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La cripta del Patio de Banderas

El Consejo de Gobierno del Patronato del Alcázar ha sido el escenario de un debate patrimonial sobre el futuro del yacimiento arqueológico descubierto durante las excavaciones que vienen realizándose desde hace años en el Patio de Banderas, que han obligado a acotar una buena parte del espacio y que han roto la estampa clásica de uno de los lugares más típicos de Sevilla.

En el Patronato se formaron dos grandes bandos: el de los partidarios de no enterrar los restos, cuya consecuencia sería la materialización del proyecto de exhibirlos al público en una especie de cripta cubierta, al modo del Antiquarium bajo el mercado de la Encarnación, y el de quienes, por el coste de materializar el proyecto y las restricciones impuestas por el Plan de Ajuste debido a la crisis económica, abogaban por esperar a tiempos mejores, por lo que la consecuencia lógica sería el enterramiento para preservar los testimonios del pasado y evitar su deterioro por las inclemencias meteorológicas y el riesgo de expolios.

Recuérdese en este sentido que en noviembre de 2012, en el que se registraron abundantes lluvias, se formó una bolsa de agua en uno de los laterales de la carpa que cubre las excavaciones y aquélla provocó el deslizamiento del cajón de obras. Aunque la incidencia no acabó afectando a los hallazgos, el riesgo al aire libre siempre existe.

SOLUCIÓN SALOMÓNICA

Para evitar someter a votación la cuestión, se acordó por asentimiento encargar un informe técnico que señale “las distintas vías para poner en valor los restos arqueológicos e incluso fórmulas alternativas para que los ciudadanos puedan observarlos mejor y los trabajos que allí se desarrollan”.

Se trata de una fórmula diplomática de diferir ‘ad calendas graecas’ el proyecto de la cripta, dado su coste inicialmente previsto pero que como suele ser habitual en estos casos podría encarecerse notablemente a la hora de la verdad: 3,5 millones de euros.

En los últimos años, el Patronato del Real Alcázar ha promovido una intensa campaña de excavaciones arqueológicas en el Patio de Banderas, donde de hecho se ubicaría el primitivo acceso al recinto fortificado. En este enclave, pero en 1974, el arqueólogo Manuel Bendala Galán había descubierto unos restos arquitectónicos de época medieval que él atribuía entonces a una antigua basílica paleo cristiana.

Continuando con las catas arqueológicas antaño realizadas por Manuel Bendala Galán y otra investigación impulsada en 1999, las nuevas excavaciones han propiciado en los últimos tiempos la identificación del más antiguo vestigio de ocupación humana de la ciudad, fosas y un fondo de cabaña con restos de lo que pudiera haber sido una cocina utilizada allá por el siglo IX antes de Cristo.

Los arqueólogos han descubierto también restos de muros correspondientes a un antiguo edificio de la Hispalis romana. Se trataría de un edificio datado en el siglo I antes de Cristo, del periodo republicano, y de gran tamaño dada la envergadura de sus sillares. Según ha detallado Miguel Ángel Tabales, director de estas nuevas labores, estos vestigios arquitectónicos podrían haber correspondido a un almacén quizá relacionado con el puerto de la antigua ciudad romana.

HISTORIA CONTINUADA

Siguiendo la secuencia cronológica, los investigadores han descubierto además restos arquitectónicos datados en el siglo V después de Cristo y relativos a un edificio religioso perteneciente a la cultura paleo cristiana, así como vestigios de otro edificio levantado en torno al siglo VII sobre este último y también asociado al culto cristiano.

  «No hemos encontrado la basílica que Manuel Bendala Galán pensaba que estaba en este entorno», ha dicho no obstante el arqueólogo director del Real Alcázar. Las ruinas más recientes halladas en el yacimiento, según Tabales, corresponden al viario público y los alzados de un barrio de la antigua medina islámica, restos datados estos últimos en el siglo XI después de Cristo. En resumen, para el equipo arqueológico el valor de los vestigios hallados en el Patio e Banderas es que los estratos muestran restos de la historia de Sevilla en un mismo lugar desde el siglo IX antes de Cristo hasta el siglo XXI de nuestra era.

La Gerencia de Urbanismo redactó  un proyecto integral destinado a instalar sobre el yacimiento arqueológico una «cripta» que acoja las ruinas y permita su visita. Su presupuesto estimado es de 3,5 millones de euros y tendría un plazo de ejecución de aproximadamente 20 meses. Incluiría un «centro de interpretación» en la casa número 15 del Patio de Banderas, cuya cesión reclama el Consistorio hispalense a la Dirección Nacional de Patrimonio del Estado. El proyecto, además, incluye la construcción de un túnel que conecte el futuro centro de interpretación con la propia cripta arqueológica.

CONCENTRACIÓN EN TORNO AL ALCÁZAR

Una cosa es el valor científico de los hallazgos arqueológicos, sobre los que incluso hay discrepancias según los expertos a los que se pida opinión, y otra su atractivo turístico que justifique la realización en estos momentos de crisis de un proyecto aledaño al Alcázar y que requeriría una inversión que muy probablemente superará los 3,5 millones de euros.

Según las fuentes consultadas, en Sevilla se han tapado anteriormente restos arqueológicos de igual o superior valor a los hallados en el Patio de Banderas, en cuyas excavaciones no se ha encontrado material que suponga un gran gancho para los visitantes, como sería el caso de los mosaicos romanos bajo el mercado de la Encarnación, sino sólo muretes y segmentos estratigráficos que no suponen una justificación taxativa para la fuerte inversión proyectada, máxime cuando el Ayuntamiento ni siquiera ha conseguido todavía del Gobierno de la nación la cesión de la casa del Patio de Banderas donde instalar el centro de interpretación y conectarla mediante un túnel a cinco o seis metros de profundidad con la futurible cripta. Ello equivaldría a empezar la casa por el tejado.

Por otra parte, se recuerda el escaso aprovechamiento turístico de la cisterna romana hallada en la Pescadería y preservada a modo de cripta. Aunque se dijo en su momento  que sería uno de los hitos turísticos para enlazar el Alcázar con las ruinas halladas bajo la Encarnación, lo cierto es que la cisterna ha acabado abandonada a su suerte y sólo se abre al público en contadas ocasiones, como alguna Noche en blanco por la cultura.

Por ende, el conjunto del Alcázar, declarado Patrimonio de la Humanidad, tiene tal potencia cultural y turística ‘per se’, que la adición de la cripta no es esencial para garantizar una mayor afluencia de visitantes. Dicho de otro modo: no por construir la cripta arqueológica en el Patio de Banderas puede pensarse en que se incrementará el número de turistas al Alcázar, cuando lo que interesa a la ciudad es potenciar otras zonas como el sector Norte del Casco Antiguo u otros atractivos actualmente fuera de la vista del público.

ORFANDAD DEL CARAMBOLO

Recuérdese que el Tesoro del Carambolo, que bien publicitado podría ser un foco cultural y turístico de primer orden, no se exhibe al público y sigue encerrado en la caja fuerte de un banco porque la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento han sido incapaces de acordar la fórmula para repartirse el pago de los 145.000 euros anuales que costaría su vigilancia y seguridad.

Si, pese a ser el propietario de esa maravilla de la orfebrería, el Ayuntamiento no está dispuesto a sufragar siquiera el 50% de una factura de 145.000 euros, más difícil sería para Zoido justificar un gasto en tiempos de crisis de 3,5 millones de euros (daría para poder exhibir durante 24 años el Tesoro del Carambolo y 48 años si el coste de la vigilancia lo paga a medias la Junta de Andalucía) que podrían tener un uso alternativo más rentable turística y culturalmente para la ciudad.

El debate patrimonial sobre el proyecto de cripta en el Patio de Banderas se ha producido justo una semana después del desalojo de la iglesia de San Roque por la rotura del cordón inferior de las cerchas metálicas que soportan las cubiertas y que implican el riesgo de un derrumbamiento inminente. Salvar San Roque cuesta 500.000 euros, siete veces menos que mostrar los restos hallados en el Patio de Banderas.

Podría argüirse que al fin y al cabo la conservación de la iglesia de San Roque es responsabilidad de su propietaria, la Diócesis de Sevilla, pero el Ayuntamiento también es dueño de bienes de interés cultural de primerísima categoría, como la fábrica de artillería de San Bernardo, por cuya “situación de deterioro y riesgo de desprendimientos” Urbanismo prohibió hace unos meses que por su interior discurriera la procesión del Corpus Christi.

Afortunadamente, el gobierno de Zoido ha reservado 500.000 euros en los Presupuestos de 2014 para reparar la zona de cubiertas más deteriorada de la antigua fábrica, la conocida como ‘la catedral’.

Con los 3,5 millones de euros de la cripta del Patio de Banderas se podría multiplicar por siete la intervención en la rehabilitación de Artillería, que podría servir de inmenso contenedor cultural para la ciudad (desde museos a todo tipo de equipamientos)  y convertirse en un foco de atracción lejos de los trillados circuitos habituales en torno a los tres monumentos Patrimonio de la Humanidad.

Dado que con el enterramiento de los restos arqueológicos hallados en el Patio de Banderas se preserva su integridad para el futuro;  que nos hallamos en una situación de crisis en que hay que medir la rentabilidad de los escasos fondos públicos disponibles y la gran cantidad de inmuebles necesitados de rehabilitación, el proyecto de la cripta puede esperar.

Cultura de pasarela

Aún resuenan los ecos de la polémica entre el Ayuntamiento, propietario del Tesoro del Carambolo, y la Junta, su tutora legal, a cuenta de los 150.000 euros necesarios para pagar el servicio de vigilancia que permitiría su exposición en el Museo Arqueológico y convertirlo así en un atractivo turístico que genere riqueza durante todo el año para la ciudad.

Con lo fácil que sería acordar el abono al 50% de la factura de seguridad (75.000 euros cada uno), pero en último extremo el pretexto invocado para no hacerlo es que carecen de presupuesto cultural suficiente debido a la necesidad de recortar el déficit.

En los últimos años, el Estado, la Junta y el Ayuntamiento le han reducido en conjunto el presupuesto a los dos buques-insignia sevillanos, el Teatro de la Maestranza y la Real Orquesta Sinfónica, en cuatro millones de euros al primero y en un millón de euros a la segunda.

Para tratar de sobrevivir a las tijeras de los políticos, el Maestranza ha tenido que lanzar una campaña de captación de micromecenazgo entre las empresas y particulares en la declarada por la Unesco Ciudad de la Música, un título al que no le hacen honor en sus Presupuestos ni el Ayuntamiento ni la Junta.

      TIJERETAZOS POR DOQUIER

      Falta de dinero y necesidad de afrontar la herencia recibida fueron los argumentos de la delegada municipal de Cultura, Mar Sánchez Estrella, cuando el año pasado presentó las grandes líneas de su gestión, basada en un recorte generalizado en las ayudas a la creación, festivales y salas culturales.

Para ahorrar, abogaba por convertir en bienales festivales con la promesa de incrementar la aportación más adelante. El South Pop, Alamedeando, el Fest, Zemos 98, Perfopoesía, la Muestra Internacional de Investigación Teatral….. fueron las principales víctimas de la nueva política de austeridad, y luego las promesas se las llevó el viento.

A Perfopoesía le negaron los 18.000 euros prometidos; al Mes de la Danza lo dejaron con 20.000 euros menos; Territorios ha pasado en un trienio de contar con una ayuda de 182.000 euros a 90.000 primero y a 75.000 después. El Southpop no se celebró bajo la promesa de que este año le otorgarían 45.000 euros, luego reducidos a 38.000; el salón del Manga fue dejado en cero euros; a Escena Mobile los recortes le privaron del 50% de la asignación; a Circada le rebajaron un 38%….

Tampoco es de extrañar el cierre de Endanza y del teatro-sala Fli, y que las bibliotecas municipales no se hayan abierto  durante meses por las tardes, coincidiendo además con la época de los exámenes estudiantiles, debido a la falta de personal, al no haber dotación económica para cubrir el déficit de 32 bibliotecarios existentes de atender lo dispuesto en el Plan Director.

      Y EN ESTO, LAS ‘SANTAS’

      No hay dinero, pues, para el Carambolo, el Maestranza, la Sinfónica, los festivales, las salas, las bibliotecas….. y, sin embargo, el Ayuntamiento ha destinado 275.000 euros, más 150.000 (en total, 425.000) de un patrocinio del BBVA a organizar en el convento de Santa Clara el evento ‘Santas de Zurbarán. Devoción y Persuasión’, que desde el 3 de mayo hasta el 20 de julio (dos meses y medio ) combina pintura, moda, música y danza. El presupuesto no incluye otros gastos asimilables a la iniciativa, tales como los arreglos y obras de adaptación realizados en el espacio expositivo, más la devolución del dinero a los espectadores de otros actos culturales que ha habido que cancelar por coincidir con las ‘Santas’.

Tampoco tengo claro si abarca el espectáculo-prólogo  encargado a Eva Yerbabuena (podría haber costado 70.000 euros)  y que según quienes pueden opinar con criterio logra momentos fascinantes pese a estar condicionado por la exhibición de un vestuario poco apropiado para el baile.

Al tratarse de una inversión de dinero público y de un espectáculo representado sólo cuatro noches en un aforo de 400 localidades, el Ayuntamiento debería haber tratado con antelación suficiente de invitar a productores y programadores culturales europeos para que, tras presenciarlo en vivo, hubieran considerado la posibilidad de incorporarlo a sus ofertas el próximo verano.

Sin embargo, Zoido convirtió la noche inaugural en un acto de relumbrón social para los invitados exclusivos del Ayuntamiento. Así se perdió, probablemente, la oportunidad de exportarlo más allá de Málaga y, quizás, de Roma.

      ORDEN DE PRIORIDADES

      El evento tiene aspectos positivos, desde haber logrado la restauración de los cuadros de Zurbarán existentes en nuestro Museo de Bellas artes hasta la cesión y exposición en Sevilla de las ‘Santas’ que cuelgan en museos del extranjero; la proyección mediática por la fama de los diseñadores de papel cuché elegidos para inspirarse en los diseños del pintor y la demostración de que es posible la producción propia de eventos culturales con recursos endógenos, porque uno de nuestros activos menos aprovechados es justamente nuestro potencial cultural.

Ahora bien, a la espera de hacer balance en julio, cabe preguntarse si en el orden de prioridades de Sevilla debe ocupar el vértice de la pirámide las ‘Santas’ o bien nuestras recortadas estructuras culturales; si un evento a un coste superior a esos  425.000 euros oficiales para sólo dos meses y medio o todo lo que da vida a la ciudad durante un año entero.

Las ‘Santas’ se me antoja una buena y original idea para tiempos de bonanza económica pero cuestionable en época de crisis y recortes. Son como la guinda del pastel cultural. El problema es cuando la guinda crece a costa del pastel que la sostiene.

El vigilante

La petición del Metropolitan Museum de Nueva York de al menos dos piezas del Tesoro del Carambolo para su exposición el año próximo en la ciudad de los rascacielos ha desnudado las vergüenzas de la Cultura española: el Ministerio, titular del Museo Arqueológico hispalense (donde debe mostrarse en nuestro país el Tesoro tartésico o fenicio) y que se reclama instancia última para otorgar el permiso, se ha enterado del asunto por la prensa en vez de por el Ayuntamiento o por la Junta de Andalucía; el Consistorio sevillano, dueño de las joyas, filtró interesadamente la solicitud al tiempo que su predisposición favorable a otorgarla, para así dejar en evidencia al Gobierno autónomo y para que la opinión pública se preguntara por qué se podrían ver en la Gran Manzana mientras que en Sevilla permanecen ocultas en una caja fuerte por falta de custodia; y la Junta de Andalucía, que dice se gastó un millón de euros en reformar el Museo Arqueológico para la exposición permanente del Tesoro, se defendió achacando a los recortes de Rajoy la falta de los 150.000 euros anuales que cuesta su vigilancia, para justificar por qué no puede exhibirlo y la razón de su devolución a la cámara acorazada de un banco.

Ciento cincuenta mil euros, pues, es la diferencia entre que se exponga y se deje de exponer unas de las mejores piezas de orfebrería de la Antigüedad de todo el mundo y el motivo final de las trifulcas entre las tres Administraciones Públicas de este reino de taifas llamado la España de las Autonomías.

Pues bien, mientras las Administraciones de distinto signo político se han tirado simbólicamente las piezas del Carambolo por ver quién paga y deja de pagar la factura de su custodia, y en su desacuerdo prefieren que el Tesoro duerma desde hace 50 años en un banco o que se vea en Nueva York antes que en Sevilla, todos los políticos del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía se felicitan sin excepción por el acuerdo -más bien novación del mismo- en virtud del cual se cede a la Fundación Cajasol (ojo, no a la Obra Social de La Caixa, con todo su dinero y experiencia en los Caixaforums) del así redivivo Antonio Pulido (la función crea el órgano) las Atarazanas a cambio de 10 millones de euros de entrada inicial y 75 letras de 200.000 euros anuales. Repito: tan sólo 200.000 euros al año.

Conclusión: ese dinero sólo llega para pagar la factura del vigilante.

Y ya puestos a vigilar, ¿no habría sido mejor haber optado por la vigilancia del Carambolo antes que la de las Atarazanas?

Desprecio

El Ayuntamiento de Camas está organizando para el próximo mes de abril una exposición sobre el tesoro del Carambolo, su rol en la historia y génesis del municipio -en cuyo término se descubrió aquél en el año 1958- y de las antiguas culturas de la comarca del Aljarafe. Por este motivo ha pedido a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y a la Corporación municipal sevillana que por lo menos les cedan alguna de las réplicas que del tesoro talló el gran orfebre Fernando Marmolejo, pero ninguno de las dos se ha dignado contestarle. El Consistorio sevillano y la Consejería se pavonean por que el Metropolitan Museum de Nueva York haya solicitado  la cesión no de la réplica de las joyas milenarias, sino del original del Carambolo, pero pasan olímpicamente cuando la solicitud de la copia proviene del pueblo al que moralmente pertenece el tesoro por haberse extraído de sus tierras. Y luego en Sevilla se escandalizan por que el Museo del Prado desoye su reivindicación sobre la Inmaculada de Los Venerables, uno de los murillos expoliados por los franceses.