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Espadas, el alcalde que va a vender la Gavidia para hotel de cinco estrellas, habla ahora de reindustrialización, economía digital y de reducir la dependencia del turismo

En el último decenio Sevilla ha perdido casi mil empresas industriales, un tercio del sector

En paralelo, el número de hoteles se ha incrementado en cerca del 40%

Funcas certifica un mayor impacto de la crisis del Covid en las regiones más dependientes del turismo, como a escala local es Sevilla

Sólo desde el verano la ciudad ha dejado de recibir un millón de visitantes y el paro afecta a más de 80.000 personas desde la pandemia

El alcalde aún está a tiempo de declarar desierto el concurso de la Gavidia y destinarla a la nueva economía digital para paliar la pérdida industrial

Espadas lleva diez años repitiendo el mismo discurso sobre la rehabilitación energética de inmuebles

Beltrán Pérez pretende que con fondos europeos se ejecuten proyectos del programa con el que perdió las elecciones

El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la sociedad municipal Contursa, ha organizado en Fibes el congreso ‘Space 5.0 Sevilla Virtual Summit’, en el que han participado una treintena de directivos de empresas de la industria aeroespacial, la innovación y la economía digital.

Según la nota de prensa oficial, el alcalde Espadas les habló, entre otros temas, de innovación, tecnologías, economía digital y economía 5.0, y de la reindustrialización de Sevilla desde un punto de vista metropolitano, que contribuya a la diversificación del tejido productivo y reduzca la dependencia de los servicios y, sobre todo, del turismo.

“Las estrategias frente a esta recesión económica provocada por la pandemia de la COVID-19 deben pasar por la sostenibilidad como elemento capital y por la transformación del tejido productivo”, ha considerado el regidor, quien además ha expuesto ante los directivos e instituciones presentes en el Space and Industrial Space 5.0 Sevilla Virtual Summit los atractivos de Sevilla como ciudad para la inversión. Entre estos, ha destacado el Parque Científico y Tecnológico Cartuja, el Puerto de Sevilla, el parque aeroespacial Aerópolis, los parques empresariales distribuidos por la ciudad, el talento emanado de las universidades sevillanas y, dentro de éstas, de la Escuela Superior de Ingenieros.

“Esta es la apuesta de ciudad. Estamos -ha dicho el alcalde en alusión a la inyección de dinero de la Unión Europea- ante una cantidad de fondos que nos permiten acelerar el proceso de transformación de nuestro sector productivo. Son oportunidades para la ciudad y para sus empresas”.

El alcalde trasladó su mensaje por videoconferencia a los congresistas

Habrá que convenir en que Espadas, como San Pablo, se ha caído del caballo y se ha convertido de la noche a la mañana en apóstol de la economía digital y de la reindustrialización, porque se trata de la misma persona que está a punto de, tras recalificarla, vender la antigua comisaría de la Gavidia para hotel de cinco estrellas y ha desechado otros usos posibles vinculados a esos de la economía digital de los que ahora se muestra un ferviente converso.

EL DEBATE SOBRE LA GAVIDIA

Casi tres años después de su celebración, he de recordar el acto que en el teatro Duque organizó Comisiones Obreras sobre ‘La Gavidia a debate. Titularidad pública para las necesidades ciudadanas’ y en el que participaron la decana del Colegio de Arquitectos, Cristina Murillo; Julián Sobrino, profesor de la Universidad Hispalense; el periodista Carlos Mármol, ex subdirector de Diario de Sevilla, y quien suscribe.

Allí, entre otros extremos, hablamos justamente de las posibilidades que para la economía digital 4.0 (Espadas, como todo buen neoconverso, ya nos ha adelantado y va por la 5.0 a juzgar por el título del congreso en el que ha intervenido) que tenía el edificio desde una óptica de estrategia de ciudad en vez de destinarlo a centro comercial (como pretendía Zoido) o a hotel (como va a hacer Espadas), no por condenar este tipo de actividades, sino porque Sevilla ya estaba entonces, y más aún ahora (inauguración posterior del macrocentro comercial Lagoh, por ejemplo) suficientemente dotada de los mismos.

Interior del centro comercial Lagoh, en Palmas Altas

Y sacamos a colación ejemplos en esa línea alternativa en otras ciudades que podían servir de referencia para Sevilla, como Bilbao, que había captado a Digipen, universidad privada especializada en videojuegos, sector que mueve más dinero que el del automóvil; Madrid, que fue a la busca de TecnoShop, cadena de centros tecnológicos con más de 10.000 asociados en todo el mundo, y Barcelona, con su red de centros de fabricación digital (FabLab) en cada uno de sus distritos, conforme a la nueva cultura «maker».

https://www.manueljesusflorencio.com/2018/01/debate-sobre-la-gavidia-o-economia-digital-o-equipamiento-publico/

De forma premonitoria hablamos en aquel acto de no apostar, como estrategia de ciudad, por un monocultivo económico ni poner todos los huevos en la misma cesta por el riesgo que supondría que estallara la potencial burbuja turística que se estaría formando en Sevilla. Pues bien, desgraciadamente, el equivalente al estallido de la burbuja turística ha sido la aparición del coronavirus, que ha hundido al sector en todo el mundo y también en nuestra ciudad, en la que el turismo extranjero prácticamente ha desaparecido en este segundo semestre y el nacional se ha reducido enormemente, hasta el punto de que hoy sólo tenemos una cuarta parte del turismo que hace un año:

https://www.manueljesusflorencio.com/2020/10/sevilla-ha-perdido-mas-de-medio-millon-de-turistas-en-el-verano-del-coronavirus/

EL IMPACTO DEL COVID, MAYOR EN ZONAS TURÍSTICAS

Al mismo tiempo que Juan Espadas intervenía ante los directivos reunidos en Fibes en ese congreso ‘Space and Industrial Space 5.0 Sevilla Virtual Summit’, se conocía el informe de la Fundación Funcas titulado ‘Covid-19: impacto económico y social’, según el cual la crisis económica causada por el coronavirus ha afectado especialmente a las regiones españolas más dependientes del turismo y de los servicios en general (como a escala local es el caso de nuestra ciudad), mientras que las comunidades con una economía más orientada a la industria y la agricultura han resistido mejor: tanto una como otra han mantenido su actividad sin cambios durante gran parte de la crisis o incluso la han incrementado.

Según la reseña de El Economista, en el caso de las Islas Baleares (que por su dependencia del turismo sería equiparable a escala regional a Sevilla en el ámbito municipal) se espera una recesión del 22% en 2020, la mayor de España. Si la renta per cápita nacional media es 100, la de las Islas Baleares era un 106,5 en 2019. Las crisis del Covid provoca un desplome en este indicador hasta el 93,4, por debajo de la media de España por primera vez en la serie que publica el INE desde el año 2000.

Desde Funcas destacan que la economía balear es, con gran diferencia, la que peor ha evolucionado desde el inicio de la pandemia. Su estructura productiva es la que parte con más desventaja de todas las comunidades autónomas. Así, el peso de los sectores menos afectados por la crisis (servicios de las administraciones públicas, sector primario, industria alimentaria) es de sólo el 16%, en comparación con una media nacional del 23,8%, y al mismo tiempo, el peso de los servicios más afectados es el más alto de España, un 41,4% frente al 28,6% de media.

Los principales indicadores confirman que el impacto de la crisis sobre cada comunidad autónoma está determinado, en gran parte, por el peso de cada sector dentro de su estructura productiva, en línea con los análisis realizados al comienzo de la pandemia. Los sectores más afectados han sido servicios como hostelería, transporte y cultura, y en menor medida comercio, debido a la casi desaparición del turismo internacional y las restricciones a la actividad y a la movilidad.

En la industria, las ramas más castigadas al principio de la crisis fueron el automóvil y el textil y confección, aunque tras el confinamiento su recuperación fue muy rápida. Por el contrario, el sector primario y la industria agroalimentaria, además de los servicios de Administraciones Públicas, sanidad y educación, apenas se han resentido.

En cuanto al mercado laboral, «la caída del empleo ha sido limitada gracias a los Erte  o las prestaciones extraordinarias para autónomos. No obstante, tanto el descenso de la afiliación como el recurso a dichos esquemas reflejan el mismo patrón regional diferencial». Así, las turísticas Baleares y Canarias son las comunidades donde mayor ha sido el impacto sobre el empleo, tanto por la caída en el número de afiliados como en términos de empleo efectivo (es decir, excluyendo los trabajadores en situación de Erte y los autónomos con prestación extraordinaria de la cifra total de afiliados). Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha son las regiones donde el volumen de empleos afectados ha sido menor según ambos criterios.

SEVILLA, OCHO MESES CON MÁS DE 80.000 PARADOS

A escala local, en Sevilla la pérdida sólo entre julio y octubre de casi un millón de turistas (en concreto 995.861) se ha traducido en que desde el estallido de la pandemia en marzo acumulemos ocho meses consecutivos con más de 80.000 parados en la ciudad, y ello pese al efecto mitigador de los Erte, sin los cuales probablemente serían más de 100.000. Esta es la consecuencia de nuestra elevada dependencia del sector turístico, que según ha dicho alguna vez el alcalde aporta entre el 17% y el 18% de la riqueza de la ciudad (estimación a ojo, ya que no existe medición oficial del Producto Interior Bruto de ningún municipio, según me ratifican dos profesores universitarios).

Vaya por delante que yo no estigmatizo de ninguna manera, sino todo lo contrario, al sector turístico, máxime habiendo publicado en Amazon tres guías turísticas. La nuestra, conforme a la Constitución, es una sociedad de libre mercado y si los inversores apuestan por abrir hoteles y/o negocios conexos en Sevilla será porque creen que ha habido -hasta la aparición de la pandemia al menos- volumen suficiente de turistas para sostener un creciente número de establecimientos. Al fin y al cabo, arriesgan su dinero, tanto para ganarlo como para perderlo, ya que la competencia y el riesgo son inherentes a la sociedad de libre mercado. Gozan, pues, de todos mis respetos, como no puede ser de otra forma.

Reconversión de edificios en la plaza de la Magdalena para nuevos hoteles

El resultado de esta gran apuesta por el desarrollo del sector turístico local se pone de manifiesto en la evolución del número de hoteles y de plazas de alojamiento en Sevilla capital según los datos de la Delegación Provincial de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía. En 2010 había en la ciudad un total de 338 establecimientos, de todas las categorías (desde pensiones hasta hoteles de cinco estrellas gran lujo); en 2020, el número es de 463, es decir 125 más y un incremento del 37% en números redondos. Y se ha pasado de 27.362 a 33.637 plazas hoteleras (incremento del 23% en números redondos).

Evolución de la planta hotelera de Sevilla en el último decenio. Fuente: Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía

Como, pese a lo que digan los políticos en sus declaraciones, no existen mediciones del Producto Interior Bruto de ciudades, para tratar de aproximarnos al «peso» de cada sector en Sevilla capital con datos objetivos he recurrido a la evolución del número de empresas por sectores económicos según diversos informes del Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) en un periodo similar (2010-2019, los últimos disponibles), para comparar así su evolución con la del número de hoteles como máximos exponentes del sector turístico:

Los números son concluyentes. En el último decenio, la ciudad de Sevilla ha perdido 968 de las 2.876 empresas industriales que tenía, es decir un tercio de su sector industrial (33,65%). Aunque también ha visto disminuido en 851 el número de firmas del sector Servicios, al que pertenece el turismo y más concretamente el subsector hotelero, la elevada cantidad de compañías de aquél (43.207 en 2010) reduce la proporción al 2% en números redondos, cifra similar al de la Construcción (76 empresas desaparecidas).

LA CENICIENTA DE LA ECONOMÍA LOCAL

Es más, a partir de 2017 se produce un acelerado proceso de recuperación en este último sector, en el que se inició la crisis de 2008 y cuyo censo de compañías se ha incrementado en 564 en tan sólo un trienio y está ya a punto de volver a la dimensión que tenía hace diez años. Se echa en falta en los informes socioeconómicos del CESS una mayor segregación en subsectores para considerar aparte el hotelero al menos o uno más amplio turístico, que no se reduce a la hostelería.

Dentro del sector Servicios destaca la pérdida «silenciosa», que no se hace notar ante la opinión pública tanto como, por ejemplo, la hostelería, de empresas del sector sanitario y educativo durante los años de la crisis económica previa a la de la pandemia del coronavirus. En este subsector han desaparecido casi tantas firmas como en la industria: 893, el doble que en el comercio (476) y el triple que en el transporte (247), mientras que en el balance del decenio hay 410 empresas más en la hostelería y 376 más en la banca y seguros. Otro subsector que ha crecido ha sido el de la información y comunicaciones, con 159 empresas más que hace diez años.

Grosso modo, en el decenio analizado ha crecido en más de un tercio el número de hoteles en Sevilla capital al tiempo que se ha reducido en otro tercio el número de empresas industriales.

Por tanto, la industria se ha convertido en la Cenicienta de la economía sevillana, que se ve desequilibrada, con una sobreponderación, como se diría en el mundo bursátil -aunque este término no está admitido aún por la Academia de la Lengua- del sector Servicios (hoteles, hostelería) y una infraponderación del sector industrial.

En una sociedad de libre mercado como la nuestra no se puede impedir por decreto que se inauguren hoteles en la ciudad ni que deje de crecer el sector turístico, pero ya que el sector privado atiende de tan eficaz manera a la demanda existente hasta la fecha (no en vano Sevilla se ha llenado de turistas), lo mínimo exigible al Ayuntamiento de Espadas es que no lo engorde aún más con operaciones como la venta de la Gavidia para un hotel de cinco estrellas y que destine en la medida de lo posible el patrimonio público existente a albergar industrias o firmas de esa economía digital a la que ahora parece, POR FIN, haberse convertido.

La antigua comisaría de la Gavidia, en pleno corazón de la ciudad

Al alcalde hay que reprocharle que habiendo tenido la posibilidad de destinar la Gavidia a usos alternativos como la economía digital la vaya a vender para otro hotel, cuando ya hay 463 establecimientos hoteleros en la ciudad. Tuvo la oportunidad de hacer eso que ahora proclama de «diversificar el tejido productivo y reducir la dependencia de los Servicios y, sobre todo del turismo», pero aún no la ha aprovechado y va en sentido contrario con la antigua comisaría: el de incrementar la dependencia del turismo, con la consecuencia de que cuando estalla una crisis como ésta del Covid nos ocurre lo que dice la Fundación Funcas en su informe. Su impacto es mucho mayor en una zona especializada en turismo que en una economía diversificada.

¿Y por qué se han perdido casi mil empresas industriales, un tercio del sector, en diez años y qué ha hecho el gobierno de la ciudad ante ese acelerado proceso de destrucción? ¡Si la iniciativa ‘Sevilla es industria’, que no parece que haya podido revertir la situación, fue impulsada por el sindicato Comisiones Obreras y el resto de agentes sociales en vez de por el Ayuntamiento, que es el que tendría que ir en vanguardia! ¿Cuáles son las causas de esa pérdida industrial? ¿Se ha hecho algún estudio en profundidad al respecto? Si no sabemos las causas ¿cómo podremos ponerle remedio?

DIEZ AÑOS HABLANDO DE ENERGÍA

El alcalde ha hablado ante los directivos en el congreso ‘Space and Industrial Space 5.0 Sevilla Virtual Summit’ de la rehabilitación energética de viviendas para mejorar los barrios desfavorecidos y contribuir a la lucha contra el cambio climático. Recuerdo que Espadas hizo bandera de este tema cuando era senador y líder de la oposición municipal a Zoido, hace ya casi un decenio. Yo le dediqué un primer artículo elogioso a su propuesta, que motivó incluso un encuentro entre ambos al respecto, y años después, otro titulado ‘La transición energética (de Espadas)’:

Pues bien, Espadas lleva seis años en la Alcaldía, y ¿cuál es su balance al respecto? ¿Al margen de su adhesión a proyectos de la Junta para el ámbito educativo, cuántas viviendas de la ciudad se han rehabilitado energéticamente por iniciativa municipal tras una década con el mismo discurso?

Por otra parte, el alcalde que ahora aboga públicamente por la reindustrialización y ofrece a los directivos de la economía digital el puerto, entre otros espacios, es el mismo que desde el Ayuntamiento ha impulsado la recalificación de suelo industrial del puerto para favorecer la implantación de otro centro comercial más (que bien podría ubicarse en suelos distintos mejor que aquí), Sevilla Park, lo que supondrá pérdida de suelo industrial. ¿Dónde está la coherencia en el discurso y el modo de actuar del alcalde? Es otro caso parecido al de la Gavidia, pero dado el tamaño de la operación portuaria, multiplicado por equis más.

Recreación del proyecto comercial Sevilla Park en terrenos a recalificar en el puerto

En resumen, Espadas dice una cosa y hace otra en materia de industrialización y de reducción de la dependencia del sector Servicios y, especialmente, del turismo.

BELTRÁN PÉREZ, MÁS DE LO MISMO

La intervención del alcalde coincidió también con una reunión del líder de la oposición municipal, Beltrán Pérez (PP), con la Asociación de Empresarios del Sur de España (Cesur) para abordar la presentación de proyectos que puedan ser financiados con cargo a los fondos europeos para la reconstrucción post Covid.

El portavoz del PP ha declarado que ha enviado una carta al alcalde para proponerle la ejecución de varios proyectos del programa con el que el propio Beltrán Pérez se presentó a las pasadas elecciones municipales y que no cosechó los suficientes votos para darle la Alcaldía.

Reunión de Beltrán Pérez con la Asociación de Empresarios del Sur

Por tanto, en este año y medio el PP local no ha concebido ninguna nueva idea y pretende de forma insólita y vicaria que Espadas ejecute parte del programa derrotado en las elecciones locales. Por ende, en ese programa y en esa carta se aspira a recuperar proyectos antiguos de otros partidos ¡contra los que en su día votó el PP! Más insólito todavía. Alguno ya los comenté en su momento en estas mismas páginas, como el de soterrar el tráfico en el Prado de San Sebastián para crear una de las mayores plazas de Europa:

https://www.manueljesusflorencio.com/2019/03/la-plaza-del-siglo-xxi-prado-de-san-sebastian/

y la construcción de una macrosede administrativa en la que concentrar todos los servicios municipales dispersos por la ciudad:

https://www.manueljesusflorencio.com/2019/02/incoherencias/

El otro proyecto del que habla Beltrán en su carta al alcalde es la creación de un anillo verde por los márgenes de la ronda de circunvalación SE-30.

Aunque para el líder del PP sus proyectos sean «verdaderamente transformadores en lo social, económico y lo ecológico», dejando aparte el del pulmón verde de la SE-30 por su distinta naturaleza, los otros dos son de carácter urbanístico-constructivo (más ladrillo) y no ponen el foco en el problema de fondo que tenemos en Sevilla y que muestran los datos de evolución empresarial de los informes del CESS: la galopante destrucción de nuestra industria y la excesiva dependencia del turismo dentro del sector Servicios.

Sede para Urbanismo que en la Cartuja diseñó Carbajal y que nunca se llegó a hacer

Confiemos en que, al igual que apunta Espadas en su conversión a la economía digital (¡aún está a tiempo, para demostrar su nueva fe, de declarar desierto el concurso de venta de la Gavidia y liderar su transformación para lo del 5.0!), Beltrán Pérez también haga su particular camino de Damasco y halle fuentes de inspiración para presentar un programa renovado, que no pase por repetir o reciclar proyectos antiguos de terceros que en su día ni siquiera apoyó su propio partido.