Sevilla recuperó en junio el 88,5% de los viajeros y de las pernoctaciones nacionales que tuvo en el mismo mes previo al coronavirus

En el caso de los turistas y pernoctaciones de origen internacional la proporción fue inferior al 25%

En turismo, al igual que en cualquier otro sector económico o actividad humana, del metafórico vaso se puede fijar la atención en la parte que está más llena o en la que está más vacía. Los datos del Instituto Nacional de Estadística referidos a junio del año en curso revelan que, especialmente en el caso de los turistas foráneos, Sevilla está aún lejos de los registros del junio anterior al estallido del coronavirus, pero se queda muy cerca de recuperar las cifras de turistas y pernoctaciones hoteleras de origen nacional de aquel entonces.

La ciudad registró el pasado junio 120.744 viajeros, una cifra que supuso 119.321 menos que los que se contabilizaron en el mismo mes de 2019, antes de la pandemia, y que ha supuesto una caída de casi la mitad.

Los datos vuelven a poner de manifiesto, tal como vimos en anteriores informes https://www.manueljesusflorencio.com/2020/10/sevilla-ha-perdido-mas-de-medio-millon-de-turistas-en-el-verano-del-coronavirus/

https://www.manueljesusflorencio.com/2021/01/la-facturacion-de-los-hoteles-de-sevilla-ha-caido-en-un-80-en-el-ano-del-coronavirus/

que el Covid-19 ha provocado especialmente la fuga del turista foráneo y que de nuevo es el turismo de origen nacional el que está sosteniendo, con todos los matices de este término en las actuales circunstancias, el sector turístico local.

Y es que el número de viajeros nacionales en el pasado junio ha sido de 84.831, tan sólo 10.935 menos que en el junio previo a la pandemia (una caída del 11,42%).

Dicho de otro modo, se ha recuperado el 88,58% de los viajeros de origen nacional, pero tan sólo el 24,88% de los de origen internacional, los cuales aún no tienen plena confianza en la situación de España al cabo de cinco olas de la pandemia.

La situación es prácticamente similar en el registro de pernoctaciones hoteleras. Se ha pasado de casi medio millón (496.857) en junio de hace dos años a 222.244 en junio de este año, es decir 274.613 menos, lo que ha supuesto una caída del 55,28%.

Sin embargo, el dato de las pernoctaciones hoteleras de turistas nacionales es mucho más esperanzador que la estadística global. El pasado junio se produjeron 147.882 pernoctaciones de viajeros de origen español en los hoteles sevillanos, tan sólo 19.390 menos (-11,60%) que en el junio previo al Covid-19, hace dos años.

Por tanto, se ha recuperado el 88,40% de las pernoctaciones hoteleras de origen nacional anteriores al coronavirus y tan sólo el 22,56% de las de origen foráneo, que se revelan como el gran reto para el sector turístico sevillano.

En este marco de hundimiento del turismo internacional desde la aparición del Covid hace casi año y medio hay que preguntarse por el sentido de las recientes declaraciones del presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Miguel Rus, de que hay que apostar por «un turismo más selectivo, de mayor poder adquisitivo».

Miguel Rus, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES)

Habrá que recordar al presidente de la patronal sevillana el precedente de una política similar a la por él preconizada y que impuso en los años 90 del siglo pasado la central de reservas turísticas de la Expo-92, Crasa/Coral, pensando en que, por el atractivo de la Muestra Universal, los hoteles de Sevilla se iban a llenar de esos turistas de mayor poder adquisitivo dispuestos a pagar el precio que fuera, en plan ‘Bienvenido, Mr. Marshall’, una estrategia que resultó un completo fracaso.

El clasista término «selectivo» significa capacidad de escoger o seleccionar a tus clientes, pero para ello primero hay que tenerlos; primero debe haber una enorme demanda turística, cuando actualmente la demanda turística internacional de Sevilla se ha reducido a la cuarta parte de la que había hace dos años, y no parece que con la aún no plenamente recuperada nacional se pueda mantener toda la planta hotelera de la ciudad y especialmente los establecimientos de cinco estrellas.

Así pues, con un 75% menos de turistas extranjeros, mercado en el que se supone están los de mayor poder adquisitivo, y sin siquiera albergar un gran evento internacional como gancho, cual aquella Exposición Universal, ¿es lógico plantear una estrategia de un turismo selectivo, como hace Miguel Rus?

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