689.434 habitantes a 681.395, un descenso de 8.039.

En este sentido, los autores del estudio constatan que existe a veces un desfase no contrastable a partir de fuentes de información de origen administrativo y que aunque no es nuevo empieza sí empieza a cobrar más peso en la ciudad: el alto precio de los alquileres y la dificultad de los jóvenes para independizarse económicamente les impulsa a compartir pisos en régimen de alquiler, para gozar de cierta autonomía.

Este fenómeno no provoca la creación de nuevos hogares, porque los jóvenes que viven así no acaban de romper los lazos de dependencia -también administrativa, de padrón, correo postal, etcétera…) del hogar familiar principal.

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